Somos hijas de la Luna, madres y ante todo, mujeres FUERTES

Las mujeres somos hijas de la Luna, diosas que entienden de ciclos, damas valientes que corren con los lobos, sabias en intuiciones, arquitectas de la sabiduría emocional… Puede que seamos eso y mucho más, pero lo que sabe ante todo la mujer que ha dado a luz o que cría a un hijo, es ser fuerte.

A lo largo de la historia y a través de todo ese maravilloso legado que nos deja la antropología, siempre ha estado presente el arquetipo de la figura de la mujer vinculado a la imagen de la Luna. Esa imagen ha venido justificado sin duda por nuestros ciclos y por esos cambios que experimenta nuestro querido y siempre mágico satélite ambarino.

La Luna Llena, pletórica y henchida de vida y de luz, simboliza a la mujer que es madre, es la semilla engendrada que ofrece su fruto, que ofrece la vida. A su vez, y no menos interesante, también la Luna recoge muchas de esas imágenes “casi místicas o mágicas” que suelen caracterizar tan bien la personalidad femenina. Dimensiones como la empatía, la intuición o la esfera del mundo emocional son detalles vinculados también a la diosa Selene.

Ahora bien, en vista de que en nuestro día a día estamos muy focalizadas en nuestro mundo terrenal, en el rumor de nuestras rutinas, obligaciones, presiones y múltiples quehaceres ta concretos y objetivos, nunca está de más recordar un poco estos lazos algo sobrenaturales e inspiradores que sin duda, nos pueden venir muy bien y a modo de inspiración, en un momento dado. Te proponemos reflexionar sobre ellos con nosotros.

La Luna y  la Mujer: ambas femeninas, cíclicas y dadoras de vida

Hemos de reconocerlo. La historia, las leyendas y esas construcciones culturales que nutren nuestro mundo, han querido siempre separar nuestra realidad entre lo que es femenino y lo que es masculino. Así, al Sol, se le ha dado una imagen masculina, mientras que a la mujer, se la ha unido desde la antigüedad con la Luna.

Cabe decir antes que nada que en esencia, todos, tanto hombres como mujeres compartimos características de ambos astros. Todos somos fuertes, todos damos luz, todos experimentamos cambios, somos intuitivos y sabemos de emociones. Por tanto, dejado claro este aspecto, detallemos un poco ese legado más diferenciado o tradicional que nos ha ofrecido la historia, las leyendas, los arquetipos…

La mujer, la Luna y sus fases

  • Luna Nueva: representa el nacimiento y se asocia con la ovulación, con el despertar y el paso de niña a mujer.
  • Luna Creciente: esta bonita imagen representa ya a la “doncella, a la joven mujer que se siente ya preparada para el amor.
  • La Luna Llena es la “madre”, es la  mujer embarazada que custodia, da vida y nutre desde su interior a esa nueva criatura.
  • La Luna Menguante simboliza a la mujer madura, a esa dama dotada de gran sabiduría, que disfruta de su poder, de su introspección y de su estatus, una mujer que llegada ya la menopausia guía también a las mujeres más jóvenes.

mujer con luna y estrella

Las mujeres somos “lunas” que aprenden a armonizarse, a cuidarse, a alzarse e fortaleza

Si hay algo realmente bonito que nos enseñan estos arquetipos donde lo femenino y la figura de Luna comparten un vínculo muy estrecho, es sin duda estas dimensiones en las que reflexionar:

¿Alguna vez te has parado a pensar lo esencial que es nuestro pequeño satélite para el planeta Tierra? Esa gran roca redonda que nos mira desde el espacio dirige las mareas en la Tierra con su fuerza de gravedad. Su fuerza de atracción y su distancia son las precisas y adecuadas para que todo lo que conocemos, no quede sumergido bajo el océano.

  • Como mujer dispones de un poder, una fortaleza y una capacidad maravillosa para mejorar todo lo que te rodea. Debes ser consciente por tanto de esa energía interna que concentras en tu ser, en tu voluntad, en tu experiencia.

Por otro lado, más allá de asumir que la vida de la mujer está marcada por los ciclos -en especial el referente a la menstruación- hay algo mucho más esencial.

  • Nos referimos a nuestra capacidad para sanarnos, para armonizarnos con nosotras mismas, conociéndonos, entendiendo qué nos conviene y qué no, luchando por lo que amamos, esforzándonos por cuidar de nosotras para poder así, dar lo mejor a nuestros hijos, nuestra pareja, familia, amigos…

Por último y no menos importante, recuerda algo aún más mágico. Eres mujer y eres Luna, pero en este universo todos cohabitamos en equilibrio, todos debemos ofrecer nuestra energía para que la armonía funcione, y la tuya es sin duda una de las más importantes. En el pasado a las mujeres las llamaban brujas o hechiceras, tal vez porque sabían de los secretos de la naturaleza, de las plantas, de cómo traer los hijos al mundo…

A día de hoy somos eso y mucho más. No solo somos parejas, esposas, hijas, hermanas o madres. Por encima de todo, eres mujer, alguien que lucha cada día por su felicidad y la de los suyos.

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