Alimentación saludable para niños con diabetes

Te invitamos a saber cómo manejar la dieta de un niño diabético, para garantizar que se mantenga saludable. Recuerda que siempre se debe consultar con un profesional de la salud.

Si alguien piensa que hay diferencias entre las necesidades nutricionales de un niño con diabetes y otro que no, se equivoca. Lo único distinto es que los pequeños que presentan esta enfermedad deben aprender a prestar atención a lo que comen y cuando lo comen. Se trata de estar más conscientes de su propia nutrición.

Consultar con el médico, controlar el horario de la comida y aprender a contar los carbohidratos, son algunos tips que ayudarán a controlar la diabetes ¿Quieres saber más al respecto? Sigue leyendo para conocer los detalles.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es un trastorno metabólico que impide al cuerpo utilizar los carbohidratos o azúcares contenidos en los alimentos de forma adecuada. La más frecuente en niños es la de tipo 1, la cual aparece antes de los 15 años de edad y hay que suministrar insulina. La de tipo 2, aparece más en la etapa adulta, pero hoy en día se asocia con las altas tasas de obesidad en niños y no requiere de insulina.

¿Cómo debe ser la alimentación saludable para niños con diabetes?

Las necesidades de energía y nutrientes de un niño con diabetes no tienen nada de diferente con la del resto de la población infantil. Según la organización HealthyChildren hay que ayudarlos a que se hagan responsables por la diabetes, mientras se hacen más independientes. El principal objetivo de la alimentación saludable es mantener el azúcar y los lípidos controlados en la sangre. Para ello, el plan de alimentación debe ser del siguiente modo:

  • Suficiente: para que proporcione toda la energía que necesita el niño en cada etapa de su crecimiento sin permitir el sobrepeso o un bajo peso.
  • Equilibrado: la energía debe ser aportada por los diferentes nutrientes en las proporciones recomendadas.
  • Variado: la diversidad de nutrientes debe provenir de una amplia gama de alimentos y estará adaptada al tratamiento farmacológico (insulina).
  • Satisfactorio: debe satisfacer todas las exigencias a medio y largo plazo, así como a la mejora de su calidad de vida.
La diabetes resulta de un déficit absoluto o parcial de insulina, que es la hormona encargada de llevar el azúcar que ingerimos hacia los tejidos para que sea usada como energía.

¿Cómo se distribuye la energía a lo largo del día?

Se requiere que entre un 50 y un 60 por ciento de toda la energía provenga de los carbohidratos. Por ejemplo, para una dieta de 1 800 calorías, estos representarán 225 gramos. Las proteínas aportarán entre un 12 a un 15 por ciento, lo que equivale a 67 gramos diarios. Por su parte, las grasas se calculan entre un 30 a 35 por ciento; es decir, 70 gramos al día.

Carbohidratos

Los carbohidratos son los macronutrientes que afectan directamente la cantidad de azúcar en la sangre. Estos pueden ser los almidones o los simples. Al final, ambos se transforman en glucosa para ser absorbidos. Hay alimentos que tienen carbohidratos de rápida absorción y otros lo hacen de manera lenta. A la velocidad de absorción de un carbohidrato se le llama índice glucémico (IG).

Hay factores como el tipo de cocción, la consistencia, la presencia de fibra o de grasa y proteínas que aumentan o disminuyen la absorción del azúcar. Una alimentación saludable para niños con diabetes incluye alimentos con bajo índice glucémico, cuyo valor sea menor a 55. Estos son algunos ejemplos de comestibles que considera la Fundación para la Diabetes:

  • Leche entera o descremada y sus derivados lácteos.
  • Arroz integral, avena, cebada, centeno y cereales para desayuno ricos en fibra.
  • Fideos de arroz, galletas sin azúcar y quinoa hervida.
  • Legumbres, como garbanzos, frijoles y guisantes.
  • Frutas: manzana, melocotón, mora, pera, nectarina, naranja y membrillo. Así como, una amplia variedad de hortalizas.
  • Frutos secos.

Proteínas

Se sugieren proteínas animales sin grasa, como clara de huevo, pollo sin piel, conejo, pavo y pescados. Además, hay que limitar las carnes rojas. En cuanto a los vegetales, se deben seleccionar legumbres y cereales combinados para aumentar la calidad de los aminoácidos, así como frutos secos.

Grasas

Las grasas más saludables a utilizar para la alimentación del niño con diabetes son las omega-3, que se encuentran en frutos secos y pescados grasos como sardinas, salmón, palometa o atún, entre otros. Por su parte, el aceite de oliva debe predominar entre este tipo de productos.

Combina y equilibra la alimentación

Los carbohidratos de bajo IG pueden combinarse entre ellos y con alimentos proteicos y fuentes de grasas saludables. De esta manera, se permitirá un proceso de digestión más lento para que los azúcares se absorban poco a poco en el intestino. Además, también se recomienda unos 25 gramos de fibra al día para aumentar la saciedad y reducir más la absorción de los nutrientes. Las verduras, las frutas, los cereales y las legumbres, aportan tanto fibra soluble como insoluble.

A las preparaciones se les debe aplicar distintas técnicas culinarias. Además, el horario de comida debe estar adaptado al tratamiento farmacológico y a la rutina escolar, social y familiar.

La distribución de la alimentación del niño debe hacerse varias veces al día, con 3 comidas principales y 2 o 3 meriendas.

Otros consejos para mantener una alimentación saludable

Además de una correcta selección y distribución de los macronutrientes en la dieta del niño con diabetes, también se requiere lo siguiente:

Asistir con frecuencia a la consulta

El pediatra y el nutricionista son los expertos de salud que vigilarán la evolución del niño y realizarán los ajustes necesarios en cuanto al plan de alimentación. Se hará énfasis en el consumo de carbohidratos, en los controles de azúcar y en las dosis de insulina adecuadas.

Aprender a contar los carbohidratos

El niño y los familiares deben practicar una alimentación saludable y consciente de la importancia de contar los carbohidratos en cada comida. La cantidad a ingerir ajustará la dosis de insulina. Además, al aprenderlo, podrá permitirse algunos antojos. Por ejemplo, en un cumpleaños puede participar de ciertas comidas, siempre y cuando sepa la dosis de insulina para la cantidad de carbohidratos que ingiera.

Leer las etiquetas de los alimentos

Las etiquetas de los alimentos aportan buena información que ayudará al control del azúcar en sangre. En ellas se indica la cantidad de carbohidratos por porción, por lo que de esta manera se puede multiplicar por la cantidad de porciones a ingerir. También, muestran el tipo y la cantidad de grasa, así como las calorías del alimento. Otros nutrientes de interés que puedes registrar son las proteínas.

Bajar alguna aplicación para contar o calcular calorías o carbohidratos

Existen muchas aplicaciones con tamaño de porciones y listas de alimentos. Las mismas sirven para calcular la cantidad de carbohidratos a consumir por preparación, tanto dentro como fuera de casa.

Registrar los alimentos que consume el niño

Para llevar la evolución de la alimentación del niño, debes registrar lo que come, el horario, la cantidad de carbohidratos y el nivel de azúcar en sangre. De ser posible, compra una balanza para pesar cada preparación. Con esta información, tanto el médico como el nutricionista decidirán si hay que ajustar la dieta.

Servir recetas nuevas, saludables y deliciosas

Puedes consultar con los profesionales para darle variedad a las preparaciones. Es importante evitar que el niño no sienta que lleva una dieta especial por su trastorno metabólico.

Llevar una dieta adecuada es clave

Un niño con diabetes no necesita de una alimentación especial. Con que sea saludable y nutritiva como la de otros niños, es suficiente. Siempre debes combinar carbohidratos de bajo índice glucémico con proteínas magras y con grasas saludables. Los alimentos fuentes de fibra deben acompañar cada preparación.

Vigila siempre su horario de comida, cuenta los carbohidratos y ajusta la dosis de insulina. Estas tres reglas no deben fallar. Recuerda que el pediatra y el nutricionista son tus aliados.

Bibliografía

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