¿Qué son los bits de inteligencia y cómo aplicarlos en casa?

Es positivo estimular a los niños y favorecer el despliegue de su curiosidad desde pequeños. Por supuesto, esto se hará a través de una de las principales vías de aprendizaje: el juego. Una de las formas de desarrollar su conocimiento es mediante la implementación de los bits de inteligencia.

Se tratan de instrumentos útiles en forma de tarjetas o cartas que generan y potencian las conexiones neuronales. Además, se pueden usar como la «antesala» para el aprendizaje de la lectoescritura. A continuación, te comentaremos qué son y como aplicar los bits de inteligencia en casa.

Bits de inteligencia: ¿qué son y para qué sirven?

Los bits de inteligencia se refieren a unidades de información que generan un estímulo y cuyo objetivo es que el niño aprenda y potencie su inteligencia. También se las conoce como flash cards o ‘cartas rápidas’ en castellano.

Estos instrumentos forman parte del método Doman, una creación del médico estadounidense Glenn Doman que trabajó en el tratamiento de niños que tenían lesiones cerebrales en la década de 1950, acentuando el uso de técnicas de «bits de inteligencia». Mediante la presentación de información, el profesional buscaba ayudar en la recuperación y estimulación.

Luego, al observar que la actividad permitía ciertos progresos, decidió emplearla con todo tipo de niños para favorecer la estimulación cognitiva. Incluso, se ha utilizado en niños con trastornos del lenguaje, en los que se observa una mejoría en la articulación y expresión de la palabra.

El método Doman plantea una dinámica lúdica, ideal para los niños ente 0 a 6 meses de edad. Más allá de su objetivo principal, también implica otros beneficios:

• Promueve la curiosidad y el interés del niño, ya que se trata de un aprendizaje lúdico.
• Favorece el rol activo del niño, que se convierte en protagonista de su propio aprendizaje.
• Facilita la concentración y la memoria.
• Consolida el desarrollo visual y auditivo.
• Fortalece el vínculo adulto-niño.
• Permite que el niño conozca más palabras, enriqueciendo su vocabulario.

Características de las flash cards

El método Doman no persigue como finalidad enseñar información, sino aprovechar al máximo la plasticidad cerebral a edades tempranas. Incluso, una publicación de la Revista Electrónica de Ciencias de la Educación, Humanidades, Artes y Bellas Artes, sugiere que los bits de inteligencia ayudan a crear nuevas conexiones neuronales.

Como se trata de tarjetas con información visual, también puedes crear los bits de inteligencia tú mismo en casa. Otra opción posible es recortar las imágenes de alguna revista.

Recomendación: como van a ser empleadas varias veces a lo largo del día, puedes plastificarlas para evitar que se rompan o arruinen.

Eso sí, para que cumplan con su finalidad, debes asegurarte de que tengan las siguientes características:

• Deben mostrar solo una imagen. De ser posible, una imagen cercana y reconocible, no compleja ni muy rebuscada. Es decir, no es necesario dibujar un auto de fórmula 1 para que aprenda a decir la palabra auto o a reconocer el objeto. Tampoco es correcto mostrar una escena de una calle repleta de vehículos.
• Tienen que ser todas iguales en tamaño y forma.
• Se recomienda que las sesiones de presentación de los bits de inteligencia sean breves, pero repetitivas.

¿Cómo aplicar los bits de inteligencia en casa?

Para estimular el desarrollo de la inteligencia en el niño, puedes emplear los bits de información en casa teniendo en cuenta los siguientes pasos:

1. Prepara un entorno libre de distracciones. De este modo, colaboras para que el niño pueda focalizar la atención y concentrarse en su tarea.
2. Antes de mostrar la tarjeta, debes indicarle a tu hijo la categoría a la que pertenece. Por ejemplo, frutas.
3. A continuación, le presentas a tu hijo la tarjeta con la imagen (estímulo visual) y le indicas el nombre del objeto (estímulo auditivo).
4. Al cambiar la categoría de los bits, es conveniente dejar pasar algunos minutos.
5. De acuerdo a la edad puedes hacer sesiones más o menos extensas. En general, se sugiere que haya un mínimo de 10 a 15 bits por tema. Sin embargo, puedes hacer prácticas de solo 5.
6. Se recomienda repetir entre dos a tres veces la muestra de bits en el día a lo largo de al menos tres jornadas.
7. Muestra las imágenes siempre en el mismo orden. Para facilitarte la actividad puedes numerarlas en el dorso.

Sugerencias adicionales

Algunas variaciones señalan que entre los 0 a 3 años se puede mostrar solo la imagen. Entre los 3 a 5 años se puede añadir el nombre en letra mayúscula de imprenta. A partir de los 5 a 6 años es posible incluir el nombre del objeto en letra cursiva.

Por otro lado, también debe considerarse que el aprendizaje es gradual y que poco a poco el niño irá conociendo las respuestas. En este sentido, se trata de introducir novedad y desafío para evitar que se aburra o desmotive.

Por ejemplo, si quieres que desarrolle el hábito de lavarse los dientes solo antes de irse a dormir, puedes mostrarle una tarjeta con una imagen de un niño buscando su cepillo de dientes.

Luego, una tarjeta con el niño colocando la pasta dental al cepillo, a continuación una que muestre cómo se lava los dientes y, finalmente, una con el niño listo para acostarse. A medida en que le muestras cada tarjeta le indicas cuál es la acción que va realizando.

A estas tarjetas se las llama también pictogramas, que son signos visuales y gráficos que nos ayudan a escenificar situaciones cotidianas que queremos que sean implementadas en los menores. Se trabaja bajo el ánimo de identificar conductas problemáticas y establecer ciertas vías visuales que por aprendizaje vicario (aprendizaje por observación) el niño sea capaz de modificar.

El contexto de aprendizaje también es importante

Más allá del uso de las flash cards o de cualquier otro estímulo que se emplee para acompañar el desarrollo el niño, también resulta fundamental la experiencia y el vínculo que se establezca con él. Es decir, la posibilidad del aprendizaje es mucho más que contar con juguetes. Implica conocer a ese niño, compartir tiempo con él, respetar sus tiempos e involucrarse en el proceso.

Por eso, es importante evitar presionar al niño, intentar acelerar su aprendizaje o forzarlo a seguir con la consigna si se aburre. Se trata de que pueda disfrutar este momento de aprendizaje y esperar con ansias a que se repita. Si notas que el niño se aburre, puedes dejar la actividad para luego y cambiarla por otra.