Criar a un niño con autismo es todo un reto. Comprender sus dificultades sociales y comunicativas, su inflexibilidad y sus patrones de conducta y ayudarle a manejarlos es casi un trabajo a tiempo completo. Por eso, estar descansados y contar con un buen estado de ánimo es fundamental para que las familias puedan afrontar el día a día. Sin embargo, esto se dificulta enormemente debido a los problemas de sueño que suelen padecer los niños con este trastorno.
El mal descanso afecta y agrava los síntomas propios del autismo y agregar una serie de complicaciones adicionales. Por esto, a continuación, abordaremos las causas de los problemas del sueño y te propondremos algunas soluciones al respecto.
Los problemas de sueño en los niños con autismo
Los problemas de sueño son comunes en los niños con trastorno del espectro autista (TEA). De hecho, se estima que entre un 70 % y un 80 % de los infantes con este diagnóstico no duermen bien. En algunos casos, las dificultades mejoran con el paso de los años, pero en otros, permanecen o empeoran incluso hasta la edad adulta.
Los motivos del mal descanso pueden ser de muy diversa índole:
- Resistencia a irse a dormir: muchos niños con TEA se niegan a acostarse a la hora indicada y pueden reaccionar con ira, enojo y frustración cuando los padres los llevan a la cama.
- Mayor latencia del sueño: es decir, que pueden tardar largo tiempo en conciliar el sueño.
- Despertares frecuentes: estos son de mayor duración que en el caso de los niños neurotípicos. En general, los niños con TEA suelen buscar la presencia y la atención de los progenitores, lo que acaba por afectar también el descanso de los adultos.
- Sueño menos reparador: no solo hablamos del patrón de sueño fragmentado, sino del hecho de que estos pequeños pasan menos cantidad de tiempo en fase REM (la cual es esencial para la recuperación nocturna del organismo).
¿Cómo afecta el mal descanso al desempeño diario?
La falta de descanso puede causar bajo rendimiento laboral en los progenitores, mayores tasas de absentismo, problemas de salud y de ánimo (por ejemplo, irritabilidad, ansiedad y agotamiento). Incluso, los hermanos pueden verse afectados por las dinámicas nocturnas de los niños con TEA y sufrir repercusiones en sus actividades personales y escolares.
Pero, ante todo, son los propios niños con TEA los que sufren el hecho de estar cansados y malhumorados. Esto incrementa sus desafíos en cuanto a la socialización y al aprendizaje. Además, se ha comprobado que, a largo plazo, el mal descanso puede derivar en quejas somáticas y en el desarrollo de síntomas de TDAH.
¿Por qué está alterado el sueño en los niños con autismo?
No hay un único motivo que explique las alteraciones del sueño en los niños con TEA. De hecho, pueden confluir diversos factores, algunos modificables y otros no. Estos son algunos de los principales:
- Alteraciones o mutaciones genéticas que afectan algún punto del ciclo vigilia-sueño, especialmente a la producción natural de melatonina.
- Problemas en el procesamiento sensorial. La luz ambiental, el ruido de fondo, un tacto desagradable del pijama o de la ropa de cama pueden dificultar la relajación de estos niños y la inducción al sueño.
- Conductas ansiosas o trastornos de ansiedad. Estas características generan una inquietud permanente que impide conciliar el sueño. A su vez, da lugar a un círculo vicioso difícil de romper.
- Malos hábitos, falta de rutina y descuido de la higiene del sueño. Todo esto también pueden agravar las dificultades. Así, es necesario contar con un horario de descanso ordenado y atender a ciertos aspectos previos a irse a dormir.
Claves para mejorar el sueño en los niños con autismo
Si tu hijo presenta autismo y tiene dificultades para descansar, es muy necesario que acudas a un profesional que pueda realizar un estudio individualizado y proponer pautas ajustadas. De todas formas, te contamos algunas de las medidas que pueden tomarse para favorecer el sueño en tu hijo.
Cuida el entorno a la hora de dormir
Procura que el dormitorio esté oscuro y silencioso y que los textiles sean agradables para el niño. Si existe un miedo a la oscuridad, es posible colocar una tenue luz indirecta. Igualmente, procura que la temperatura ambiental se encuentre entre los 18 y los 21 grados.
Establece una rutina adecuada para antes de dormir
En las horas previas al sueño no deben utilizarse pantallas ni juegos estimulantes. Por el contrario, han de dedicarse a actividades tranquilas y relajantes. Es posible bañar al niño antes de dormir y leerle un cuento o cantar una canción suave para ayudarle a relajarse.
Cuida la higiene del sueño de tu pequeño
Para esto, evita que tome alimentos o medicamentos estimulantes antes de dormir, procura que no haga ejercicio ni duerma la siesta en las últimas horas de la tarde y, sobre todo, mantén unos horarios regulares para acostarse y levantarse.
Utiliza agendas visuales
Puedes ayudarte de ciertas herramientas para establecer y premiar los hábitos de sueño adecuados. Las agendas visuales ayudan al niño a entender una secuencia de acciones a realizar, como por ejemplo, lavarse los dientes, acostarse, leer un cuento y dormir.
Por su lado, las tablas de modificación de conducta basadas en el refuerzo ayudan a motivar y a consolidar los logros. Puedes emplearlas para premiar las noches de sueño adecuado.
En ocasiones, el uso de melatonina podría estar indicado para favorecer el sueño en los niños, aunque es mejor consultar con el médico al respecto.
Consulta con un especialista sobre los pasos a seguir
En definitiva, es muy común que los niños con trastorno del espectro autista presenten dificultades para dormir. Para ello, la mejor medida siempre será consultar con un especialista, ya que él podrá indicar o modificar la medicación apropiada y proponer pautas de actuación que ayuden a mejorar el descanso de toda la familia.
Bibliografía
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