El piercing en el ombligo de la embarazada puede traer ciertos interrogantes al momento de atravesar este período. Junto con los tatuajes, son formas de expresión que día a día están más en auge. En las primeras instancias de la gestación no suele haber molestias o indicaciones. Sin embargo, a medida que el bebé crece, aparecen ciertos cambios.
El piercing en el ombligo de la embarazada
Es probable que durante el embarazo la piel de la mujer se torne más sensible de lo habitual. Por lo tanto, ante casos de incomodidad, la mejor opción siempre será quitar los piercing. No obstante, si la piel ya se encuentra completamente curada y cicatrizada, no existe justificativo médico para retirarlo.
Sin embargo, la American Pregnancy Association concluye que, durante el período de gravidez, una perforación se expande tanto hacia abajo como hacia arriba, así como de lado a lado.
En cuanto a perforarse el ombligo durante el embarazo, lo ideal es esperar al posparto. Esto se debe a los cambios en el organismo que pueden exponer a las madres y a sus bebés a un mayor riesgo de padecer complicaciones.
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Riesgos de los piercings
Durante la etapa de gravidez, el sistema inmune es más débil, lo que genera mayor susceptibilidad a padecer infecciones en el cuerpo. Además, colocarse un piercing puede ser riesgoso en cualquier momento.
De acuerdo con la American Family Physician, la gran mayoría de los riesgos a los que podría estar expuesta una persona si se hace un piercing durante el embarazo abarcan los siguientes:
- Exceso de pérdida de sangre.
- Tiempo de curación extendido.
- Desarrollo de una infección (enrojecimiento, calor y secreción).
- Riesgo de contraer alguna patología (hepatitis B, hepatitis C o VIH/SIDA).
- El cuerpo puede rechazar la perforación como un objeto extraño y la herida no cicatrizar.
Además, los piercing recientes son más propensos a desarrollar infecciones, lo que podría ser peligroso para la salud del bebé y de la madre.
¿Se debe retirar el piercing del ombligo en el embarazo?
Lo ideal es quitar el piercing en el momento en que uno sabe que está embarazada, debido a que esa región anatómica ya sufrió un traumatismo que predispondrá a la flacidez. Luego de retirarlo, hay que enjuagar de manera correcta la zona y secarla.
Al retirar el aro antes de que la piel del abdomen comience a estirarse, contribuye a que el organismo comience un proceso de cicatrización o cierre de esa perforación. En cambio, una vez que el vientre comenzó a crecer, resulta más complicado poder quitar el piercing. Incluso, los aros que no ceden pueden engancharse en la ropa o rozar, lo que podría ser molesto o doloroso.
Cuidados del piercing en el ombligo durante el embarazo
La celulitis localizada es la complicación infecciosa más común producto de las perforaciones corporales. De hecho, si no se identifica y se comienza un tratamiento, puede desencadenar inconvenientes sistémicos más graves, como angina de Ludwig, endocarditis, síndrome de choque tóxico y gangrena de Fournier.
Por lo tanto, esa expansión en la piel, junto con el movimiento natural de los tegumentos durante el embarazo, generan un aspecto estirado. Así, la única solución para eliminar esta apariencia es quirúrgica o con tratamientos estéticos invasivos.
Se recomienda no jugar o tirar del piercing del ombligo, debido a que la piel es más sensible y elástica y, por lo tanto, más propensa a rasgarse o estirarse. Además, se deben evitar los cinturones ajustados o las pantimedias para no generar demasiada fricción en la zona.
Variantes de piercing
Es mejor evitar aquellos elementos que sean de baja calidad y priorizar el titanio, el acero inoxidable quirúrgico y el oro de 18 quilates. Por ende, a aquellos aros que no tienden a ceder, se recomienda reemplazarlos por uno de metal con una barra flexible de plástico o de silicona.
Este tipo de piercing bioplástico tiene la capacidad de doblarse junto con los movimientos del cuerpo y suele ser más cómodo para las mujeres. Incluso, pueden usarse durante las ecografías.
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La piel y el embarazo
Durante el embarazo, el cuerpo transita por múltiples cambios. Incluso, los piercing que eran antiguos pueden empezar a causar ciertas complicaciones. De hecho, en algunos casos suele ser mejor retirarse los aros hasta el posparto.
Si decides colocarte un piercing durante el embarazo, lo mejor es seguir las instrucciones del perforador de manera detallada y solicitar atención médica si se sospecha de una infección.
Bibliografía
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