Peligro del agua con gas y las gaseosas durante el embarazo

La ingesta de agua con gas está permitida durante el embarazo, aunque hay que tener en cuenta que puede incrementar el riesgo de desarrollar problemas digestivos.
Peligro del agua con gas y las gaseosas durante el embarazo
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 01 abril, 2023

¿Quieres saber si el agua con gas y las gaseosas se pueden tomar durante el embarazo? Ambas son bebidas que quizás te pueden ayudar a calmar la sed, pero no todas son positivas si estás embarazada.

Como pasa a menudo con los temas relacionados con la alimentación y la nutrición en la gestación, los consejos pueden cambiar mucho dependiendo del tipo de producto y del caso de cada mujer.

El agua con gas puede ser una opción válida en general pero, en cambio, no se recomienda el consumo de gaseosas. Sin olvidar que el agua mineral siempre es la mejor opción, te animamos a seguir leyendo el artículo para descubrir cómo hacer un consumo adecuado de este tipo de bebidas.

¿Qué son el agua con gas y la gaseosa?

A primera vista, o para una persona poco entendida y no habituada, distinguir entre una y la otra puede ser algo complicado. En ambos casos, se trata de una bebida con burbujas, lo que puede llevar a confusión de forma muy fácil.

El agua con gas (también conocida como agua carbonatada) es agua que contiene ácido carbónico de forma natural. Además, también están presentes otros minerales (dependiendo de la fuente de la que provenga).

En general, se suele consumir sola, sin mezclar con ningún otro tipo de bebida. En algunos países su uso es muy común, incluso más que el de agua mineral.

Por otro lado, lo que conocemos como gaseosa es agua carbonatada de forma artificial a la que se le añaden otros ingredientes. Como señalan desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN), estos son algunos de los principales:

  • azúcar
  • fructosa o edulcorantes sintéticos
  • acidulantes
  • estabilizantes
  • colorantes
  • aromatizantes
  • espesantes
  • antioxidantes
  • conservantes

Suele usarse para rebajar bebidas alcohólicas como el vino o la cerveza, aunque también hay personas a las que les gusta tomarla como un refresco en los meses de verano.

Por lo tanto, más allá de las burbujas, a nivel de composición pueden presentar diferencias notables. Es por este motivo por el que hay que valorar por separado la posibilidad de consumirlas durante el embarazo. 

La hidratación en el embarazo

La dieta en la gestación suele levantar dudas entre las mujeres, algo no tan habitual cuando hablamos de la hidratación. Sin embargo, beber suficiente líquido y elegir los más adecuados también es de vital importancia.

Las necesidades diarias de agua se ven aumentadas en este período debido a que cumple algunas funciones básicas en el embarazo. En un artículo publicado en BMC Pregnancy and Childbirth, enumeran algunos de los motivos de la necesidad de mantener una buena hidratación:

  • El volumen sanguíneo aumenta en el embarazo y la sangre está compuesta en un 83 % por agua.
  • La ingesta de alimentos es algo más alta por el mayor requerimiento de energía y algunos nutrientes. Por lo tanto, es necesario más líquido para facilitar la digestión, la absorción y el transporte de estos últimos.
  • El líquido amniótico también necesita agua para su correcto funcionamiento.

Como apuntan desde el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG), se aconseja beber entre 8 y 12 vasos de agua diarios, aunque las recomendaciones sobre cantidades e hidratación en el embarazo son escasas.

Y, ¿cuál es la mejor forma de cubrir estas necesidades? Pues según los consejos de la British Nutrition Foundation, lo más adecuado es beber agua.

Sin embargo, señalan que también pueden ser válidas la leche, los jugos de verduras, los batidos y algunas bebidas calientes. Estas últimas son tisanas y café, aunque conviene consultar con el equipo médico las restricciones (en cantidad y tipo de hierbas).

Por lo tanto, los consejos de los especialistas no especifican si el agua con gas y las gaseosas son buenas o peligrosas en el embarazo. No obstante, y como veremos a continuación, en base a su composición se pueden hacer recomendaciones de consumo.

Close up of a cute pregnant belly with a glass of water
El agua cumple funciones imprescindibles para un correcto desarrollo del embarazo, por esto la hidratación es vital.

Consejos sobre la ingesta de agua con gas durante el embarazo

El agua carbonatada (agua con gas) es un tipo de agua embotellada cuya principal diferencia con el gua mineral es la presencia de gas. Así que, teniendo esto en cuenta, no se trata de una bebida desaconsejada en el embarazo. 

Pero, debido a esto y a la presencia de otros compuestos en algunas de ellas, hay que tener cuidado en las siguientes situaciones:

  • Hipertensión o preeclampsia (o riesgo de padecerlas). Ya que existen aguas con gas que tienen un elevado contenido de sodio.
  • Gas e hinchazón. Algunas personas reportan problemas tras una ingesta excesiva de agua carbonatada. Asimismo, cuando se padece reflujo o acidez es preferible no consumir agua con gas. Así lo indican desde la Universidad de Medicina de Chicago.

En cambio, parece ser que el agua con gas puede mejorar algunos problemas de digestión y aliviar el estreñimiento. En los últimos años la oferta de agua, agua con gas y todo tipo de bebidas ha crecido mucho. Por lo tanto, es importante fijarse en las etiquetas y elegir agua con gas que no contenga otros compuestos ni azúcares añadidos. 



Peligros de las gaseosas durante el embarazo

A diferencia del agua con gas, las bebidas gaseosas sí que pueden ser perjudiciales para la salud, tanto para la población en general como para las mujeres gestantes.

En ellas es muy fácil encontrar una cantidad elevada de azúcar o edulcorantes añadidos (sacarosa, fructosa, jarabe de maíz, aspartamo, etc.). Los resultados adversos de un consumo elevado de estos son varios, y pueden afectar tanto a la madre como el bebé.

Como apuntan los autores de una revisión de estudios del año 2020, una ingesta alta de azúcares libres puede ocasionar alguna de estas complicaciones:

  • Aumento de peso excesivo en la madre.
  • Desarrollo de complicaciones como diabetes gestacional, preeclampsia o parto prematuro.

Se sabe que el consumo de azúcar está asociado a riesgos más altos de preeclampsia, así lo confirma una investigación publicada en Reproductive Health . En ella se halló que las bebidas azucaras estaban relacionadas de manera muy significativa con la incidencia de preeclampsia.

Asimismo, el azúcar puede afectar la salud del feto y su peso al nacer. Un artículo publicado en Maternal & Child Nutrition señala que el consumo alto de bebidas endulzadas se asocia con el bajo peso al nacer de los bebés. 

Por su parte, varios investigadores han estudiado la relación de los refrescos endulzados artificialmente y las alergias infantiles. Así, han encontrado que las madres que ingerían bebidas endulzadas de manera artificial tenían más probabilidades de reportar que sus hijos sufrían de asma en comparación con aquellas mujeres que no eran consumidoras de este tipo de bebidas.

El consumo de bebidas azucaradas como las gaseosas también se han asociados con los partos prematuros. Un estudio publicado en The American journal of clinical nutrition indica que los refrescos endulzados artificialmente se vinculan con un riesgo más alto de parto prematuro en una muestra de embarazadas danesas. 

La elevada ingesta de este tipo de bebidas también se relaciona con un mayor riesgo de hipertensión gestacional, así lo indican los investigadores de un estudio publicado en Brazilian Journal of Medical and Biological Research. Por estas y otras razones, los expertos desaconseja el consumo de tales refrescos durante el embarazo.

 

La gaseosa no está indicada en el embarazo
Las gaseosas pueden contener una elevada cantidad de azúcares añadidos y es preferible evitarlas en el embarazo.

Que más saber acerca del agua con gas y las gaseosas en el embarazo

A pesar de que es posible consumir agua con gas durante el embarazo, hay que tener en cuenta que la mejor opción siempre es el agua mineral. Esta se puede acompañar de otras bebidas como caldos o leche.

En general, el agua con gas no presenta ventajas frente al agua. Pero, en caso de querer introducirla, se pueden tener en cuanta estas recomendaciones:

  • Elegir aguas con gas bajas en sodio y vigilar que no tengan azúcares añadidos. 
  • Evitar esta bebida en caso de padecer hipertensión o preeclampsia (o si existe el riesgo de sufrirlas), gases e hinchazón.
  • Probar de tomarlas si se experimentan problemas digestivos. Estos pueden mejorar, pero de todas formas es preferible que esta no sea la bebida prioritaria.
  • Usarlas como alternativa a los refrescos es positivo para las mujeres que hacen una ingesta elevada de estos últimos. En cualquier caso, no sirven para rebajar las cervezas o el vino: el alcohol siempre está desaconsejado en el embarazo.


En el embarazo se puede consumir agua con gas, pero no gaseosas

El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua y esta es muy necesaria en el desempeño de múltiples funciones. Durante la gestación sus requerimientos son un poco más elevados de lo habitual.

El agua es la bebida más indicada para hidratarse. Y, en caso de tener un embarazo sin problemas, también es posible ingerir agua con gas de forma moderada.

Por el contrario, no se aconseja el consumo de gaseosas, que no son lo mismo que el agua carbonatada y pueden contener cantidades elevadas de azúcar añadido o cafeína (algunas de ellas).

En caso de tener dudas acerca de cuáles son las mejores opciones y si tu ingesta de bebidas te puede causar problemas; lo mejor es consultar con el equipo médico.


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