¿Cómo afecta el consumo de azúcar a los niños?

Encontrar el equilibrio en la nutrición de los más chicos es todo un desafío. Te contamos cómo el consumo excesivo de azúcar puede afectar la salud de los niños y qué puedes hacer al respecto.
¿Cómo afecta el consumo de azúcar a los niños?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 03 abril, 2024

Vivimos en una época en la que los dulces, refrescos y golosinas son muy accesibles para los más chicos. Por eso, el consumo de azúcar en ellos es cada vez más elevado, pudiendo incluso predominar en su dieta. Pero, ¿a qué costo?

El elevado consumo de azúcar entre los más jóvenes ha desatado una crisis silenciosa en la salud infantil. Las políticas públicas están poniendo todos sus esfuerzos para controlar esta problemática, pero los resultados son insuficientes.

Como mamá y papá, es importante conocer los riesgos que enfrentan nuestros niños, así como replantear estrategias para proteger su bienestar. En este artículo, te contamos cómo el consumo desmedido de azúcar puede afectar su salud y qué puedes hacer al respecto.

¿Cuánta azúcar deben comer los niños?

Según la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), el consumo recomendado de azúcares libres en niños es:

  • Para niños de 7 a 10 años: no más de 23 g diarios, lo que equivale a unas 6 cucharaditas o terrones de azúcar.
  • Para niños de 4 a 6 años: no más de 20 g diarios, equivalente a 5 cucharaditas o terrones de azúcar.
  • Para niños de 2 a 4 años: no más de 16 g diarios, aunque no se especifica la equivalencia, sería menos de 5 cucharaditas o terrones.
  • Para bebés menores de 2 años: se recomienda evitar completamente los alimentos y bebidas con azúcar añadido.

Es importante destacar que, los azúcares añadidos a nuestra dieta, conocidos como «azúcares libres», se encuentran en una variedad de alimentos y bebidas. Incluso, productos que aparentan ser saludables, como cereales, jugos de frutas y batidos, pueden contener cantidades significativas de este ingrediente.

Sin embargo, no todos los azúcares son iguales. Aquellos que se encuentran de manera natural en la leche, en las frutas y en las verduras enteras no clasifican como azúcares libres, ya que vienen acompañados de otros nutrientes esenciales para la salud.



¿Qué son los niveles de azúcar en sangre?

Para comprender mejor el impacto del consumo excesivo de azúcar en los niños, es esencial familiarizarse con el término «glucemia», que se refiere a la cantidad de glucosa, o azúcar, presente en la sangre en un momento dado.

La glucemia sirve como un indicador de la salud metabólica, ya que muestra cómo el cuerpo regula los niveles de azúcar en la sangre, un proceso controlado principalmente por la acción de la insulina. Esta hormona, producida por el páncreas, es fundamental para mantener los niveles de glucosa dentro de un rango considerado saludable.

En adultos, un nivel de glucosa en sangre normal en ayunas (es decir, sin haber comido durante varias horas) se sitúa entre 72 y 100 miligramos por decilitro (mg/dL).

Para niños y adolescentes, los rangos de glucemia normal son muy parecidos a los de los adultos. Si los niveles de glucosa superan estos valores de manera consistente, podría ser una señal de alerta de condiciones como la diabetes, donde el cuerpo no logra regular adecuadamente la cantidad de azúcar en la sangre.

¿Por qué el consumo exagerado de azúcar es malo para la salud de los niños?

La presencia constante de altos contenidos de azúcar en la dieta de los niños puede tener numerosos efectos negativos para su salud. Te explicamos cuáles son algunos de estos efectos.

1. Aumento de peso

Los alimentos ricos en azúcar, como galletas o dulces, a menudo tienen un alto contenido calórico, pero ofrecen pocos nutrientes adicionales, conocidos como «calorías vacías». Cuando estas calorías no se utilizan como energía, se almacenan en forma de grasas en el cuerpo de los niños, aumentando el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil.

Además, una dieta rica en azúcar puede alterar los niveles de las hormonas relacionadas con el apetito y la sensación de saciedad. Esto interfiere con la regulación del apetito, promueve la sensación de hambre y provoca el consecuente aumento de peso.

Asimismo, los alimentos dulces pueden tener en el cuerpo un efecto similar a las sustancias adictivas. Al consumirlos se estimulan las neuronas en el sistema de recompensa del cerebro, provocando placer y la necesidad de repetir la experiencia una y otra vez. 

La presencia de grasas adicionales está asociada con una serie de problemas de salud, incluyendo diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.

2. Riesgo de sufrir diabetes

El alto consumo de azúcar en los niños puede generar resistencia a la insulina. Cuando el cuerpo no puede responder de manera adecuada a esta hormona, aumenta la glucemia y puede conducir a la diabetes tipo 2.

La sed excesiva y la micción frecuente pueden ser señales de diabetes infantil. Si esta patología no se trata, puede derivar en complicaciones graves a largo plazo, como problemas renales, cardíacos y oculares.

La diabetes tipo 2 también puede conducir a complicaciones graves que requieren tratamiento inmediato, como la cetoacidosis y el estado hiperosmolar hiperglucémico.

El primero ocurre cuando no hay suficiente insulina en el cuerpo para permitir que la glucosa ingrese a las células, lo que lleva al cuerpo a descomponer la grasa en lugar del azúcar como fuente de energía. El segundo se caracteriza por una deshidratación severa y una marcada hiperglucemia.

3. Caries dental

Un consumo elevado de azúcar en los niños aumenta el riesgo de que desarrollen caries. La presencia de este ingrediente en la dieta aporta el sustrato que las bacterias de la boca necesitan para crecer y multiplicarse.

Al metabolizar el azúcar, los gérmenes producen un ácido capaz de quitar los minerales a los dientes. Con esto, las piezas dentales se manchan, se rompen y, si no se tratan a tiempo, pueden doler, infectarse y hasta perderse.

4. Deficiencias nutricionales

Los niños necesitan una variedad de nutrientes importantes, como hierro, calcio, proteínas, minerales y vitaminas para desarrollar huesos fuertes, un sistema inmunológico saludable y un crecimiento adecuado. Además, la fibra dietética es esencial para una digestión saludable.

Sin embargo, el alto consumo de azúcar puede interferir en la nutrición que reciben, lo que eleva el riesgo de deficiencias nutricionales. Los alimentos ricos en azúcar carecen de nutrientes esenciales, fibra y desplazan de la dieta las comidas más nutritivas y saludables.

Una dieta desequilibrada no proporciona los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimos, afectando la salud y bienestar a largo plazo.

5. Deficiencia en el desarrollo cerebral

El cerebro depende de la glucosa como fuente de energía para llevar a cabo funciones cognitivas importantes, como el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Sin embargo, cuando se consume demasiada azúcar, se pueden producir problemas en el funcionamiento óptimo del cerebro.

Investigaciones recientes sugieren que el consumo elevado de azúcar se relaciona con un mayor riesgo de depresión y ansiedad en algunas personas. Sin embargo, aún no está claro si el azúcar contribuye al desarrollo de problemas del estado de ánimo, o si las personas con depresión son más propensas a consumir alimentos azucarados como una forma de afrontar sus emociones.

Además, el consumo excesivo de azúcar puede tener efectos negativos en la salud mental y el bienestar emocional de los niños. Algunos estudios han sugerido que el consumo elevado de refrescos, por ejemplo, se vincula con cambios en el estado de ánimo, irritabilidad y dificultades en el control de los impulsos.



6. Alteraciones del sueño

El sueño es crucial para el desarrollo cognitivo y emocional de los pequeños. El descanso adecuado es esencial para mantener la salud física y mental, mejorar el rendimiento, la atención, la memoria, la concentración y fortalecer el sistema inmunológico.

Cuando un niño consume demasiada azúcar, esto puede interferir con su capacidad para conciliar el sueño y mantener un descanso profundo y reparador. La falta de sueño de calidad puede repercutir en su rendimiento académico, el aprendizaje, el comportamiento y el estado de ánimo.

Síntomas de exceso de azúcar en niños

Además de observar la frecuencia y cantidad de alimentos dulces que consumen sus hijos, los padres deben estar atentos a ciertos síntomas que podrían indicar un exceso de azúcar en la sangre. Estos síntomas incluyen:

  • Fatiga excesiva.
  • Apetito exagerado.
  • Más ganas de orinar.
  • Pérdida de peso inexplicada.
  • Aumento de la sed y necesidad de beber más agua.

Si se observan estos síntomas en un niño, es importante consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado y un tratamiento apropiado. La hiperglucemia es una condición médica que requiere de atención y manejo oportuno.

¿Cómo ayudar a tu hijo a comer menos azúcar?

Reducir el consumo de azúcar en la dieta de tu hijo puede parecer desafiante, pero hay varias estrategias que puedes implementar para ayudarlo a desarrollar hábitos alimenticios más saludables. Por ejemplo, las siguientes.

Revisa los envases de los alimentos

Examina la lista de ingredientes en los paquetes de alimentos para identificar el contenido de azúcar y buscar alternativas que no tengan este ingrediente. Las palabras como sacarosa, glucosa, fructosa, dextrosa, maltosa, jugo de caña evaporado, azúcar de palma, hidrolizado de almidón, jarabe de maíz, miel y almíbar indican la presencia de azúcares añadidos.

Tienes que tener especial cuidado con los alimentos etiquetados como «bajos en grasa», ya que pueden contener cantidades significativas de azúcar para mejorar su sabor.

Sustituye alimentos

Opta por alimentos con menos azúcar, como cereales o panes integrales. Reemplaza las galletas, dulces y tartas por opciones más saludables, como palitos de verduras, frutas, hummus y frutos secos.

Cocinar en casa es una de las maneras más fáciles de controlar la cantidad de azúcar que contienen tus comidas. Considera preparar tus propias salsas de tomate caseras en lugar de comprarlas preparadas, ya que estas últimas tienden a contener azúcares añadidos.

Reduce las bebidas gaseosas y las golosinas

Los alimentos repletos de azúcar suelen ser los preferidos de los niños. Limitar su consumo a alguna vez a la semana o una vez al mes, de manera que no sean opciones habituales y cotidianas, es un primer paso.

Trata de dejar las bebidas endulzadas, jugos de frutas y refrescos azucarados para eventos puntuales como fiestas o cumpleaños. Acostumbra a tu pequeño a beber agua cuando tenga sed.

En el caso de gominolas, caramelos, paletas y chocolates, vale lo mismo. Los frutos del bosque son una opción saludable que nos ofrece la naturaleza, se ven bonitas y pueden reemplazar a las golosinas.

No des alimentos como premios

Evita utilizar los alimentos como premios o castigos. La comida no debe asociarse con emociones o comportamientos, ya que esto puede generar hábitos alimenticios poco saludables y una relación disfuncional con la alimentación a lo largo de la vida.

Por ejemplo, si se utilizan alimentos, como los dulces como recompensa, los niños pueden suponer que son mejores o más valiosos que otras comidas. Si les dices que recibirán postre si comen todas sus verduras, les envías un mensaje equivocado.

En su lugar, enseña a tu hijo sobre la importancia de una alimentación equilibrada y cómo ciertos alimentos pueden beneficiar su salud. Enfatiza, por ejemplo, cómo ciertos alimentos fortalecen sus músculos, dan energía o ayudan a sus huesos y dientes.

Educa con el ejemplo

Si comes bien, es probable que tu hijo también lo haga. Explica a los niños que algunos alimentos son cotidianos, mientras que otros se comen solo de vez en cuando.

Siéntense a comer en familia y deja que los niños ayuden en la cocina. Mantén opciones saludables disponibles en tu casa para que tu pequeño, poco a poco, se acostumbre a preferir y escoger las opciones más beneficiosas y nutritivas.

Una alimentación equilibrada

El consumo excesivo de azúcar puede tener efectos negativos en la salud de los niños, pero enfocarse solo en este ingrediente no es la solución completa. En cambio, concentrarte en los beneficios de los alimentos saludables ayudará a los niños a desarrollar una actitud positiva hacia la buena alimentación.

Fomentar hábitos nutritivos desde una edad temprana es la clave para guiar a tus pequeños hacia un estilo de vida más saludable en el futuro.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.