No puedo amamantar, ¿qué hago?

No poder amamantar suele ser resultado de problemas tratables. Te contamos qué hacer cuando no puedes dar pecho a tu bebé.
No puedo amamantar, ¿qué hago?
Leidy Mora Molina

Escrito y verificado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 18 septiembre, 2023

Uno de los mayores temores en el postparto es la incapacidad para amamantar al bebé. Los beneficios de esta práctica están bien establecidos, por lo que muchas mujeres son persistentes desde el principio para lograr una lactancia materna exitosa.

Sin embargo, no siempre es una tarea sencilla debido al malestar que las madres pueden experimentar en la etapa inicial. Además, existen desafíos tanto para la madre como para el bebé que obstaculizan esta práctica.

Por fortuna, muchos de estos obstáculos son temporales y tratables. A continuación, describiremos las principales causas que dificultan la lactancia y cómo abordar estos casos, junto con algunas recomendaciones para lograr una lactancia exitosa.

¿Por qué no puedo amamantar?

Amamantar es ser un desafío, en especial para las mujeres primerizas. Este proceso involucra una combinación de factores fisiológicos, psicológicos y sociales, además de requerir una técnica adecuada para establecerlo. Por lo tanto, no es sorprendente que en algunos casos no salga según lo planeado.

Lo más importante es identificar la causa subyacente que está afectando la lactancia y buscar la ayuda de profesionales, como una asesora de lactancia o un pediatra.

En ocasiones, solo haciendo algunos ajustes en la técnica de amamantamiento, se puede lograr una lactancia exitosa para el bebé. A continuación, mencionaremos algunos de los problemas que interfieren con la lactancia materna.

Problemas comunes en el principio de la lactancia

El comienzo de la lactancia materna puede ser desafiante para muchas mujeres y algunos problemas surgen en los primeros intentos. Estos inconvenientes suelen estar relacionados con los cambios en las mamas y una succión inadecuada por parte del bebé. Algunos de los problemas comunes incluyen:

  1. Pezones adoloridos o agrietados: esto ocurre cuando el bebé no se prende de forma correcta al pecho, lo que puede resultar en pezones agrietados y dolorosos durante la lactancia.
  2. Congestión mamaria: también conocida como ingurgitación mamaria, ocurre cuando los senos producen más leche de la que el bebé es capaz de extraer. Esto lleva a una sensación de tensión y dolor en los senos.
  3. Pezón plano o invertido: algunas mujeres tienen pezones planos, que no sobresalen de la mama, o pezones invertidos, que se retraen hacia adentro. Estas condiciones anatómicas pueden dificultar la lactancia.
  4. Mastitis: esta es una inflamación dolorosa de uno o varios lóbulos de la mama, a menudo causada por una infección bacteriana. La mastitis provoca fiebre y malestar general, además de dolor en el área afectada.


Hipogalactia

La hipogalactia es una condición en la que una mujer no produce suficiente leche materna para satisfacer las necesidades nutricionales de su bebé. Las causas de esta afección son diversas e incluyen la agenesia del tejido mamario, cirugía de reducción mamaria, estrés emocional severo, hipotiroidismo, depresión postparto, entre otros.

Es importante destacar que en algunos casos, la hipogalactia es tratable. Sin embargo, esta condición a menudo conduce al abandono de la lactancia materna, ya que muchas mujeres se sienten preocupadas de que sus bebés no estén recibiendo suficiente nutrición debido a su producción de leche limitada.

Contraindicaciones médicas que impiden amamantar

Según la Academia Americana de Pediatría, las únicas contraindicaciones verdaderas para la lactancia materna son las siguientes:

  1. Lactantes con galactosemia clásica.
  2. Madres que padecen VIH, brucelosis no tratada o enfermedad por el virus del Ébola sospechada o confirmada.
  3. Madres que consumen sustancias como opioides, cocaína y PCP (fenciclidina).

Sin embargo, dependiendo de la situación particular de cada madre, el médico puede recomendar interrumpir la lactancia materna en casos como:

  1. Tratamiento materno con quimioterapia y radioterapia.
  2. Consumo de medicamentos incompatibles con la lactancia.
  3. Enfermedades crónicas como insuficiencia cardiaca o renal.
  4. Enfermedad psiquiátrica o depresión postparto.

Problemas inherentes al bebé

Puede producirse el cese de la lactancia debido a problemas de salud del bebé. Incluso, en algunos casos, la leche materna causa algunos de estos problemas, como sucede en la galactosemia, la fenilcetonuria y la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce (EOOJA).

Existen condiciones que complican la lactancia materna. Por ejemplo, la prematuridad, bebés con problemas de crecimiento, bebés con alteraciones anatómicas en la cavidad oral, como paladar hendido, labio leporino o frenillo sublingual corto, hacen que la lactancia sea más difícil.

¿Qué hacer si no puedo amamantar?

Antes de concluir que no puedes amamantar, es recomendable que busques la orientación de una asesora de lactancia certificada o de un médico pediatra. Estos profesionales ayudan a identificar la causa subyacente que está obstaculizando la lactancia y desarrollar un plan para abordar y solucionar el problema.

A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones útiles para tratar los problemas comunes que pueden surgir durante la lactancia.

Mal agarre

Al corregir el mal agarre del bebé al pezón, se previene y trata problemas posteriores, como las grietas en el pezón. El Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría resalta los siguientes signos que indican un buen agarre del bebé:

  1. El mentón del bebé toca el pecho.
  2. La boca está bien abierta y abarca una gran parte de la areola.
  3. Los labios están hacia afuera (evertidos).
  4. Las mejillas están redondas (no hundidas) durante la succión.
  5. Si el bebé se agarra correctamente al pecho, la lactancia no debería causar dolor.

En cualquier caso, es importante buscar formas de lograr que el bebé se aferre al pecho de esta manera. Una técnica útil es el agarre dirigido, en la que se colocan los dedos de la mano sobre el pecho en forma de “C”, en la misma dirección que los labios del bebé (paralelos a ellos) y se presiona suavemente mientras el bebé se acerca al pezón.

Grietas en los pezones

Es común que los pezones se agrieten durante los primeros días de la lactancia. Para evitar esto, es importante que el bebé se aferre de forma correcta al pezón. Algunas recomendaciones para tratar y prevenir las grietas en los pezones incluyen:

  1. Asegúrate de que el bebé abarque el pezón y parte de la areola con su boca.
  2. Amamanta con regularidad para evitar la acumulación de leche en los senos y para facilitar el agarre.
  3. Aplica una crema de lanolina modificada dos veces al día en los pezones para ayudar en la cicatrización.
  4. Coloca algunas gotas de leche materna en el pezón afectado, ya que esto puede acelerar la cicatrización.
  5. Para reducir el dolor, puedes aplicar compresas de agua tibia en los pezones.
  6. En casos de dolor intenso al amamantar, puedes usar temporalmente pezoneras.
  7. Si el dolor persiste, extrae la leche de manera manual o con una bomba hasta que la grieta en el pezón sane.

Ingurgitación mamaria

Amamantar temprano y con frecuencia, en una posición adecuada, puede prevenir y aliviar la congestión mamaria. Aquí tienes algunos pasos para tratar este problema:

  1. Aplica calor local utilizando compresas en los senos o durante la ducha.
  2. Realiza un suave masaje en los senos en dirección a las agujas del reloj antes de amamantar. Esto ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y facilita la salida de la leche.
  3. Si la areola está tensa, extrae un poco de leche de forma manual antes de amamantar al bebé. Esto relaja la zona y permite un mejor agarre del bebé.
  4. Después de amamantar, puedes aplicar frío localmente para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

Mastitis

Es seguro continuar con la lactancia incluso si se padece mastitis, de hecho, se recomienda no suspenderla. La mastitis se trata con antibióticos y asegurándose de que los senos se vacíen de leche de forma adecuada. En casos más graves, como la formación de un absceso en el seno, se puede requerir drenaje mediante cirugía o una aguja, además de administrar antibióticos.

Para aliviar el dolor y la inflamación de las mamas, se pueden recetar analgésicos y antiinflamatorios como el paracetamol o el ibuprofeno. Es importante seguir las indicaciones médicas y continuar con la lactancia para mantener una buena producción de leche.



Aumento en la producción de leche

El pecho necesita el estímulo de la boca del bebé para fabricar la leche. Por ello, para aumentar la producción, la Academia Española de Pediatría recomienda:

  • Amamantar a demanda, es decir, siempre que el bebé lo desee.
  • Verificar que el agarre al pecho sea correcto para asegurarse de que el bebé vacíe bien el pecho.
  • El bebé debe mamar todo el tiempo que desee del mismo pecho, soltándolo solo cuando esté saciado y haya obtenido la leche del final de la toma.
  • Evitar el uso del chupete durante las primeras semanas de vida, ya que puede causar confusión en la forma en que el bebé se prende al pecho.

Amamantar es una opción

Para algunas madres, amamantar puede resultar un desafío a pesar de sus intentos. Esto puede generar sentimientos de culpa o fracaso. Sin embargo, es importante recordar que lo más importante es encontrar la forma de alimentar al bebé que funcione tanto para la madre como para el bebé.

La leche de fórmula también proporciona los nutrientes necesarios para el adecuado crecimiento del bebé. Sigue las recomendaciones de tu pediatra para elegir la que mejor se adapte a las necesidades de tu hijo.

Finalmente, aunque la lactancia materna es una forma de fortalecer el vínculo emocional, no es la única. Sostener a tu bebé, acariciarlo y mirarlo a los ojos mientras lo alimentas también es una manera de fortalecer esa conexión afectiva.


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