Seguro que estás al tanto de que darle golosinas en exceso a tu hijo es perjudicial para sus dientes y para su salud en general. Pero que los niños mastiquen chicles, en algunas situaciones, puede ser beneficioso.
A nivel nutricional, cualquier dulce es considerado como un alimento vacío. Aportan altos valores de calorías, de grasas y de azúcares en porciones pequeñas. Por eso, deberían ser consumidos de manera muy ocasional. Además, para evitar contratiempos, es fundamental que el niño sepa masticar bien y que sea capaz de no tragarse la goma de mascar.
En este artículo te contamos por qué no es tan malo que los niños mastiquen chicles de vez en cuando.
El momento y el chicle indicado
Ofrecer chicles a los niños de manera habitual, al igual que con el resto de los dulces, nunca es buena idea. Pero si los pequeños tienen interés de masticar goma de mascar de vez en cuando, no hace falta prohibírselo.
Para esos momentos hay algunos aspectos que debes tener en cuenta, como la edad del niño, su capacidad para no tragarse el producto y el tipo de chicle. En primer lugar, debes saber que no es aconsejable dar este producto a los niños antes de que cumplan los 4 años. A esa edad todavía son muy pequeños para comprender que la goma de mascar no se debe tragar, entonces, el riesgo de asfixia es mayor. Estos son algunos consejos a tener en cuenta:
- Darle dulces blandos: los chicles en grageas son más duros y fáciles de tragar, pues su textura se asemeja a la de un caramelo. Por eso, es preferible evitarlos en los niños. Los más fáciles de masticar son los blandos y de forma rectangular.
- Supervisar al niño: las primeras veces que el pequeño mastique chicle, es recomendable que lo supervises por si surge algún inconveniente. Hasta que domine la habilidad de mascar sin tragar, deberás estar atenta a los atragantamientos.
- Prestar atención al tiempo de permanencia del chicle dentro de la boca: Se recomienda no masticar chicle por más de 30 minutos seguidos ni más de 60 minutos al día.
- Tener en cuenta el tipo de chicle: la mejor opción para darle al niño es la goma de mascar sin azúcar, ya que favorece la proliferación de las bacterias y aumenta el riesgo de caries.
Beneficios de que los niños mastiquen chicles sin azúcar
La mejor opción es darle a los niños chicles sin azúcar. Es importante buscar productos que contengan el sello de la Asociación Dental Americana (ADA) para asegurarnos de que no poseen endulzantes nocivos.
Estas golosinas que se encuentran en el mercado suelen contener edulcorantes que no generan caries, como el aspartamo, el xilitol, el sorbitol y el manitol. Según la ADA, masticar goma de mascar sin azúcar durante 20 minutos después de las comidas contribuye a evitar dicha enfermedad. Por otra parte, el azúcar refinado contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y caries.
Esta acción preventiva contra las caries se debe a que masticar chicles sin azúcar provoca varias situaciones protectoras como las siguientes:
- Aumenta el flujo de saliva. Con esto se arrastran y se eliminan los restos de alimentos y los desechos de la boca.
- Los edulcorantes que mencionamos neutralizan los ácidos producidos por las bacterias y evitan la desmineralización dentaria.
- Reduce el nivel de placa bacteriana sobre los dientes.
- La mayor cantidad de saliva trae consigo una mayor presencia de calcio y fosfato, lo que fortalece el esmalte dental.
- Ayudar a reducir el estrés y los nervios en niños muy ansiosos. La acción mecánica y repetitiva de mascar puede reducir la tensión durante un tiempo, como antes de rendir un examen.
- Ayuda a mejorar algunos tipos de otitis.
- Beneficia el desarrollo de los maxilares.
- La estimulación salival mejora la digestión y evita la boca seca.
- Disminuye la sensación de hambre, lo cual resulta de utilidad para niños que picotean entre horas o que tienen problemas de sobrepeso.
Desventajas de que los niños mastiquen chicles
La moderación en el consumo de chicles en los niños es clave para evitar inconvenientes. A continuación, veremos algunos de los inconvenientes de mascar con frecuencia.
Desgasta los dientes
La sobrecarga y el trabajo exagerado y constante de las estructuras bucales para masticar una y otra vez ocasionan lesiones y disfunciones en el sistema masticatorio. Los niños que mascan chicle de manera frecuente pueden desarrollar problemas en la articulación temporomandibular, en los dientes y en los maxilares. Por otra parte, gastroenteritis, gases, irritación intestinal, acidez o diarreas son algunos de los efectos que pueden acarrear estas sustancias si se abusa de ellas.
Aumenta el riesgo de caries
Si se utilizan chicles con azúcar aumenta el riesgo de caries. Las bacterias orales aprovechan la sustancia dulce que permanece en la boca y producen ácidos que desmineralizan los dientes. Además, el exceso de azúcar está asociado a otros problemas, como la diabetes y el sobrepeso. Los colorantes que estos productos contienen tampoco son saludables para los niños.
Disminuye el apetito
Otro problema de que los niños mastiquen chicles es la disminución del apetito que ocasionan. La sensación de saciedad puede llevar a que los pequeños rechacen los alimentos nutritivos y necesarios para su correcto crecimiento y desarrollo.
Afecta la ortodoncia
Los niños que utilizan brackets u otro tipo de ortodoncia no deben masticar chicles por el riesgo de dañar sus aparatos.
Peligro de atragantamiento
Tragarse un chicle de manera ocasional no reviste un problema. Aunque el estómago no pueda descomponerlo como lo hace con otros alimentos, pasará a los intestinos de manera normal para su eliminación. De todos modos, si la situación se repite en poco tiempo, entonces sí puede resultar riesgoso. En casos excepcionales, la acumulación puede provocar la obstrucción del intestino. Sobre todo, si han sido ingeridos otros objetos en conjunto, como monedas, botones o cáscaras de pipas.
La higiene oral es fundamental
Para terminar, es importante que quede en claro que masticar chicles sin azúcar no sustituye a la higiene bucodental. Incluso es oportuno cepillarse los dientes luego de desechar el producto.
Lo ideal es controlar el uso de la goma de mascar en los más pequeños. Una buena opción es aprovechar sus beneficios cuando están fuera de casa y no es posible que se cepillen los dientes.
Bibliografía
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