La apatía en la adolescencia

La apatía en la adolescencia es un síntoma más común de lo que pensamos. A veces se relaciona con un estado depresivo, aunque no siempre. ¿Por qué aparece? ¿Qué consecuencias conlleva?

Chico pensativo y apático.

El fenómeno de la apatía se ha visto incrementado en los adolescentes en los últimos años. Además, afecta a adolescentes de todas las edades (dentro de esta etapa evolutiva). Y no solamente en el ámbito educativo, sino también en otras áreas de su vida. La apatía en la adolescencia aparece por causas que pueden diferir de las que explicarían la apatía típica en adultos.

Además, la apatía conlleva una serie de consecuencia a nivel emocional que conviene conocer. Para trabajarla, aunque a continuación no hablaremos de ello, a veces convendrá pedir ayuda profesional. El primer paso será acercarnos al adolescente e intentar averiguar qué se esconde tras ese estado de apatía, a través de una escucha activa y de la creación de un espacio para que pueda expresarse libremente.

“A veces lo que una persona necesita no es una mente brillante que le hable, sino un corazón paciente que le escuche”.

-Anónimo-

Chica adolescente con apatía.

La apatía en la adolescencia

Se define la apatía como un estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo en el que se encuentra una persona. Así, implica que esta se muestre indiferente ante prácticamente cualquier estímulo externo. En el caso de los adolescentes, esta apatía les afecta especialmente en sus relaciones sociales, ya que es la etapa en la que toma más relevancia esta faceta o ámbito de la vida.

Sin embargo, no se limita a dicho ámbito, porque la apatía en la adolescencia afecta también a las facetas académica, laboral y personal del individuo. En este sentido, pueden mostrarse desinteresados por su futuro o por las expectativas del mismo en todos los niveles.

A nivel académico, pueden empezar a presentar desmotivación para seguir estudiando; y, a nivel laboral, no saben lo que les gusta e incluso sienten que no les gusta nada. El panorama que se presenta para ellos, en su mente, es desolador, además de desmotivante.

¿Qué hay detrás de la apatía en adolescentes?

Meltzer habló de un concepto que podemos relacionar con la apatía en los adolescentes: los moradores del pecho-cabeza. ¿Qué significa este concepto exactamente? Alude a la situación en la que la persona idealiza un estado de plenitud sin esfuerzo, y en eso consiste, según el autor, el mecanismo de apatía.

De esta forma, el adolescente apático evadiría la toma de decisiones y cualquier posible frustración. Según el autor, en los jóvenes apáticos predomina la fantasía y desarrollan un estado de dependencia extrema hacia los otros, que raya la tiranía. Al depender de los demás, no deberían esforzarse prácticamente para nada.

¿Por qué aparece?

Algunos expertos sugieren que la apatía en la adolescencia se desarrolla con el fin de mantener disociados ciertos aspectos de la mente, con el objetivo de no pensar en los conflictos y las emociones. Es decir, sería una forma de evadirse de todo ello, evitando sufrir.

Por otro lado, la adolescencia es una época muy turbulenta en todos los sentidos, llena de cambios. A través de la apatía, el adolescente está haciendo, en cierta manera, un esfuerzo por no sentir el dolor que implica crecer y renunciar a ciertas cosas.

Otras posibles causas

Sin embargo, estas no son las únicas causas posibles que explicarían la apatía en los adolescentes. A veces esta se desarrolla por las expectativas negativas del futuro, como la mala perspectiva de futuro a nivel laboral), por un estado depresivo subyacente a ese estado de apatía (la apatía es un síntoma muy frecuente en la depresión), por una desmotivación generalizada en la vida, por desilusiones que han vivido o conflictos no resueltos con sus amigos, por inseguridades, etc.

Es decir, el adolescente apático no encuentra nada que le motive realmente. Y en medio de esta desmotivación todavía tiene que resolver otra tarea: encontrar su propia identidad y configurar su propia personalidad.

Consecuencias de la apatía en la adolescencia

Sin embargo, al evitar sentir dolor, la mente no crece ni se desarrolla ni madura, porque la persona se enfrenta a las situaciones que le harían madurar. Como no se interesan por nada, no se involucran en nada, lo cual les proporciona, en cierta manera, un escudo con el que protegerse de todo aquello que evitan (aquello que creen que les hará sufrir).

¿Qué ocurre cuando esta apatía se extiende en el tiempo y se intensifica? Que el adolescente, además de tener más riesgo de desarrollar un trastorno depresivo, por ejemplo, desarrolla ciertas dificultades para enfrentar los retos de la vida, para convertirse en adulto o para establecer relaciones interpersonales íntimas.

Además, la apatía genera más apatía, es decir, el no hacer nada evita que encontremos cosas que nos motiven, porque precisamente no estamos haciendo nada para encontrarlas. El hecho de no involucrarse en nada o de no tener ilusión por nada, puede conllevar consecuencias negativas, a nivel emocional, para el adolescente, por ejemplo, una gran sensación de vacío, síntomas depresivos…Adolescente haciendo deberes con apatía.

“Tengo la horrible sensación de que pasa el tiempo y no hago nada, y nada acontece, y nada me conmueve hasta la raíz”.

-Mario Benedetti-

¿Cómo ayudar al adolescente? El primer paso

Sea como sea, si tu hijo, tu alumno o tu hermano es adolescente y está especialmente apático, lo primero que deberéis hacer conjuntamente es encontrar las causas de esa apatía. Si no quiere ayuda, es decir, no se deja ayudar, puedes probar a involucrar a un amigo cercano con el fin de acercarte un poco más a él, aunque sea de forma indirecta.

Por otro lado, muchas veces la terapia psicológica es beneficiosa en estos casos. En ocasiones la apatía en la adolescencia aparece de forma puntual, por una época “mala”. Sin embargo, otras se deben a causas mucho más profundizas que convendrá analizar y conocer.

Bibliografía

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.

  • Araújo de Vanegas, A. M. (1998): La aventura de educar: Pubertad, Universidad de La Sabana, Santafé de Bogotá.
  • Carretero, M., Palacios, J. y Marchesi, A. (1985): Psicología evolutiva 3. Adolescencia, madurez y senectud, Alianza, Madrid.
  • Redorta, J., Alzina, R. B., & Galdós, M. O. (2006). Emoción y conflicto: aprenda a manejar las emociones.
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