Para muchos padres, la educación de sus hijos incluye el aprendizaje de un idioma. A algunos pequeños, la idea puede resultarles atractiva. Sin embargo, para otros implica una obligación más.
No obstante, quizás resulta interesante que los chicos intenten la experiencia y decidan con base a ella. Dominar una lengua adicional puede ampliarles sus horizontes culturales. Por eso, aquí presentamos algunos consejos para incentivar a tu hijo a estudiar un idioma.
¿Cómo alentar a un niño a aprender un nuevo idioma?
A temprana edad, el cerebro de los niños está en «ebullición»: su plasticidad es tal que es capaz de aprender y absorber ―como esponja― aquello que se le presente. Por eso, es un momento propicio para acercar a los niños diferentes actividades y propuestas, como el aprendizaje de un segundo idioma.
Algunas investigaciones señalan que entre los 0 y los 4 años de edad, se presenta una «ventana temporal» que facilita la adquisición del lenguaje. De este modo, para el niño no hay diferencia entre aprender su lengua nativa y aprender otra. Lo viven de manera espontánea. No obstante, a medida que pasa el tiempo, el esfuerzo es mayor.
A continuación, encontrarás algunas de las estrategias que puedes poner en práctica si quieres que tu hijo se interese por otro idioma. Como recomendación general, puedes ir alternando entre ellas para evitar que tu hijo se aburra o desmotive. Recuerda que los niños aprenden mejor cuando lo hacen a través del juego.
1. Intenta establecer una rutina
El hábito y la organización permitirán que tu hijo pueda concentrarse y se acostumbre a dedicar un tiempo al estudio y a la práctica del idioma. Es decir, es «hacer espacio» para que ese aprendizaje pueda suceder. En este desarrollo del hábito del estudio, la familia tiene un papel crucial, ya que son los principales responsables o promotores de la educación de los niños.
2. Promueve la práctica del idioma en casa
Por ejemplo, si tu hijo estudia francés, puedes preguntarle cómo se nombran determinados objetos cotidianos en el idioma que está estudiando. Por ejemplo, plato, auto, cocina, baño… de esta manera, no solo lo alientas y le demuestras que te interesa, sino que también lo ayudas a incorporar vocabulario de uso frecuente y facilitas el aprendizaje temprano de la lengua extranjera.
Otra idea ―si tú también conoces el idioma— puede ser proponerle una consigna sencilla, como tener una conversación en el otro idioma durante 10 minutos todos los días. Esta actividad tiene beneficio doble: te permite mantenerte activo a ti mismo en la utilización del idioma y te ayuda a tener una actividad en común con tu hijo.
3. Usa películas o libros como material de soporte
Por ejemplo, los chicos pasan bastante tiempo haciendo uso de la tecnología: series, videos en TikTok, redes sociales, entre otros. Puedes sugerirle algunas películas o leer libros en el nuevo idioma. Mirar una película también puede formar parte de un plan familiar.
De acuerdo con el British Council, la tecnología puede motivar a los niños a estudiar otro idioma, aunque sean reacios a hacerlo. Ofrécele aplicaciones donde pueda aprender de manera divertida y práctica, de modo que su interés se mantenga con el tiempo.
4. Emplea las canciones como un método para mejorar la pronunciación
En casa, en el auto o en donde sea, una canción en otro idioma se convierte en una oportunidad para mejorar la pronunciación. Una investigación publicada en la revista Memory & Cognition señala que cantar facilita el aprendizaje de frases asociadas con una lengua extranjera.
El canto es una estrategia de enseñanza adicional muy útil para que los niños aprendan otra lengua. Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology encontró que tres sesiones de 40 minutos, en las cuales los pequeños aprendan canciones, mejora de manera significativa el conocimiento que tienen sobre el idioma.
5. Pídele que haga la listas en el idioma que está aprendiendo
La lista de compras, que anote sus tareas, que escriba algún cuento corto… cualquier opción es positiva. De esta manera, a través de la escritura, también puede seguir consolidando su aprendizaje.
Otra opción similar puede ser pedirle a tu hijo que escriba en tarjetas dibujadas el nombre del objeto. Por ejemplo, si tiene un dibujo de una manzana, puedes pedirle que escriba el nombre en su idioma nativo y en el segundo idioma: manzana y apple, si está aprendiendo inglés, por ejemplo.
Beneficios de que tu hijo aprenda otro idioma
De adultos, es más sencillo identificar por qué estudiar un segundo idioma puede resultar positivo: motivos laborales, viajar y trabajar en otro país, intereses por otras culturas, entre otras cosas. De pequeños, estas razones no importan tanto. Sin embargo, el aprendizaje de otro idioma a temprana edad tiene múltiples beneficios y facilidades.
Por ejemplo, al hablar en otro idioma, el niño tiene que hacer un esfuerzo por «recuperar» el vocabulario aprendido y la gramática adecuada. Además, hasta los 7 años, los niños pueden aprender con mayor naturalidad un segundo idioma. Algunos de sus beneficios más notorios son:
- mejora el desarrollo cognitivo y el pensamiento crítico,
- contribuye a focalizar la atención y la flexibilidad cognitiva,
- mejora la conciencia lingüística,
- consolida la memoria,
- permite una mayor comprensión de conceptos,
- contribuye a la capacidad de resolver problemas,
- facilita el desarrollo de la creatividad.
Aprender un idioma es fomentar la diversidad
Por último, pero no menos importante, cuando un niño aprende otro idioma, abre la puerta a un mundo desconocido para él. Es capaz de darse cuenta de que hay personas que se comunican de otra manera, que tienen otras costumbres y que emplean palabras distintas para referirse a un mismo tema.
Así, permitir que el niño aprenda un segundo idioma es mucho más que aprender un listado de palabra nuevas o divertirse aprendiendo a pronunciar de otro modo. Es tomar contacto con otra cultura y valorar la diversidad.
Bibliografía
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