¿Cómo afecta la depresión posparto a la lactancia materna?

La depresión posparto interfiere en la capacidad de la madre para relacionarse con su bebé y puede interferir en el mantenimiento de la lactancia materna. Descubre por qué.
¿Cómo afecta la depresión posparto a la lactancia materna?
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 11 marzo, 2022

La depresión es una de las patologías más frecuentes durante los primeros meses de maternidad. Se estima que afecta al menos a 1 de cada 7 mujeres y causa importantes alteraciones a nivel psicológico y emocional. Además, influye en el establecimiento del vínculo entre madre e hijo y puede generar consecuencias en el desarrollo del bebé. De entre las múltiples repercusiones de este trastorno, el modo en que afecta la depresión posparto a la lactancia materna es uno de los más relevantes.

Muchas madres experimentan tristeza, ansiedad, irritabilidad, desesperanza y deseos de llorar durante los días posteriores a dar a luz. Esta montaña rusa de emociones se produce en aproximadamente el 80 % de las madres recientes y suele desaparecer por sí sola a medida que la mujer se adapta a su nuevo rol. Sin embargo, la depresión posparto es una entidad diferente.

¿Cómo afecta la depresión posparto a la lactancia materna?

Mujer pensando en cómo afecta la depresión posparto a la lactancia materna.

La depresión posparto es un trastorno del estado de ánimo que puede aparecen en cualquier momento durante el primer año después de dar a luz. Los síntomas principales incluyen una sensación de tristeza extrema, tendencia al aislamiento, alteraciones del sueño y el apetito y fatiga abrumadora. Además, pueden aparecer sentimientos de culpa, inutilidad y vergüenza y pensamientos negativos recurrentes.

Todas estas alteraciones psicológicas y emocionales interfieren en la capacidad de la mujer para relacionarse con su bebé y, específicamente, pueden hacer que la lactancia materna se abandone de forma precoz. Esto sucede por varios motivos:

  • La madre no se encuentra en condiciones óptimas para atender las demandas del bebé. Puede resultarle más complicado identificar las señales y necesidades infantiles y responder a ellas adecuadamente.
  • Los pensamientos recurrentes respecto a la salud del bebé pueden hacer que la mujer se preocupe en exceso por si su producción de leche es insuficiente. Ante este temor excesivo, puede optarse por un destete precoz.
  • Por otro lado, la inseguridad y la falta de confianza en sus propias capacidades pueden llevar a la madre a percibir la lactancia materna como una fuente de ansiedad, entorpeciendo el disfrute de esta experiencia.

Depresión y lactancia: una relación bidireccional

El modo en que afecta la depresión posparto a la lactancia es, principalmente, que la primera dificulta el establecimiento de la segunda, o su mantenimiento durante el tiempo recomendado por los especialistas. Además, esta relación también funciona de forma inversa, es decir, las dificultades para amamantar al bebé pueden agravar considerablemente el estado de ánimo deprimido de la madre.

Todas las mujeres son conscientes de los beneficios de la lactancia materna. Por ende, si no desean practicarla, pueden llegar a sentirse sumamente culpables y a pensar que están causando un grave daño a su hijo. Asimismo, pueden existir otros motivos que dificultan la lactancia: dolor al amantar, grietas en los pezones, mastitis, producción de leche escasa, problemas en el agarre y la succión por parte del bebé…

Estas situaciones, que ya resultan complicadas para cualquier madre, pueden parecer insuperables a ojos de la mujer deprimida. La baja autoestima, la inseguridad, la falta de energía y los pensamientos negativos conducen a la madre a sentir que no existe otra salida que el abandono total o parcial de la lactancia. Y esto, a su vez, incrementa enormemente los sentimientos de culpa, frustración, tristeza y resentimiento.

Apoyo y comprensión, la clave para afrontar la lactancia durante la depresión posparto

Mujer con depresión posparto con problemas para la lactancia.

La lactancia materna es un derecho del bebé y de la madre, pero no siempre recibe la atención y el sostén que merece por parte de la sociedad y de los profesionales sanitarios. Muchas madres se encuentran solas ante dificultades de las que no les advirtieron y para las que no encuentran apoyo. Y, ante una depresión posparto, la lactancia se abandona muchas veces por falta de soporte y no por elección libre.

Es importante que la mujer que padece depresión posparto reciba la atención médica y psicológica adecuada y que se proteja especialmente su derecho a amamantar. La mayoría de los fármacos empleados para tratar esta condición son muy seguros y no generan problemas para el lactante. Y, además, la psicoterapia, los grupos de lactancia y el apoyo del entorno cercano pueden favorecer la continuación de este tipo de alimentación del bebé.

Para algunas madres deprimidas seguir amamantando produce realmente un malestar emocional e incluso genera rechazo. En este caso, optar por lactancia artificial puede ser lo más recomendable. Sin embargo, para muchas otras, dar el pecho es una actividad agradable, deseada y que les ayuda a fortalecer el vínculo con su bebé. Y, en este caso, merecen recibir el soporte para poder seguir haciéndolo.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.