¿Está permitido comer queso de cabra en el embarazo?

El queso de cabra ofrece nutrientes esenciales que favorecen tu bienestar y el de tu bebé. Sin embargo, no todas sus variedades son seguras para el consumo durante el embarazo debido al riesgo de infecciones.

Mantener una buena nutrición asegura tu bienestar y el de tu bebé. Por ese motivo, para prevenir infecciones bacterianas, se recomienda evitar alimentos no pasteurizados. En este contexto, es válido preguntarse si se puede comer queso de cabra durante el embarazo. Aunque proporciona importantes nutrientes, como selenio, fósforo, potasio, zinc y calcio, algunas variedades no se consideran seguras.

El queso de cabra es delicioso y puede ser disfrutado de manera segura. Los lácteos, en general, son esenciales para el crecimiento y desarrollo óseo de los niños. Sin embargo, en esta etapa de tu vida, es importante tomar precauciones para proteger tu salud. A continuación, te explicamos qué variedades de queso de cabra puedes consumir sin problemas.

Consumo de quesos en el embarazo

El queso es un producto lácteo obtenido mediante la maduración de la leche cuajada luego de eliminar el suero. Sus distintas variedades se determinan por el tipo de leche utilizada, el grado de maduración y los métodos de producción empleados. A nivel nutricional, es una fuente rica en calcio, proteínas, fósforo, vitamina B12 y vitamina A.

La Academia Española de Nutrición y Dietética expone que comer queso durante el embarazo puede ser seguro si se consideran dos aspectos: la leche utilizada y el tiempo de maduración. Esto es importante porque algunas variedades pueden contener bacterias perjudiciales, como la Listeria monocytogenes.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las embarazadas tienen 10 veces más probabilidades que el resto de las personas de contraer una infección por dicha bacteria. Esta infección puede provocar partos prematuros, abortos espontáneos, mortinatos o la muerte del recién nacido.

Por ello, es fundamental comprobar que el queso que vas a consumir tenga una etiqueta que certifique que ha sido pasteurizado. En este proceso, la leche se calienta a una temperatura específica y luego se enfría con rapidez para eliminar bacterias y otros patógenos.

El National Health Service (NHS) de Reino Unido, recomienda evitar los quesos blandos o aquellos con una capa blanca en el exterior, como el brie, el camembert y el chèvre, a menos que se cocinen hasta que estén bien calientes. En este grupo también entran los quesos azules, pasteurizados o sin pasteurizar, como el danés azul, el gorgonzola y el roquefort.

Tipos de queso de cabra seguros para las embarazadas

El queso de cabra puede ser seguro durante el embarazo si se elige y prepara de manera adecuada. A continuación, te ofrecemos algunas consideraciones importantes al escoger uno.

  • Quesos de cabra pasteurizados: la pasteurización es un proceso que mata bacterias, levaduras y moho en la leche. Si el empaque indica que el queso ha sido pasteurizado, puedes consumirlo sin preocupaciones.
  • Quesos de cabra duros: tienen un bajo nivel de humedad, lo que dificulta la proliferación de bacterias nocivas. Para verificar si un queso es duro, presiona los dedos sobre él; si no deja marca, es seguro.

En cuanto a las variedades más seguras, te recomendamos las siguientes.

Tomme de Chèvre

No hay ningún problema en comer este tipo de queso de cabra en el embarazo, ya que es duro y no se desarrollan bacterias si se conserva en el refrigerador. Asegúrate de que haya sido elaborado con leche pasteurizada.

Ossau-Iraty

Este queso duro, que se cree originario de los Pirineos franceses, desciende de uno de los primeros quesos elaborados. La leche de cabra pasteurizada le aporta un rico sabor a nuez, con una textura firme pero cremosa.

Tomme de brebis

Puedes comerlo, siempre y cuando lo hornees a temperaturas elevadas. Por otro lado, es importante que revises si ha sido pasteurizado.

Mimolette semicurado y añejo

Es fácil de reconocer por su corteza marrón claro, su pasta prensada de color naranja brillante y su forma redonda. Siempre que no esté preparado con leche cruda, es seguro.

Queso de cabra añejo

Este queso se somete a un proceso de maduración prolongado, reduciendo así la posibilidad de contaminación bacteriana.

Si bien estos quesos no ponen en peligro tu salud y la de tu bebé, la NSW Food Authority (Australia) recomienda calentar los quesos suaves a 75 °C y almacenar en la nevera los quesos duros. Las altas temperaturas eliminan las bacterias dañinas, por lo que comer queso refrigerado, horneado o derretido no representa ningún riesgo.

Ante cualquier duda, consulta con un profesional de la salud de confianza para que pueda asesorarte de manera personalizada.

Tipos de queso de cabra a evitar

Para prevenir consecuencias graves para tu salud y la del bebé, es mejor evitar ciertos tipos de queso de cabra que podrían albergar bacterias dañinas. Algunos de estos quesos a evitar son los siguientes.

Queso de cabra fresco

Debido a que no pasa por un proceso de pasteurización, el riesgo de contener bacterias aumenta.

Bûche de chèvre o queso de corteza blanca

Similar al brie y al camembert, este queso blando se madura con moho, lo que podría provocar listeriosis.

Queso de cabra blando

Los quesos blandos suelen tener mayor humedad, lo que aumenta el riesgo de contaminación.

Crottin de Chavignol

Su elaboración con leche cruda de cabra no lo hace seguro para el consumo, por las mismas razones que los anteriores.

Riesgos de consumir queso de cabra no pasteurizado

Durante el embarazo, el sistema inmunitario de la mujer está comprometido, lo que aumenta el riesgo de contraer infecciones. Por esta razón, el consumo de queso de cabra elaborado con leche cruda conlleva riesgos significativos, siendo la listeriosis la más preocupante.

Esta enfermedad puede provocar síntomas como rigidez en el cuello, dolor de cabeza, confusión y pérdida del equilibrio. Sin embargo, los signos más comunes incluyen fiebre, escalofríos, dolores musculares y problemas gastrointestinales, como diarrea o vómito. Es crucial prestar atención a estos problemas digestivos, ya que si no se tratan a tiempo, pueden aumentar el riesgo de deshidratación.

Aunque algunas mujeres en estado de gestación pueden no mostrar síntomas de listeriosis, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos señala que los síntomas pueden aparecer hasta dos meses después de consumir alimentos contaminados. Incluso, si la madre no se siente enferma, la infección puede transmitirse al feto.

Los bebés nacidos con dicha enfermedad pueden sufrir infecciones graves en la sangre o el cerebro. Además, puede causar secuelas, como parálisis, convulsiones, ceguera, discapacidad intelectual y problemas con el cerebro, los riñones o el corazón. En casos extremos, provocaría la muerte del recién nacido, con una tasa de mortalidad del 25 % al 35 %, dependiendo de la edad gestacional al momento de la infección.

Comer queso de cabra durante el embarazo es seguro

Entonces, ¿se puede comer queso de cabra en el embarazo? La respuesta es sí. Para disfrutarlo sin riesgos, verifica las etiquetas que confirmen su pasteurización y cómpralo en tiendas confiables que sigan buenas prácticas de higiene y seguridad alimentaria.

Si te gusta el queso de cabra untado en panecillos o mezclado en ensaladas, puedes consumirlo siempre que sea duro y no haya sido madurado con moho. En caso de que busques inspirarte en la cocina, puedes explorar recetas deliciosas para disfrutar este producto lácteo.

Recuerda que el embarazo debe disfrutarse en plenitud, por lo que es mejor prevenir infecciones que puedan poner en riesgo tu salud y la de tu pequeño.

Bibliografía

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