Como seres en crecimiento y formación, los niños también enfrentan la tarea de conocerse a sí mismos. Esto implica identificar rasgos, defectos, virtudes y preferencias, entre muchas otras cosas. Para motivar su autoaceptación y mejorar su autoestima, es necesario ayudar a los niños a comprenderse mejor.
Si bien, la creación de la identidad es un proceso evolutivo que se estructura en la adolescencia y finaliza en la adultez, es importante fomentar que los niños actúen de acuerdo a su modo de pensar y concebir su entorno. De ese modo, podrán seguir sus creencias y pensamientos ante las diversas circunstancias que afronten desde temprana edad.
Para esto, es fundamental el rol de quienes les rodean. Esto incluye a docentes y padres, por supuesto. Desde casa, se puede ayudar a un niño a entenderse mejor con simples preguntas ante diferentes situaciones de la vida diaria.
Beneficios de ayudar a los niños a conocerse mejor
Avanzar en su autoconocimiento, le permitirá al niño comprender los sentimientos que cada escenario le genera. Es lo que se denomina «conciencia afectiva», como lo sugiere una investigación desarrollada en la Universidad Francisco José de Caldas, de Bogotá.
A través de esta competencia, podrá identificar falencias e intentar corregirlas a futuro. En verdad, se trata de un ejercicio muy constructivo y que puede ofrecer enormes beneficios, como los siguientes:
- Autoaceptación: es el conocimiento profundo de las capacidades y emociones para aceptarlas y transformarlas con el objetivo de construir una humanidad más integral.
- Crecimiento de su autoestima: es la percepción valorativa del ser, tanto a nivel psíquico, físico y emocional, una buena autoestima significa tener confianza para generar ideas, procesos creativos y aprender sin presiones.
- Mejores relaciones con los demás: al conocerse mejor y al estar consciente de miedos y capacidades personales, las asociaciones de amistad fluyen mejor.
- Desarrollo del pensamiento independiente y la toma de decisiones: aunque, como señalan diversas investigaciones, en el cerebro de los niños, a partir de los tres años de edad, empieza a tener mayor protagonismo la parte racional, esto se debe a que se inicia la regulación de los impulsos del sistema instintivo emocional, que tiene lugar en los lóbulos prefrontales del cerebro, de hecho estos lóbulos terminan de desarrollarse entre los 20 y 25 años de edad. Esta es la razón por la cual los menores necesitan una guía de conducta, que casi siempre recae en los padres, esto no quita que cada niño pueda ser capaz de formar determinadas nociones y conocimientos propios del mundo que le rodea.
- Autocontrol: capacidad de comprender y manejar las emociones, comportamientos, y pensamientos. Un estudio que relaciona las variantes de autoconcepto y autocontrol en niños sugiere que a mayor sentido de aceptación personal y bienestar consigo mismo en diferentes contextos, como la escuela, amigos o familia, mayores muestras de autocontrol y regulación positiva de las emociones y la conducta.
- Coherencia: capacidad de actuar de acuerdo a los ideales personales.
27 preguntas para ayudar a los niños a conocerse mejor
La clave de la actividad es propiciar la autorreflexión, esa capacidad propia de los humanos que nos lleva a pensar en la relación que tenemos con nosotros mismos y el mundo. Por lo tanto, es necesario que los niños elaboren sus propias respuestas, con independencia y autonomía, según su personalidad, pero siempre con la guía de un adulto consciente.
Tal como se reflexiona en el artículo «¿Por qué formar alumnos autónomos?», el pensarse a sí mismos está en la base de la autoevaluación y en la posibilidad consciente de redireccionar e introducir cambios y mejoras a voluntad.
Preguntas genéricas para que el pequeño evalúe sus características personales
1. ¿Cuáles son tus fortalezas?
2. ¿Cuáles son tus miedos? ¿Qué harías si no los tuvieras?
3. ¿Qué te gusta hacer para divertirte?
4. ¿Qué haces cuando tienes un problema? ¿Hay alguien que te pueda ayudar a resolverlo?
5. ¿Dónde te sientes más seguro?
6. Si pudieras pedir un deseo, ¿cuál sería?
7. ¿Te sientes especial? ¿Por qué?
8. ¿Qué te enorgullece?
Preguntas ante una situación frustrante
Luego de fallar en un examen, por ejemplo, es posible preguntarle qué le pasó, cómo se sintió al conocer sus errores y qué le motiva este suceso en su vida. Así, aprenderá que el fracaso es una posibilidad más en la vida y, asimismo, desarrollará tolerancia a la frustración. También le servirá para hacerlo mejor la próxima vez.
9. ¿Confías en ti?
10. ¿Qué te avergüenza? ¿Cuándo te sientes avergonzado?
11. ¿Qué sientes en tu cuerpo cuando estás enfadado? ¿Qué te pasa por la cabeza en esos momentos?
12. ¿Por qué te ha ido mal?
13. ¿Te sentías nervioso o muy presionado?
14. ¿Te sientes con ganas de trabajar duro para revertir los resultados?
15. ¿De qué manera crees que podrías hacerlo?
«El pensamiento ‘yo soy este cuerpo de carne y huesos’ es el origen de todos los demás pensamientos. Por eso, si miro hacia adentro y me pregunto: ‘¿Dónde está ese yo?’, todos los pensamientos (también el pensamiento del ‘yo’) desaparecerán, y el autoconocimiento brillará espontáneamente».
—Ramana Maharsh—
Preguntas ante malas conductas
Conocerse a sí mismo le permitirá a un niño comprender y explicar conductas impulsivas en momentos de enojo. En esos momentos podemos hacerle preguntas sobre el porqué de sus actitudes y respuestas; también es posible que elabore reacciones alternativas a la que demostró.
16. ¿Por qué lo hiciste?
17. ¿En qué te ayudó ese comportamiento?
18. ¿Cómo te sientes ahora?
19. ¿Eres capaz de reconocer que has hecho mal? ¿Te disculparás?
«Es en la satisfacción del actuar diferente al proceder del que uno se ha arrepentido en donde brota el fruto más fecundo y feliz de la emisión de las disculpas».
—Felipe B. Bravo—
Preguntas para propiciar el autoconocimiento
La formación de una persona depende de factores pertenecientes al contexto en el que vive, por ejemplo: la familia, la cultura, el género, las amistades y las demás relaciones con los pares.
Así lo refiere este artículo que estudia, por ejemplo, la contribución del entorno socioeconómico al autoconcepto y percepción infantil según las pautas de crianza, publicado en la Universidad Complutense de Madrid.
En ese sentido, el autoconocimiento de los niños será el resultado de su relación con el entorno, sus características innatas y sus experiencias de vida. Todas ellas irán moldeando los pensamientos y modos de comprender las cosas del infante.
Descubre estas: Frases de amor para el desarrollo personal de nuestros niños
También existen otras preguntas similares a las planteadas en un inicio para ayudar a los niños a entenderse mejor y ver así sus puntos fuertes y débiles. Algunas de ellas son:
20. ¿En qué te crees diferente al resto?
21. Si tuvieras que decirte algo lindo, ¿qué te dirías?
22. ¿Cuál es la característica que más te gusta de ti mismo?
23. ¿Cuál es tu recuerdo más feliz?
24. ¿Qué te gusta hacer cuando estás triste? ¿Llorar y gritar te consuelan?
25. ¿Qué cosas te preocupan? ¿Qué cosas te quitan el sueño?
26. ¿Cuál es tu logro más importante? ¿Qué te gustaría conseguir en el futuro?
27. ¿Qué te preocupa y qué te causa ilusión?
Indagar sin interrogar
Evita que el pequeño se vea saturado ante las prerrogativas, se sienta incómodo y no sepa cómo responder. Es determinante generar un clima de conversación desaprensiva, de modo que tenga tiempo suficiente para elaborar y desarrollar las respuestas.
En ese sentido, es fundamental que encuentres el momento adecuado para el diálogo. Así, el niño se sentirá en un ambiente calmado, relajado y en confianza para ofrecer los pensamientos más sinceros que se le vengan a la mente.
Inténtalo: al ayudar a los niños a conocerse mejor estarás contribuyendo en gran medida a su formación integral como persona. Ten en cuenta que el autoconcepto, como lo refiere una revisión teórica publicada en la revista Psykhe, no se hereda y se va formando según las interacciones con el entorno, la competencia social y el control cada vez más estable del comportamiento.
Bibliografía
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