Aunque pueda resultar extraño son muchos los padres que se preguntan cada día: ¿cómo puedo conocer mejor a mi hijo? Y es que generalmente pensamos que, por el simple hecho de ser sus padres, sabemos todo sobre nuestros hijos.
Sin embargo, muchas veces, estos nos sorprenden con actos que ni siquiera imaginábamos. Es entonces cuando los sentimos como desconocidos y en nosotros apremia la necesidad de cambiar esta situación.
¿Qué implica conocer mejor a mi hijo?
No se trata de una cuestión de orgullo, que nos lleve a asegurar que los conocemos bien, sino de la oportunidad de identificar sus necesidades y de poder ayudarlos. Es importante para que nada nos tome por sorpresa y así poder orientarlos en su educación de la manera correcta. Por ejemplo, en las actividades que ejecuta o sobre sus deseos para el futuro.
Muchas veces se confunden los resultados académicos con las habilidades de los niños y con sus gustos. Esto nos lleva a considerar equivocadamente que ciertas características forman parte de su personalidad. Cuando, en realidad, nos estamos dejando guiar por aspectos errados y poco profundos.
En tal sentido, la vida de los pequeños suele ser administrada en base al ideal de los padres. Es este el que motiva el rendimiento académico del niño, y en base al cual se deciden muchas veces las actividades extraescolares. Algo que conduce a que estas no siempre sean del gusto del niño.
Sin embargo, hay muchas cosas que se pueden hacer para conocer mejor a los hijos, lo primero es tener conciencia de que son personas independientes y quizá muy diferentes a ti. En este caso, es posible que nos neguemos a ver lo que en realidad son, pero esto solo nos lleva a perder una oportunidad de conocerlos mejor.
Quiero conocer mejor a mi hijo, ¿qué puedo hacer?
Lo principal es tener la determinación de conocerlo de manera objetiva, sabiendo que quizá lo que descubramos no sea totalmente de nuestro agrado. Al respecto, es preciso reflexionar en que si hasta ahora no lo sabíamos y así todo pasaba normal, es probable que el respeto que te tiene y la disciplina adecuada vayan a mantener las cosas equilibradas.
Si descubres que tu hijo es muy diferente de lo que imaginabas, es porque este ha sabido mantenerlo en secreto o has estado ciego para verlo. Por tal razón se debe atender a la comunicación, porque es muy probable que haya estado fallando. Además, es importante darles el valor que se merecen, ser razonables y reconocer que su opinión y sentimientos valen mucho.
Recomendaciones para conocer mejor a nuestros hijos:
- Ser objetivos. Ver la realidad tal cual es y no como quisiéramos que fuera. Detenernos a observar con cuidado y sin prejuicios.
- Reconocer que son humanos, y que por tanto tienen virtudes y defectos. Son nuestros hijos pero eso no los hace perfectos.
- Interesarnos por sus aficiones, profundizar en el conocimiento de estas, sean o no de nuestro agrado. Orientarnos con los amigos y maestros puede ser útil.
- Hacerle preguntas amistosas. Evitando caer en el sermón y siendo conscientes de que no somos amos de la verdad. Mejorar la comunicación con ellos e indagar sobre sus gustos, opiniones e intenciones, nos permite orientarlos de la manera más adecuada.
- Jugar con ellos. Por medio del juego se pueden lograr muchas cosas. Permite conectarnos, generar confianza y verlos en un contexto diferente. Compartir unos momentos como iguales, hace posible que reconozcamos sus valores, su actitud ante la competencia y los demás.
- Déjalo correr riesgos, aunque sea bajo tu supervisión. Esto permitirá ver hasta dónde se atreve a llegar, si le da miedo o no le causa interés y también si puede confiar en ti. Si se equivoca, es el momento para generar un espacio para apoyarlo y corregir lo que fuera necesario.
- Dale responsabilidades acordes a su edad. Así podrás observar si es capaz de seguir instrucciones, de ser puntual, de respetar y cumplir.
Reconocer los periodos sensitivos, los instintos guía y el temperamento de nuestros hijos
Cierto que todos los niños son distintos y, por supuesto, lo son también nuestros hijos. De ahí la importancia de trabajar sobre la base de tres claves para conocerlos y desarrollar sus potencialidades:
- Los periodos sensitivos. Son las etapas que corresponden al desarrollo durante las cuales el niño está en capacidad de aprender algo con facilidad y fluidez. Mejor si en este período se entrega a lo que se conoce como:
- El instinto guía. Este facilita el aprendizaje de conocimientos innatos que el niño posee desde siempre. Los padres debemos estar atentos para reconocer sus naturales inclinaciones, sus gustos y talentos, sea para la música, la pintura, el baile, o bien alguna particular destreza manual, entre las innumerables opciones o posibilidades.
- El temperamento. Conocer mejor a tu hijo, como reacciona frente a determinados estímulos, sus respuestas ante las solicitudes o reclamos, en fin, su forma de atender a los llamados, órdenes y requerimientos, dan cuenta de su temperamento o genio, el cual muchas veces responde a modelos heredados y en parte aprendidos.
Estos tres elementos están en la base de cualquier plan para hacer consciente y sistemático el conocimiento de nuestros hijos.
«Un niño aprende las cosas en los periodos sensitivos (…) Esta sensibilidad permite al niño ponerse en contacto con el mundo exterior de un modo excepcionalmentre intenso. Y entonces todo le resulta fácil, todo es entusiasmo y vida».
– Juan José Morales Ruiz, Dr. en Ciencias de la Información por la Universitat Autónoma de Barcelona –
Cuestión de interés
En definitiva, conocer mejor a nuestros hijos es una cuestión de actitud e interés. Es necesario abrir la mente y estar dispuestos a descubrir, aceptar y acoger a nuestros pequeños tal y como son. Solo así podremos guiarlos a lo largo de su crecimiento.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- González-Pienda, J. A. (2007). Los retos de la familia hoy ante la educación de sus hijos: a educar también se aprende. https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/7080/RGP_15-13_Cong.pdf
- López, M. I. DETERMINANTES DE LA REPRESENTACIÓN MENTAL QUE LOS PADRES DESARROLLAN DE SU FUTURO HIJO Y SUS REPERCUSIONES. http://www.inprf-cd.gob.mx/pdf/sm0203/sm020312.pdf
- Morales Ruiz, J. J. (2016). María Montessori y la educación cósmica. Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Caribeña, 7(2), 203-239. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5333274