Normalizar la lactancia como un derecho de madres e hijos

Debemos normalizar la lactancia materna porque el niño tiene derecho a ser alimentado y la madre a hacerlo sin miedo, culpa o vergüenza.
Normalizar la lactancia como un derecho de madres e hijos
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 01 agosto, 2022

La lactancia materna es el método de alimentación más adecuado para un bebé y un elemento importante en la formación del vínculo de apego. Sin embargo, a pesar de los numerosos beneficios que esta reporta, aún es observada con juicio y estigma por parte de muchas personas. Normalizar la lactancia es una tarea de todos, pues debemos contribuir a derribar las barreras psicológicas que nos impiden verla como el acto natural que es.

Y es que nos hemos convertido en una sociedad desnaturalizada que nos aleja de nuestro origen y nuestras necesidades esenciales. Nos vemos impulsados a primar la independencia, la productividad y la autoexigencia en todos los ámbitos de nuestra vida. Sin embargo, el calor humano, el contacto y el apoyo mutuo son imprescindibles, especialmente en una etapa tan delicada como el comienzo de la maternidad.

Los bebés necesitan el afecto, los cuidados y la protección de su madre. Y la mujer necesita el soporte y la comprensión de la sociedad. Debemos normalizar la lactancia materna porque el niño tiene derecho a ser cuidado y alimentado, y la mujer a alimentar a su bebé sin miedo, culpa ni vergüenza.

La lactancia materna es necesaria

La lactancia materna es el alimento más adecuado para el bebé. Sus beneficios son innumerables, ya que esta refuerza su sistema inmunológico, lo protege frente a enfermedades y le proporciona todos los nutrientes que necesita. La OMS recomienda que esta sea la fuente exclusiva de alimentación del niño durante los seis primeros meses de vida.

Mamá dando el pecho a su bebé para normalizar la lactancia.

A partir de este momento, podrán comenzar a introducirse otro tipo de alimentos de forma progresiva y adecuada. No obstante, la lactancia habría de mantenerse, al menos, hasta los dos años de edad. Esta recomendación no es una imposición ni un límite rígido. No es necesario abandonar la lactancia cuando el pequeño alcance esta edad. Resulta mucho más beneficioso realizar un destete respetuoso en el momento en que madre e hijo se sientan preparados.

Decidir con libertad

La opción de nutrición que seguirá cada niño es una elección personal de la madre, y todas son igual de válidas. Existen diversos motivos por los que la lactancia materna no se puede o no se desea implementar, y escoger utilizar leche de fórmula es una decisión totalmente lícita, siempre y cuando no esté motivada por la presión de la opinión pública.

Muchas madres renuncian a este derecho porque no tienen la suficiente información ni soporte, tanto por parte de su familia como del sistema de salud. El apoyo durante la lactancia es necesario para ayudar a solventar las dificultades y contar con la guía y el soporte emocional requerido.

Sin embargo, generalmente, se recibe todo lo contrario. La lactancia está mal vista por un gran sector de la sociedad que considera que esta impide a la madre desenvolverse laboralmente y como individuo. Por otro lado, las opciones de conciliación son, a todas luces, insuficientes.

Además, cuando una mujer amamanta en público, puede recibir miradas desaprobatorias, reproches e incomprensión. Por ello, muchas madres son relegadas a las salas de lactancia (cuando las hay) o directamente a los baños cuando desean alimentar a su bebé. En otras ocasiones, se ven obligadas a cubrir a su niño con una tela mientras se nutre del pecho.

Mujer dando el pecho a su bebé en el parque.

Normalizar la lactancia como un derecho

La falta de apoyo y la presión social pueden llevar a muchas mujeres a renunciar a este maravilloso derecho tan necesario para ellas y para sus bebés. La lactancia no solo es alimento, también es afecto, protección y seguridad.

Por ello, es importante normalizar este acto natural, algo de lo que muchas mujeres famosas o con influencia están comenzando a ocuparse. La visibilidad es el primer paso pues, si no hablamos de algo, esto no encuentra lugar.

Recuerda que tu bebé tiene derecho a ser alimentado cuando lo requiera y que no es motivo de vergüenza ni escarnio. No has de ocultarte ni ocultarlo. Finalmente, a ninguno de nosotros nos gustaría comer en el baño o con una tela en la cabeza.

Infórmate, recurre a los profesionales de la salud o a grupos de apoyo a la lactancia, haz tribu con otras madres… No te escondas. Amamantar es un acto natural, necesario y beneficioso. La mancha está en los ojos de quien mira y lo ve como algo diferente a esto.


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