“Por un trozo de queso”, cuento que enseña a los niños a pedir perdón

No siempre es sencillo decir “lo siento” cuando hacemos algo que hiere o que molesta a otra persona. Pero es necesario hacerlo y te vamos a enseñar cómo inculcarlo.

Por un trozo de queso es un cuento que les enseña a los niños a enfrentarse a la incómoda situación de pedir perdón. Esta corta y bella obra infantil fue escrita por la poetisa Marisa Alonso Santamaría.

Y es que este es un acto que, incluso en la adultez, puede resultar difícil. Hay personas que no saben disculparse cuando algo no sale como esperaban. Pero todos hemos estado del otro lado y sabemos lo que implica sentir validadas nuestras emociones cuando alguien nos hiere.

Por eso, es muy importante promover buenos valores y brindarles herramientas a nuestros hijos para que se enfrenten a la vida de la mejor manera. Los relatos son una de las mejores formas de educarlos y su efecto es similar al del ejemplo. Pues las historias permiten conocer otras realidades, entender distintos puntos de vista y reflexionar en torno a ello.

En esta narrativa corta, tus hijos verán cómo actúa el ratón protagonista. Y de esta manera, podrán aprender de manera amigable la lección de pedir perdón. Luego, podrás complementar esta historia con dinámicas y reflexiones que aporten más acerca del tema.

El cuento para enseñar a pedir perdón

“Ese día en la ratonera estaban revolucionados. Mamá rata había llevado para comer un gran trozo de queso, del que más les gustaba, y todos esperaban impacientes a que papá ratón lo repartiera.
Tocaron una suculenta ración y cada uno se fue a su rincón para dar buena cuenta de su apetitoso manjar.
Topito tomó solo un pedazo para cenar y prefirió dejar el resto para comer el día siguiente. Tapón se comió todo en una sentada y se quedó dormido enseguida. Molón se comió la mitad y decidió dejar la otra mitad para otro momento en que tuviera apetito.
Ocurrió que durante la noche Tapón se despertó y a pesar de haber cenado muy bien, sintió hambre. A oscuras, se acercó sigilosamente a la cama de su hermano Topito. Enseguida vio el trozo de queso y, sin pensarlo dos veces, se lo llevó a su rincón y se lo comió. Luego, se volvió a quedar plácidamente dormido.
Habían pasado tres horas y Tapón se volvió a despertar. Se acarició la barriga e inexplicablemente volvía a tener hambre. Sin hacer ruido, a oscuras todavía, se acercó a la cama de su hermano Molón. Cuando vio el trozo de queso tampoco se lo pensó dos veces, se lo llevó a su rincón y se lo comió en menos de lo que canta un gallo. Se acostó de nuevo y se durmió sin ningún cargo de conciencia”.
pedir perdon

A la mañana siguiente…

“Tapón se despertó con los gritos de sus hermanos.
—¡Alguien se ha llevado mi queso! —dijo Topito muy enfadado, mirando de reojo a sus hermanos.
¡Me han robado mi trozo de queso! —dijo Molón airado.
—¿Habéis oído ruidos esta noche? —preguntó papá ratón.
—Yo escuché algo pero me dormí enseguida —dijo Tapón para que pensaran que había entrado alguien durante la noche y no sospecharan de él.
Entonces, Topito y Molón empezaron a pelear fuertemente entre ellos acusándose de ladrones.
Tapón se sintió muy mal. No le gustó ver a sus hermanos pelearse de esa manera y encima, sabiendo que había sido por su culpa. Mamá rata y papá ratón separaron a los ratoncitos.
—¿No os da vergüenza? ¡Sois hermanos! —dijeron muy disgustados y mamá rata se puso a llorar.
Al ver todo lo que estaba sucediendo, Tapón empezó a llorar desconsoladamente en un rincón. Todos estaban en silencio.
—¡He sido yo! ¡He sido yo! —dijo Tapón tapándose la cara con las patas, muy avergonzado por su comportamiento.
—¡Perdón, perdón! —dijo mirando a sus hermanos y a sus padres ratones. Entonces, Topito y Molón se miraron uno al otro también avergonzados.
—¡Perdóname! —dijo Topito a Molón.
—¡Perdóname! —dijo Molón a Topito.
Arrepentidos por todo lo sucedido, los tres ratoncitos también pidieron perdón a sus padres ratones y volvió a reinar la paz en la ratonera. Mamá rata aún guardaba una pequeña porción de queso y la repartió. Tapón también recibió su parte, pero no comió y enseguida fue a dársela a sus dos hermanos.
—¡No! ¡Ese queso es tuyo! —le dijeron Topito y Molón con una sonrisa. Y Tapón se relamió muy agradecido”.
leer cuento

Cómo usar el cuento para enseñar a pedir perdón

Luego de compartir esta historia con tu hijo, puedes llevar a cabo una serie de actividades para ejercitar su pensamiento y desarrollar este valor. Por una parte, puedes indagar para que te diga qué le pareció de la siguiente manera:

  • Haz un recuento de lo narrado y cuestiona detalles pequeños para saber si prestó atención.
  • Si hubo algo que no entendió, como alguna palabra o alguna escena, puedes explicarle detenidamente y repetir hasta que lo comprenda.
  • Pregúntale por qué se molestaron los hermanos y qué hizo Tapón al ver lo sucedido.
  • Pídele a tu hijo que te cuente qué opina de la historia, qué haría él en ese caso.
  • También puedes pedirle que te explique con sus palabras qué significa el perdón para él, en qué situaciones hay que hacerlo y cómo él pediría disculpas.
  • Invítalo a hacer alguna manualidad o dibujo inspirado en la historia.

Estas son solo algunas ideas de lo que puedes hacer, pero eres libre de acudir a otras alternativas creativas para fomentar este valor.

Ten en cuenta que una de las mejores maneras de enseñar a pedir perdón es con el ejemplo en la vida cotidiana. Ser honestos y reconocer nuestros errores como padres frente a ellos, no nos hace más débiles ni nos resta autoridad. Al contrario, nos permite demostrar que ser sinceros y corregir una equivocación es un acto empático.

Por último, es importante recordar lo esencial de brindar un ambiente seguro para tus hijos en donde no sientan temor a equivocarse. Y es que este es el primer paso para saber pedir perdón y para perdonar.

Si en casa los castigas o los reprimes tras hacer algo mal, será más difícil que aprendan a hacerse responsables de sus actos. Y lo más importante, a repararlos.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Díaz-Figueroa, P., & Prieto Ursúa, M. (2020). El desarrollo del perdón en niños.
  • Ghisleri, E. M., & Ruiz, J. A. (2020). El desarrollo personal fortalecido por el aprendizaje de la virtud del perdón en la escuela. In Una acción educativa pensada: Reflexiones desde la filosofía de la educación (pp. 698-706). Dykinson.
Scroll al inicio