Los niños tiranos se vuelven difíciles de tratar. Son pequeños y más que revoltosos. Son crueles, que no miden las consecuencias de sus actos y hacen y deshacen a su antojo. Pueden poner el hogar patas arriba en muy pocos minutos y llevar la tolerancia y paciencia de sus adultos a niveles extremos. Las madres de los niños tiranos deben tener sobrada inteligencia emocional para lidiar con sus hijos, porque, aunque duela reconocer esto: la convivencia con pequeños identificados como tal suele ser difícil.
Si por casualidad tu hijo es un niño tirano, consideramos, que debes quedarte con nosotras. En el presente post intentaremos ayudarte a sobrellevar la situación que cada mañana, atardecer y noche tienes en casa.
Enfocamos este post a la manera de preguntas y respuestas para que nos sea más sencillo no salirnos del hilo conductor de la temática.
¿De verdad existe la tiranía infantil? Sí, existe. Esto se conoce como el síndrome de niños tiranos y aunque no es frecuente, en muchos hogares existen niños de este tipo.
¿Cuándo puede decirse que un niño es tirano?
Cuando notas que se siente bien al mortificar, sacar de sus casillas, herir a sus familiares física y psicológicamente: hermanos, primos, papá, mamá, abuelos… Su objetivo en la vida es satisfacer sus gustos y no le importa si con ellos molesta a los demás.
Los niños tiranos son tozudos, violentos, dominantes, poco tolerantes, manipuladores, irresponsables, crueles, sumamente egocéntricos, poco empáticos, y tienen escaso autocontrol. No siguen reglas ni les importa mucho sus modales.
Con el tiempo su conducta va degenerando y se vuelve más agresiva. Si, por ejemplo, de más pequeñito tu hijo manifestaba su descontento tirándote la manzana al piso porque la quería más grande; pronto te la arrojará a la cara, la cabeza, o cualquier otra parte del cuerpo para hacerte daño.
¿La tiranía infantil es un problema de conducta?
Sí, y es un problema de conducta bastante serio que debe tratarse cuanto antes para evitar males mayores.
Estos niños necesitan ser controlados, educados, guiados, para que no se conviertan en futuros dictadores y su comportamiento social se vuelva un problema para los demás y hasta para ellos mismos.
¿Cuáles son los blancos fáciles de estos niños?
Como ya dijimos, los niños tiranos no miden contra quiénes descargan su tiranía; sin embargo, suelen ser sus madres sus mayores víctimas.
Las madres, en su amor inmenso y su enorme tolerancia, no pocas veces sucumben ante sus hijos para no molestarlos, evitar su mal genio o hacer que les hagan pasar vergüenza en público.
¿Los niños tiranos nacen o se hacen?
Ambas cosas. Hay niños que nacen con un carácter difícil. Desde que son bebés ya los ves que no aceptan quedarse solos en la cuna y reclaman con pataletas los brazos de su mamá. Otros, en cambio se duermen solitos con solo apagarles la luz y se quedan todo el día prácticamente sin chistar.
Sin embargo, más allá de si bebé fue más o menos dependiente de sus padres y reclamó en mayor o menor medida la satisfacción de sus necesidades; el niño tirano es más bien consecuencia de la educación y atención que recibe.
La sobreprotección o por el contrario la poca dedicación y soledad; el criar a un pequeño sumamente consentido al que se le dé todos los gustos y se eduque como el centro del universo; la violencia familiar; el divorcio nocivo de sus progenitores y la relación complicada que se lleva luego de este proceso… son algunos de los factores que alimenta la tiranía de esos niños que, desde pequeñitos, ya venían con rasgos tiránicos.
Niños tiranos: ¿cómo actuar con ellos?
Para actuar con un niño tirano, lo primero, es limitar su comportamiento, ponerle un freno desde que es pequeñito y comienza a dar muestras de su tiranía.
Las madres, sobre todo, como son precisamente el blanco fácil de estos pequeños, son quienes deben doblar esfuerzos y mostrarse firmes ante ellos.
A estos niños no se les debe permitir ni la más mínima conducta negativa. Hay que tener siempre la mira puesta en su comportamiento para censurarlos cada vez que cometan actos reprochables, incluso, si se trata de frases, gestos o muecas que denoten malcrianza, agresividad o despotismo hacia cualquier persona.
Los pequeños tiranos deben tener un seguimiento constante en su educación. Aun cuando el estar la mayor parte del tiempo con ellos pueda ser agotador hay que dedicarles muchas horas para escuchar sus pláticas, exponerles tus criterios y ayudarlos a entender por qué esto está mal y esto está bien.
Se debe ser paciente y tolerante con niños así y no permitir que jamás evadan los límites que ya les hemos impuesto y explicado.
Cualquier vejación física o verbal debe ser evitada porque la violencia doméstica, precisamente, es la que alimenta los comportamientos tiránicos infantiles.
No es que haya que responder con besos las amenazas y los puntapiés que da un niño así, sino que, por ejemplo, siempre es mejor, hacerlo reflexionar o castigarlo para que corrija su conducta.
Los niños tiranos necesitan afecto, sentirse seguros y queridos; porque generalmente cuando se ven rechazados por sus adultos exponen su insatisfacción volviéndose mucho más violentos.
Entonces, para resumir: Si tienes un niño con comportamientos tiranos comienza por ponerle límites desde bien pequeñito. No dejes en manos de otros su educación, pasa todo el tiempo que puedas junto a él desarrollando diversas actividades. Castiga su mala conducta, pero no olvides darle cariño.
Bibliografía
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