En ocasiones, nuestros hijos tienen comportamientos inadecuados que nos llevan de cabeza. En las siguientes líneas vamos a ver algunas de las malas conductas de los niños que no debemos consentir y qué consecuencias habrá, en caso de que las lleven a cabo.
Los niños están continuamente aprendiendo; lo hacen sobre muchos temas, pero hay uno que resulta muy importante en su educación: saber qué comportamientos son adecuados y cuáles no. Un reto para los padres consiste en establecer esos límites que guiarán a su hijo hacia conductas aceptables y que, como parte de su desarrollo, intentará sobrepasar.
¿Qué debemos hacer ante las malas conductas de los niños?
En ciertos momentos, los padres nos podemos mostrar más tolerantes o pasivos ante determinadas conductas, dependiendo del lugar en el que nos encontremos o de nuestro estado de ánimo en ese momento.
Con esto, lo único que hacemos es transmitirles a nuestros hijos un mensaje contradictorio. ¿Por qué una misma conducta tiene resultados diferentes dependiendo del lugar en el que se realice? Eso es lo que no debemos permitir. Una determinada conducta tiene que tener sus consecuencias en cualquier caso.
Siempre tenemos que marcarles a los niños sus comportamientos inadecuados, pero hay ciertas conductas que no podemos dejar pasar bajo ninguna condición, ya que pueden convertirse en un problema para ellos, para nosotros o para quienes les rodean.
Es fundamental mostramos firmes y establecer las consecuencias relacionados con su conducta. Esto hará que, conforme vayan creciendo, las eviten.
Las malas conductas de los niños que no debemos consentir
A continuación, vamos a ver algunos de los comportamientos que no podemos pasar por alto ni consentir bajo ningún concepto.
Apropiarse de objetos que no son suyos
A los niños, a veces, les gusta algo mucho y, a pesar de no ser suyo, lo cogen. Es importante que les hagamos entender que, por mucho que deseen una cosa, no pueden cogerla si no es suya. Esto es fundamental, ya que tiene que ver con los valores de respeto, honradez y honestidad.
- Consecuencias
Si pillamos a nuestro hijo cogiendo algo que no es suyo, tenemos que hablar con él para explicarle que eso no debe hacerlo, pedirle que lo devuelva y asegurarnos de que lo hace. Aunque se oponga y no sea fácil, tiene que saber qué es lo correcto.
Molestar a otros sin motivos
Los niños suelen entrar continuamente en discusiones o peleas con sus iguales, por un juguete, por ejemplo. Esto es totalmente normal; el problema surge cuando nuestro hijo molesta o daña a otro niño sin ninguna razón. Cuando esto ocurra, es importante que identifiquemos qué es lo que pasa y que actuemos inmediatamente.
- Consecuencias
Una vez que estemos seguros de que no hay ningún motivo para ese comportamiento, tenemos que hablar con nuestro hijo para que piense qué lo ha llevado a comportarse así, para nos cuente qué ha pasado y para pedirle que escriba una carta de disculpa y se la entregue personalmente al niño al que ha molestado.
Hacer burlas a quienes son diferentes
Es normal que los niños pregunten sobre otros niños que ven con alguna discapacidad o algo de su aspecto físico que les llame la atención, pero no podemos consentir que los señalen, se rían o se burlen de ellos.
Nosotros, como padres, debemos hacerles entender que, independientemente de cómo seamos, todos somos iguales y tenemos que respetar y aceptar a los demás. Tenemos que fomentar en ellos valores como la empatía y la sensibilidad, que les haga ser personas de buen corazón.
- Consecuencias
Con respecto a este comportamiento, no debemos dejar que se burlen de nadie y, si lo hicieran, debemos reñirles y explicarles que eso no se hace. Desde pequeños, tenemos que inculcar la aceptación e inclusión de los que son diferentes y hacerles ver a nuestros hijos cómo pueden hacer sentir a otros con esas actitudes.
La lectura de cuentos o el visionado de películas acerca de este tema puede ayudarte a promover la importancia de estos valores.
Más malas conductas de los niños que no debemos consentir
Excluir a otros niños
Si nosotros vemos o nos avisan del colegio de que nuestro hijo excluye a otros niños, es importante que pongamos freno a esta situación lo antes posible y trabajemos con él para que desarrolle empatía, conciencia y sensibilidad hacia los demás.
- Consecuencias
Aquí debemos asegurarnos de que, tras mantener una conversación con nuestro pequeño, la situación no se ha vuelto a repetir. Además, podemos pedirle que ahora sea él quien integre al niño que ha sido excluido para que no se vuelve a quedar fuera del grupo por su actitud.
Faltar el respeto a las figuras de autoridad y romper objetos cuando están enfadados o frustrados
A los más pequeños, a veces, les cuesta manejar sus emociones, al igual que nos ocurre a los adultos, pero hay niños cuyas reacciones son explosivas y desmedidas, y gritan, golpean a quienes tienen cerca e, incluso, llegan a romper objetos que se encuentren a su alcance. Este comportamiento no podemos consentirlo y tenemos que trabajar con nuestro hijo en cuanto aparezca.
- Consecuencias
Las consecuencias van a depender de la edad del niño y de la intensidad de la conducta. Tenemos que esperar a que se encuentre tranquilo para hablar y repasar la situación con calma.
Podemos darle estrategias para manejar el enfado y esas reacciones desmedidas, como técnicas de relajación, respiración, tomarse un tiempo fuera, expresar cómo se siente, etc.
Además de establecer las consecuencias de estas conductas (pérdida de algún privilegio con el que disfrute mucho) hasta que la situación no vuelva a repetirse, en caso de que hayan roto algo, destinará parte de sus ahorros a comprar o repararlo.
En definitiva, no hay que dejar pasar las malas conductas de los niños, pero las que acabamos de mencionar son especialmente delicadas y no se pueden consentir, porque implican hacer daño, tanto a sí mismo como a los demás y a su entorno.
Es importante que, como padre, establezcas siempre las consecuencias que acarrearán estos comportamientos y tratar que esa consecuencia se cumpla, sin importar dónde se produzca y con quién. Tienes que ser firme a la hora de zanjar estas malas conductas para que no se vuelvan a repetir en un futuro, siempre desde el amor y el respeto a tus hijos.
Bibliografía
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