Carta a una madre divorciada

La decisión de divorciarse no es para nada sencilla. Sin embargo, algunas veces puede ser la solución más adecuada cuando el entendimiento entre los miembros de la pareja se agota por completo.

Dar un paso al costado tiene un costo emocional bastante grande, porque iniciar de cero puede generar mucho miedo. Además, el divorcio implica desprenderse de muchos aspectos que en un principio solo causaban ilusión, pero que ahora han perdido su magia.

Asimismo, cuando hay hijos de por medio todo se dificulta un poco más, pues surge la incertidumbre acerca del posible daño y de las nuevas experiencias a las que se expondrán.

No obstante, si definitivamente no hay amor, al final del camino la decisión es vital para salvar el bienestar de los adultos y de los niños. Nadie puede estar tranquilo en un lugar en el que se percibe tensión y discordia todo el tiempo.

De esa manera, si ya se ha intentado todo y no ha dado resultado, el divorcio puede ser la decisión más sensata. Además, este camino les permitirá a todos construir un ambiente más sano para continuar el día a día.

Por todo esto, es importante entender que aunque el proceso sea difícil, no debe acompañarse de culpas constantes. Los motivos son válidos y el dolor finalmente pasará, lo que dará lugar a un camino lleno de beneficios para todos.

La carta que necesitas leer

Mamá, tomar una decisión tan radical como el divorcio en ningún momento será fácil. Sin embargo, si día a día te sientes mortificada, ten presente que este es el paso que necesitas dar para cuidar de tu tranquilidad y la de tus hijos.

No sientas que perjudicas a tus pequeños, ¡todo lo contrario! Les permites crecer en un entorno en el cual no tengan que ser testigos de las peleas ni de las dificultades que los atormentan.

Además, desde ahora contarán con dos hogares maravillosos en los que serán totalmente bienvenidos y tendrán las puertas abiertas para siempre. Por lo tanto, podrán sentir que el apoyo incondicional y el amor puro de cada uno de sus padres día a día.

Entonces, no creas que eres egoísta con tus hijos y que les impides crecer en una familia feliz. En realidad, sucede todo lo opuesto, ya que de seguir en el mismo escenario de antes no les iba a permitir disfrutar de una buena y sana convivencia.

De ese modo, con la decisión de divorciarse, los padres les permiten a los hijos vivir un poco mejor que hasta ahora y enfocarse únicamente en recibir el cariño que se merecen. No sentir el peligro inminente de estar rodeado de un conflicto.

Tu bienestar es esencial

Mamá, si tú estás bien, tu hijo estará bien. Esto es porque ya no sentirá la preocupación constante de saber que su ser más querido se encuentra afectado emocionalmente.

Además, tu bienestar te permite entregarle todo lo mejor de ti e irradiar los sentimientos positivos que se él merece. Por tal motivo, con esta dura decisión logras proteger tu bienestar y el suyo y además, guiarlo por el camino de la felicidad.

Asimismo, tu hijo podrá notar que tienes de nuevo una gran paz interior y suficiente alegría para encarar la vida. De esa manera, se empeñará en interpretarte como su modelo a seguir para cuidar su salud emocional.

Finalmente, es cierto que el divorcio te puede multiplicar las responsabilidades. No obstante, tienes un entorno maravilloso que no te dejará sola y podrás encontrar la motivación al saber que el niño de tus ojos está emocionalmente protegido.

Una madre divorciada actúa para proteger el bienestar de sus hijos

Si tu relación definitivamente no encontró un punto de retorno, el divorcio se convierte en la mejor cura emocional para ti y para tus hijos. Pues, las dos partes están inmersas en ambientes de tensión de los cuales es necesario salir.

De esa manera, el divorcio no se tiene que interpretar como un acto egoísta. Por el contrario, es una decisión necesaria para salvar la salud mental de todos los implicados.