Cómo prevenir las maloclusiones en niños

Controlar el desarrollo de la mordida de tu pequeño y corregir cualquier interferencia a tiempo es clave para su salud. Entérate todo acerca de este tema.
Cómo prevenir las maloclusiones en niños
Vanesa Evangelina Buffa

Revisado y aprobado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 14 mayo, 2022

Los problemas de mordida afectan a gran parte de la población mundial. Por eso, prevenir las maloclusiones en los niños ayuda a evitar trastornos más complejos a futuro.

Desde que nacemos, los huesos de la cara y luego los dientes se adaptan a las condiciones del entorno. La manera en la que deglutimos, masticamos y respiramos influye en el desarrollo de dichas estructuras. Pero la presencia de hábitos y de patologías de la boca también influyen en la forma de ocluir.

Los maxilares y los dientes se desarrollan y se posicionan durante la niñez, por lo que debemos estar atentos a ciertas cuestiones para evitar que se consolide una mordida defectuosa.

Las maloclusiones acaban por alterar las funciones y la apariencia de la boca de los niños y de no ser tratadas, empeoran a lo largo de la vida. Sigue leyendo y entérate qué puedes hacer al respecto.

Las maloclusiones en los niños

Las maloclusiones dentales son la tercera patología dental más frecuente según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de alteraciones en la manera en la que los maxilares y las piezas dentarias superiores e inferiores se relacionan entre sí.

El inadecuado crecimiento óseo y la posición incorrecta de los dientes provoca un mal funcionamiento del aparato masticatorio. Esto condiciona la manera de comer, de hablar y la estética de la sonrisa.

Muchas veces las maloclusiones comienzan a manifestarse durante la infancia, mientras las estructuras orales del niño están en desarrollo. La herencia y la genética, así como los malos hábitos instalados en edades tempranas, pueden ser el origen de estos problemas.

La respiración oral, la succión digital, la deglución atípica y la interposición lingual son algunas de las prácticas que favorecen el desarrollo de las maloclusiones. El uso prolongado e inadecuado del chupete o el biberón, la pérdida prematura de dientes por caries o traumatismos y el bruxismo también predisponen a sufrir problemas de mordida en la infancia.

Niña con diastema, una de las causas de la deglución atípica infantil.
Las maloclusiones más comunes son las malposiciones dentarias, los apiñamientos y los diastemas. También, las mordidas cruzadas, las abiertas y las sobremordidas.

Estrategias para prevenir las maloclusiones en los niños

Para evitar los problemas funcionales y estéticos que ocasionan las maloclusiones en los niños, la mejor alternativa es evitar la mala mordida. Las acciones preventivas varían según el momento en que se aplican, por lo que se pueden distinguir cinco niveles:

  • Primer nivel: son las acciones que se aplican durante la gestación y el nacimiento del niño. Consisten en educar y dar consejos a los padres para las primeras etapas de la vida del pequeño. Se hace hincapié en la nutrición adecuada durante la gravidez y en la promoción de la lactancia materna para favorecer el correcto desarrollo de la musculatura perioral y de la mandíbula.
  • Segundo nivel: son las medidas que se aplican en la etapa de la dentición temporaria, a través del control de la dieta, la higiene y la limitación de los hábitos parafuncionales. Se fomenta la masticación de alimentos sólidos, la prevención de las caries y el mantenimiento de los espacios si se pierden los dientes antes de tiempo.
  • Tercer nivel: se trata de limitar el daño antes de que la situación progrese y empeore. Incluye el uso de ortodoncia interceptiva, las extracciones de supernumerarios para ganar espacio y los tallados selectivos. Estos abordajes tempranos del problema evitan la necesidad de tratamientos más complejos a futuro.
  • Cuarto y quinto nivel: es el tratamiento del daño y la rehabilitación de las funciones perdidas a través de terapéuticas de ortodoncia o de cirugía ortognática.

Como podrás deducir, mientras antes se actúe, menor será el riesgo de desarrollar problemas de mordida a futuro. Tomar medidas preventivas desde el nacimiento puede impedir el desenlace de alteraciones complejas y la necesidad de tratamientos incómodos y costosos.

Algunos consejos para prevenir las maloclusiones en los niños

Como ya mencionamos, prevenir las maloclusiones en los niños desde etapas tempranas de la vida ayuda a limitar el riesgo de padecer problemas complejos en la boca. Con acciones simples, los padres pueden favorecer el correcto desarrollo y posicionamiento de los maxilares y de los dientes de sus pequeños.

A continuación, te contaremos cómo hacerlo. ¡Apunta!

Optar por la lactancia materna siempre que sea posible

Alimentarse a través del pecho de la madre estimula la musculatura bucal del bebé y favorece el avance de la mandíbula hacia delante.

Los bebés nacen con el maxilar inferior ligeramente retraído, pero el esfuerzo de ordeñe del pecho, la succión y la deglución de la leche materna propicia un correcto crecimiento de los huesos y de los músculos de la boca.

Es así que la lactancia materna favorece a lograr una buena relación entre el maxilar superior y el inferior. Y al promover el correcto desarrollo de la musculatura orofacial, mejoran la succión, la deglución y la respiración del bebé.

De todos modos, esto no quiere decir que si el bebé es amamantado no requerirá usar aparatología en el futuro, pues existen otros factores que también influyen en el desarrollo de la oclusión.

“La lactancia materna contribuye a evitar anomalías dentomaxilofaciales, maloclusiones dentales y la necesidad de ortodoncia en el futuro”. -Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO)-

Promover la masticación desde las primeras etapas

Cuando se inicia la alimentación complementaria muchos padres prefieren las clásicas papillas. Pero prolongar las dietas blandas, los alimentos triturados y fáciles de tragar puede afectar al correcto desarrollo de los maxilares y de los músculos de la masticación.

Si no incentivamos a los niños a esforzarse por masticar, es probable que se acostumbren a comer alimentos que les generen poca resistencia, como los blandos.

Por esa razón, se aconseja ofrecerles a los niños dietas variadas en cuando a texturas, sabores y tamaños de los alimentos. En vez de hacer papillas de verduras, se pueden ofrecer trocitos de los mismos vegetales cocidos al vapor. Esto incentivará a la masticación, sin incurrir en riesgos de atragantamiento.



Se ha de seguir una evolución en los tipos de alimentos a ofrecer: es preciso comenzar con texturas más blandas, luego semisólidas y sólidas y finalmente, las más duras. Esta progresión ayudará a que los músculos se fortalezcan y los movimientos masticatorios promuevan el correcto desarrollo de las estructuras orales.

nino pequeno uso prolongado del chupete
El uso prolongado del chupete, del biberón y la succión del dedo son algunos de las causas prevenibles de maloclusión dentaria.

Retirar el chupete a tiempo

Si se utiliza de manera correcta, el chupete puede ser un gran aliado a la hora de calmar al bebé. Incluso, podría reducir la incidencia de muerte súbita del lactante y aportar seguridad, confianza y consuelo al pequeño.

La succión del chupete se considera no nutritiva, pues se realizan los mismos movimientos de succión y ordeñe sobre la tetina del chupón, pero no obtiene ningún alimento a través de él. Este hábito puede alterar el correcto desarrollo bucodental y afectar el posicionamiento natural de la mandíbula.

Para que esta costumbre no se torne nociva es recomendable no prolongar su uso después de los 2 años, aunque algunos pediatras sugieren comenzar con su abandono desde los 12 meses. Además, a la hora de ofrecer un chupete al niño es importante buscar que sea del tamaño adecuado para la boca del bebé.

Evitar la succión digital

Para algunos niños, chuparse el dedo es una acción que los relaja y los calma cuando están nerviosos, hambrientos o cansados. Y aunque este hábito es bastante normal en los primeros meses, resulta perjudicial si se prolonga más allá de los 2 años. Pues se trata de otro tipo de succión no nutritiva.

La presión que ejerce el dedo sobre los dientes y el paladar interfiere con el correcto desarrollo de los maxilares. También, afecta al posicionamiento de los dientes, de la lengua y ocasiona problemas a la hora de morder.

Buscar alternativas que ayuden al niño a dejar la costumbre de chuparse el dedo es lo ideal. El proceso puede ser largo y complicado, pero con paciencia, acompañamiento y ayuda profesional, la succión digital se puede controlar.

Cuidar la salud bucodental

Mantener los dientes sanos también ayuda a prevenir maloclusiones. Procurar higienizar la boca de los más pequeños desde edades tempranas evita muchos problemas que repercuten en la manera de morder.

Cuando los niños sufren caries aumenta el riesgo de que pierdan piezas dentarias antes de tiempo y su ausencia en la boca interfiere en la adecuada erupción de las piezas definitivas y su posicionamiento. De esta manera, se afecta la mordida y el daño se perpetúa hasta la adultez.

Es por eso que el cepillado de dientes, el uso de hilo dental y de pastas con flúor, las dietas saludables y los controles odontológicos regulares se vuelven fundamentales para cuidar la boca de los niños.

Acudir a las revisiones odontológicas

Desde el primer año de vida de los bebés es importante buscar un odontopediatra que ayude a los papás a cuidar la boca de sus hijos. Luego serán necesarios controles cada 6 o 12 meses, según cada caso.

Con las visitas regulares, el profesional puede evaluar el estado de la boca, detectar cualquier problema a tiempo y buscar la solución más adecuada. Además, realiza un seguimiento del crecimiento de los maxilares, de la erupción dentaria y averigua sobre los hábitos o costumbres que puedan afectar el correcto desarrollo bucal.

Cuando comienza el recambio de dientes temporales por los definitivos, alrededor de los 6 años, es conveniente realizar una consulta con el ortodoncista. La evaluación por este especialista ayuda a detectar cualquier alteración en la posición de los dientes y los maxilares y a ocuparse de los problemas de manera temprana.

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El odontopediatra se encarga del cuidado y la prevención de la salud bucal de los más pequeños.

Acciones tempranas para prevenir las maloclusiones en niños

Es bastante famoso el dicho que versa que “es mejor prevenir que curar” y esta frase también aplica para la ortodoncia.

Pues como te contamos, evitar los daños será más fácil y mejor para el pequeño, pues no tendrá los problemas en su boca ni necesitará tratamientos incómodos y costosos a futuro.

Es cierto que algunos problemas bucodentales no se podrán evitar, sobre todo los relacionados con la genética y la herencia. Pero corregir ciertos hábitos y prácticas de manera temprana puede ayudar a prevenir las maloclusiones en los niños.

Con padres informados y atentos que acompañen y cuiden con responsabilidad el desarrollo de la boca de sus pequeños, se pueden lograr sonrisas sanas y armónicas.


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