La soledad en los niños: causas y consecuencias

La soledad en los niños, si es crónica, tiene consecuencias. Es fundamental que detectemos este problema a tiempo para poder ponerle solución cuanto antes.
La soledad en los niños: causas y consecuencias
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 21 febrero, 2023

La soledad en los niños puede resultar mucho más peligrosa de lo que nos imaginamos. Todos necesitamos de las relaciones sociales para estar en equilibrio. Sin estos contactos, nuestra salud mental y física se deteriora drásticamente. Cuando un niño o adulto se siente solo, su cuerpo segrega un exceso de hormona del estrés, y ya sabemos que esto no es bueno para nadie.

La soledad se puede convertir en un problema grave y deteriorar la salud de los más pequeños. En este sentido, disminuye su capacidad de aprendizaje, la memoria y la concentración, al tiempo que aumenta la tristeza, el sentimiento de aislamiento y la angustia. Incluso, ese exceso de estrés puede provocar problemas en las arterias y el corazón.

Como veis, estar solo no es nada bueno, sino que es muy peligroso y que debemos evitar que le suceda a nuestros hijos. Para ello, es importante actuar e intervenir a tiempo. En este artículo, te contamos más sobre las causas y consecuencias de la soledad en los niños.

¿Cuáles pueden ser las causas de la soledad en los niños?

La soledad en los niños puede deberse a distintas causas. Ese sentimiento no solo puede producirse en el ámbito escolar, sino que se puede dar por otras cuestiones. Vamos a ver algunas de ellas:

  • Problemas y relaciones conflictivas en la familia y el hogar.
  • Sufrir la separación de los padres.
  • Perder a una amistad porque se ha mudado de ciudad.
  • Un traslado o mudanza del niño a otro colegio o ciudad.
  • La pérdida de algún objeto querido o mascota.
  • El fallecimiento de una persona significativa o mascota.
  • El rechazo por parte de los compañeros.
  • Tener problemas para relacionarse socialmente, porque se carece de las habilidades necesarias para ello.
  • Dificultades para relacionarse debido a la personalidad del niño (excesiva timidez, ansiedad, poca autoestima, inseguridad, entre otras).
  • Sufrir de acoso escolar por parte de sus compañeros.
  • Rechazo de su grupo de amigos.
Que los niños tengan un gran sentimiento de soledad les puede dañar su salud mental y física. Por eso, es clave observarlos para ver qué es lo que sucede y ponerle solución cuanto antes.

¿Qué consecuencias tiene la soledad en los niños?

Todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos sentido solos, ya que es una situación normal en distintas circunstancias. Sin embargo, el problema aparece cuando ese sentimiento se cronifica, lo cual es completamente distinto a sentirlo en alguna ocasión pasajera.

En el caso de los niños, cuando tienen una soledad crónica o persistente, pueden ser muchos los problemas que surjan alrededor. Las consecuencias negativas pueden darse de forma inmediata o a largo plazo. Algunas de estas pueden serlas siguientes:

  • Desarrollo de comportamientos o conductas delictivas o antisociales.
  • Abandono escolar por falta de conexión total con sus compañeros.
  • Se sienten marginados y sus conductas son con base en este sentimiento.
  • Continuos cambios de humor.
  • Sentimientos de tristeza o angustia.
  • Aburrimiento constante.
  • Problemas de aprendizaje en clase.
  • Dificultades de concentración.
  • Ansiedad.
  • Sentimiento de soledad que puede acabar por acompañarles hasta la edad adulta.
  • Carencia de habilidades que son importantes para las relaciones durante toda su vida.
  • Problemas de autoestima.
  • Sentimientos de vacío.
  • Problemas mentales como la alienación.

Observar y evaluar los comportamientos de los niños

Es importante que observemos a los niños de forma cuidadosa para ver qué tipo de soledad es la que sufren para así poder buscar la solución cuanto antes. Algunos factores a tener en cuenta son los siguientes:

  • La soledad en el niño se da en forma constante.
  • No muestra ningún interés por su entorno.
  • Se muestra ansioso, tímido, triste e inseguro de sí mismo.
  • Tiene las habilidades sociales necesarias para iniciar relaciones, pero se niega a utilizarlas.
  • Los padres suelen hacerle sentir como una víctima.

Cuando observemos y evaluemos a los niños, es fundamental que seamos conscientes y sensibles a sus habilidades y preferencias personales. Por ejemplo, se puede pensar que un menor en edad preescolar y que juega solo puede tener más riesgo de sufrir problemas sociales y cognitivos en un futuro. Sin embargo, hay muchos niños de estas edades que juegan solos o con actividades no sociales y eso no les supone ningún problema.

Por eso, es importante que el maestro los observe a lo largo del tiempo. De este modo, podrá ver sus interacciones con otros compañeros, hablar con ellos sobre sus sentimientos y anotar sus comportamientos y respuestas para concluir si se sienten solos o si son felices.

Es recomendable conversar con el maestro o profesor del niño para que lo observe en clase. De esa manera, se puede averiguar si hay algún problema y tomar las medidas necesarias.

Observar los comportamientos del niño

Como vimos, la soledad en los niños puede ser peligrosa, pero siempre que sea crónica y no se dé de forma puntual. Para eso, es importante observar los comportamientos del niño, tanto en casa como en el colegio. De esa manera, se podrá concluir si este sentimiento es algo circunstancial por un hecho que ha sucedido o si se trata de un problema mayor.

Los comportamientos de los niños son chivatos de sus estados anímicos y del cómo se sienten. Por esta razón, es fundamental evaluar si los menores son felices o, por el contrario, se muestran sin interés, ansiosos o tristes de forma continua. Esta evaluación será clave para poner solución cuanto antes, en caso de que exista un problema. También, de ser necesario, es importante buscar ayuda profesional.


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