Procesamiento sensorial: una dificultad poco advertida

Las dificultades del procesamiento sensorial pueden presentarse aisladas o como parte de cuadros más amplios. En cualquier caso es preciso un diagnóstico para poder comenzar a trabajar con el niño.
Procesamiento sensorial: una dificultad poco advertida
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 17 mayo, 2020

En ocasiones conocemos niños que tienen un comportamiento un tanto peculiar o unas preferencias que llaman la atención. En estos casos podríamos estar ante niños con dificultades en el procesamiento sensorial.

Son niños que, por ejemplo, no les gusta que les corten el pelo o las uñas, que no soportan la ropa de manga larga o que muestran un desagrado inmenso a los columpios. Te contamos más al respecto para que puedas identificarlo en tus hijos.

¿Qué son las dificultades en el procesamiento sensorial?

Para mover nuestro cuerpo, regular nuestro comportamiento social, aprender, comunicarnos… en suma, para desenvolvernos en el entorno, nuestro cerebro trabaja con información proveniente de diferentes vías. Obtenemos dicha información a través de nuestros cinco sentidos (olfato, vista, gusto, tacto y oído). Pero también nos valemos de la información tactil (tacto profundo) y vestibular (equilibrio y movimiento).

Sin embargo, en ocasiones el procesamiento de la información aportada por uno o varios de estos canales es incorrecto. Bien sea porque se sobrevalora o porque casi no se percibe. Entonces las dificultades en el procesamiento sensorial son alteraciones en la sensibilidad con respecto a los estímulos ambientales de nuestro cuerpo.

¿Cómo se manifiestan las dificultades en el procesamiento sensorial?

Las manifestaciones son diversas y variadas y dependerán de varios factores:

  • La edad del niño
  • El canal afectado
  • Si el error al procesar es por exceso (hipersensibles) o por defecto (hiposensibles). Es decir, si los estímulos se perciben de manera exagerada y abrumadora o por el contrario resultan casi imperceptibles.

He aquí algunos ejemplos de niños hipersensibles:

  • Hipersensibilidad táctil. Rechazan algunos tipos de vestimenta como camisas de manga larga, pantalones largos, calcetines, abrigos, gorros… Además, les desagradan algunas texturas como la espuma, plastilina, arena, ciertos alimentos…. También se manifiesta en bebés que se muestran exageradamente irritables cuando han ensuciado el pañal
  • Hipersensibilidad vestibular. Demuestran desagrado o temor a columpios, ruedas, bicicletas, parques mecánicos…
  • Sensibilidad auditiva. Llanto e irritabilidad abrumadora ante ruidos fuertes o repentinos.
  • Sensibilidad visual. Llanto e irritabilidad abrumadora antes estímulos luminosos.
  • Hipersensibilidad propioceptiva. Incomodidad excesiva cuando tienen dolor abdominal, se han golpeado o ante cualquier señal del cuerpo.
  • Hipersensibilidad olfativa. Rechazo exagerado a algunos olores comunes a los que el grueso de las personas ignoran.

He aquí algunos ejemplos de niños hiposensibles:

Por todos estos ejemplos puede haber una contraparte hiporesponsiva. Es decir, donde el sistema nervioso demanda de estimulación extra. Tanto para poder notar la presencia del estímulo y responder o porque esta estimulación exagerada le produce placer. Entonces vemos así niños que:

  • Les encanta frotarse con algunas superficies, que mamá les rasque.
  • Se sobreexcitan en piscinas de pelotas o en la pileta.
  • Disfrutan de sentirse apachurrados, apretados y se calman de este modo.
  • Buscan de manera exagerada estímulos luminosos o auditivos fuertes y quieren repetirlos una y otra vez.
  • Pareciera que no les duele nada. Pareciera que tienen el umbral del dolor muy alto y no se quejan de dolores o molestias corporales. Son niños que les cuesta notar cuándo deben ir al baño, por ejemplo.
  • Buscan sobreestimularse con olores fuertes como algunos detergentes, gasolina o perfumes.
  • Les cuesta calmarse.
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Las dificultades en el procesamiento sensorial a veces vienen acompañadas

Algunos niños presentan este tipo de dificultades en uno o varios canales lo cual los hace exhibir un comportamiento peculiar. Incluso en ocasiones se afecta hasta su capacidad de relacionarse y de comportarse.

En oportunidades, las dificultades del procesamiento sensorial son parte de un cuadro más amplio de dificultades. Suelen presentarse en casos de autismo, déficit de atención, dificultades en el aprendizaje u otras alteraciones en el desarrollo. También pueden presentarse solas.

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Diagnóstico oportuno

Siempre un diagnóstico preciso y oportuno es necesario. Este te hará empezar a remediar a tiempo estas dificultades y ayudará a tu pequeño a entender lo que le está ocurriendo. Además le proporcionará estrategias para comenzar a percibir el mundo de una manera más mesurada y agradable. Verás cómo disminuyen los berrinches y comportamientos que parecían imprudentes.

En el caso que venga acompañada de cualquier otra condición, cuanto antes comiences a trabajar en esto mejores serán las oportunidades de éxito. Si crees que tu hijo puede estar teniendo dificultades con el procesamiento sensorial, busca la opinión de un experto. Un psicólogo especialista en desarrollo infantil o un terapeuta ocupacional especialista en procesamiento sensorial podrán ayudarte.


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  • Blanche, E. I., & Reinoso, G. (2007). Revisión de la literatura: déficit de procesamiento sensorial en el espectro del autismo. Revista Chilena de terapia ocupacional, (7), ág-59.
  • Bellefeuille, I. B. (2006). Un trastorno en el procesamiento sensorial es frecuentemente la causa de problemas de aprendizaje, conducta y coordinación motriz en niños. Bol Pediatr46, 200-203.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.