7 cambios en el comportamiento del adolescente que suelen causar conflicto

Para entender todos los cambios de nuestros hijos adolescentes, es importante primero empatizar con ellos.
7 cambios en el comportamiento del adolescente que suelen causar conflicto
Maria Fátima Seppi Vinuales

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 02 julio, 2023

“Regresa del colegio y se encierra en la habitación”. “Le preguntas si tiene algo para contar y te dice que nada”. “Todo el día está con el celular”. Estas son algunas de las quejas más frecuentes de los padres que tienen un hijo adolescente. Es que se trata de una etapa atravesada por muchos cambios de comportamiento, los cuales suelen sorprender y hasta alterar la dinámica del hogar.

Aun así, la adolescencia no es sinónimo de caos y de malestar, sino de transición. Es el proceso que se requiere para que tu hijo deje la niñez y se convierta en ese adulto maduro, capaz de volar por sí mismo. Por eso, resulta fundamental conocer mejor cuáles son estos de esta etapa y acompañar de cerca a ese joven que te necesita más que nunca. ¿Nos acompañas en este recorrido?



7 cambios en el comportamiento del adolescente que suelen causar conflicto

Algunos de los cambios de los adolescentes pueden precipitar algún tipo de conflicto entre los convivientes. A continuación, te contamos aquellos que enfrentan los padres con mayor frecuencia. ¡Toma nota!

1. Desafío a la autoridad

Incluye tanto a las malas contestaciones hacia los progenitores, como al hecho de no respetar las reglas establecidas en el hogar.

Uno de los motivos que llevan a los adolescentes a mantener esta conducta es la necesidad de diferenciarse de sus mayores, de encontrar su identidad y de reafirmar su lugar propio.

adolescente que ignora a su padre en la calle
Ya sea al ignorar o al incumplir las normas de convivencia establecidas, los adolescentes pueden desafiar a la figura parental.

2. Interés por la sexualidad e inicio de la actividad sexual

Si bien la sexualidad es un aspecto que atraviesa nuestras vidas en todo momento, en esta etapa cobra un especial interés. Esto sucede a raíz de los cambios físicos y hormonales que se desencadenan por programación biológica. Tal como ocurre en las demás especies, todo el organismo se prepara para la reproducción, aunque esto no implique estar listo psicológicamente para tener un bebé.

3. Interés por el consumo de drogas y otras sustancias

Por supuesto que esto no se da en todos los casos, pero es una conducta bastante frecuente entre los jóvenes. Viene de la mano del interés por vivir nuevas experiencias y por la influencia que tiene el grupo de pares sobre las decisiones del adolescente.

En este escenario, es importante conversar con nuestros hijos acerca de los riesgos y los daños potenciales que pueden sufrir si mantienen hábitos peligrosos. Es fundamental inculcarles buenas pautas de prevención de enfermedades de transmisión sexual, de embarazos no deseados, de intoxicaciones por alcohol o drogas y de otras lesiones de causa externa, como los accidentes de tránsito.

4. Su grupo de pares pasa a tomar el rol principal

En la adolescencia, los amigos y amigas son los que tienen la última palabra en todo, aunque los progenitores opinen lo contrario. La imitación y la aceptación suelen guiar las decisiones de los jóvenes y modelar las interacciones en el grupo de pares.

Este es un aspecto a cuidar, ya que la adolescencia implica la búsqueda de autonomía y de una identidad propia. De esta manera, hay que prestar mucha atención a aquellos indicios que sugieran que el adolescente mantiene conductas de dependencia emocional o de complacencia para ser aceptado por sus iguales.

5. Aislamiento y hermetismo, unos de los cambios más notables en el comportamiento del adolescente

Con su música, con sus series o con sus pasatiempos, muchos adolescentes prefieren estar solos y tranquilos en sus habitaciones. Esto a veces dificulta la posibilidad de “seguirles la pisada”, lo cual es especialmente peligroso ante una situación de bullying o de grooming.

Si bien es necesario respetar su privacidad de tu hijo, vale fomentar los momentos de diálogo abierto y sin presiones para demostrarles el interés en conocer cómo se siente y qué le sucede.

6. Cambios en el rendimiento escolar

Los cambios físicos y hormonales vienen de la mano de ciertos cambios en el descanso, en los hábitos de sueño, en la atención y en la concentración. Muchas veces, esto supone incumplimientos en los deberes escolares o un menor rendimiento de lo habitual.

7- La tecnología pasa a ser el centro de sus vidas

Los grupos de whatsapp, las interminables sesiones de juegos en la play y las selfies en las redes sociales son algunos de los nuevos hábitos que mantienen los nativos digitales. Esto lleva a varios progenitores a la queja constante de que sus hijos viven sumergidos en la virtualidad y se mantienen completamente ajenos “a la vida real”.



Cómo afrontar los cambios de comportamiento en nuestro hijo adolescente

A simple vista, pareciera que el mundo de los adultos y el de los adolescentes fueran incompatibles. Sin embargo, no es así.

La clave está en entender la situación que atraviesan los jóvenes a esta edad y recordar que todos hemos estado ahí. Así mismo, es importante implementar una serie de estrategias para acercarnos más a nuestros hijos en este momento tan crucial para sus vidas.

A continuación, te vamos a ofrecer algunas recomendaciones para tener en cuenta:

  1. Acepta el cambio. Quizás te cueste creer que ese niño quedó atrás y que está cada día más próximo a ejercer su derecho, a tener su propio juicio, su autonomía, a experimentar cambios en sus gustos y en sus opiniones. Pero cuando te aferras al pasado, privas a tu hijo de crecer, de madurar y de vivenciar ese cambio junto a él. Intenta recordar cómo fue para ti la adolescencia y acompáñalo a transitarla de la mejor manera.
  2. Ofrece buena información. Debes saber que no hablar de un tema por tus tabúes personales no beneficia en nada a tu hijo. Por el contrario, lo priva de disponer de buena información a tiempo. Promueve los espacios de diálogo abierto, en los cuales el menor pueda sacarse las dudas y encontrar las respuestas que necesita. Si no te sientes capacitada para abordar ciertos temas, busca ayuda profesional, pero no pases por alto el tema. Esto solo dejará desprotegido a tu hijo adolescente.
  3. Establece los límites. Si bien es importante dejar experimentar para ganar autonomía, eso no quiere decir que no establezcas normas en casa. Tu hijo debe conocer cuáles son los horarios de salida y de llegada, qué comportamientos no son aceptados y cuáles son sus responsabilidades en el hogar. No siempre serán bien recibidos los límites, pero puedes intentar explicarle el por qué de esas normas e intentar negociar con el joven cuando sea posible hacerlo.
  4. Valida sus emociones. Eso que como adulto puede sonarte como un hecho sin importancia, para tu hijo adolescente puede ser “de vida o muerte”. Debes tener en cuenta este punto y aceptar que este aspecto también está madurando. Valida sus emociones, ayúdalo a buscar la solución a sus conflictos y fortalece su autoestima. Si el joven percibe que lo que les pasa no es importante, a futuro sentirá que sus planteos son menores y que no valen la pena.
madre consuela a hija en el sillon
Validar sus emociones, brindarles un espacio para el diálogo y ser empáticos con todos los cambios que atraviesan nuestros hijos son algunas de las claves para acompañarlos mejor en esta etapa.

¡No estereotipemos a la adolescencia!

Es cierto que existen algunos cambios en los adolescentes que son esperables y que nos permiten hablar de la adolescencia como una etapa típica. Sin embargo, no todos los y las jóvenes son iguales e incluso, muchos de los estereotipos que sostenemos sobre ellos están basados en el prejuicio y pueden dañarlos bastante.

Entender los cambios que sufren los adolescentes nos permite empatizar mejor con ellos y debemos evitar mantener una visión cerrada y sesgada de esta etapa de la vida. Pues el hecho de ser demasiado generalistas nos lleva a minimizar la responsabilidad y la influencia que la sociedad y el contexto tienen sobre las conductas de los jóvenes.

Por eso, lo mejor estar atentos, permanecer cercanos y ofrecer la ayuda necesaria a los jóvenes, dejando de lado esa lucha adultocentrista sobre quién tiene la autoridad.


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