¿Sabías cuál es el objeto creado especialmente para ser el protector de niños? Sí, el atrapasueños. Estos objetos místicos de origen ancestral fueron concebidos especialmente para proteger los sueños de los niños durante la noche.
Los atrapasueños se diseñaron como un hechizo contra los espíritus malignos. Mirko Badiale dijo una vez: En cada niño se debería colocar un cartel que diga: cuidado, contiene sueños. Por esta razón, hoy vamos a hablarte acerca de la importancia de cuidar del descanso de tus hijos y de este objeto sagrado tan particular.
Actualmente, los atrapasueños se han popularizado muchísimo. Estas bellezas tradicionales son elaborados de manera artesanal a base de hilos de colores, plumas, cuentas, ramas de sauce o cedro y un aro. Dado su objetivo, su lugar estaba sobre las cunas de los más pequeños.
Las celebridades que gustan del estilo bohemio se han sumado a la tendencia de colocar atrapasueños en sus hogares.
Hilary Duff, la popular cantante, actriz, diseñadora de moda, modelo y madre de un pequeño llamado Luca, se sumó a la tendencia y colocó un precioso atrapasueños gigante en la habitación de su hijo desde antes que este naciera. Bien fuese por decoración o por creencia, el resultado igualmente fue un gesto muy bonito.
El origen de los atrapasueños
Para los nativos americanos, los atrapasueños tienen más de un significado. Por ejemplo, para los Ojibwa simbolizan el movimiento del sol. Para los Lakota, son círculos de protección que representan los ciclos de la vida.
Hay otros pueblos como los Sioux que entienden su “magia” de otro modo. Creen que en la red central quedan atrapadas las malas cosas y los malos sueños. Mientras que por las plumas y cuentas inferiores se deslizan los buenos sueños que van a parar a la mente de los niños.
Durante las décadas de los 60 y 70 se popularizaron como souvenirs. Incluso, se convirtieron en un elemento de identificación cultural bajo el cual se unieron los distintos pueblos indígenas de Norteamérica.
La leyenda
Cuando el mundo era joven, los humanos aún mantenían contacto con los dioses. Uno de los pueblos que solía mantener una comunicación regular con el mundo espiritual era la tribu de los Lakota.
Una mañana, el líder espiritual de la tribu tuvo una visión de Iktomi, el maestro de la sabiduría. En forma de araña, le habló en un lenguaje sagrado que solo los Lakota podían entender.
Mientras Iktomi hablaba, iba recogiendo plumas, cabellos, cuentas de colores y otras ofrendas. Le habló de los ciclos de la vida y de la importancia de cuidar de la infancia.
Iktomi explicó que la niñez determina la vida adulta y que por tanto hay que tejer en este período fuertes alianzas, grandes conocimientos y raíces sólidas. Mira mi tela y colócala sobre la cuna de tus hijos de ahora en adelante, añadió el maestro con forma de araña.
La vida son ciclos, y en ellos pueden haber círculos malos y círculos buenos. Si nos quedamos atrapados en las etapas negativas experimentaremos un gran dolor, por ello, hay que cerrarlos bien e iniciar periodos más bellos y más luminosos con sabiduría.
– Mira anciano- le dijo mientras fabricaba el objeto sagrado-. Esta red forma un círculo perfecto, pero hay un agujero en él. Todo pasará por aquí, sin embargo sólo se quedarán las cosas nobles. Cuando llegue el amanecer, la maldad se quemará con el primer rayo de luz. Desaparecerá para siempre.
Iktomi le dio después el atrapasueños al viejo líder y le indicó que realizara más y que cada niño durmiera con uno sobre su cabeza. También le pidió que extendiera este consejo entre su gente y otros pueblos.
Los atrapasueños y los niños
Hoy en día, los atrapasueños podemos encontrarlos comúnmente colgados en las entradas de las casas. También suelen colocarse cerca de las ventanas. Muchas mujeres consideran que simbolizan “umbrales” de paso. Ahí donde pasamos del mundo consciente al escenario de lo onírico, ahí donde extiende la delimitación entre nuestro hogar y el exterior. Otras consideran que son símbolos de protección.
Hay incluso quien considera que los atrapasueños son formas de motivarnos a soñar en grande, a perseguir nuestros sueños y hacerlos realidad en esta vida. Este enfoque en particular resulta sumamente inspirador.
Para honrar la tradición los colocaremos en la cabecera de la cuna o cama de nuestros hijos. Pero no directamente sobre su cabeza. Siempre será mejor colocarlos en la pared y estableciendo una distancia de seguridad. No está de más recordar que deben ser instalados de tal forma que no se caigan.
Finalmente queremos darte una idea: crea tu propio atrapasueños con tus hijos. Esta manualidad se encuentra de moda últimamente en las fiestas infantiles y reuniones.
Siempre será más bonito que nuestros hijos tengan uno de estos objetos realizados por nosotros mismos o por qué no, elaborados con la ayuda de ellos mismos si la edad ya los acompaña. La experiencia resulta tan fascinante como especial.