Matemáticas Montessori: ¿qué son y cómo enseñarlas?

Las matemáticas Montessori hacen que aprender números sea una experiencia divertida, basada en la exploración y el aprendizaje gradual. Te enseñamos lo que necesitas para aplicarla.
Matemáticas Montessori: ¿qué son y cómo enseñarlas?
Maria Fátima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 06 octubre, 2023

¿Qué provoca que algunos niños desarrollen una pasión por las matemáticas mientras que a otros no les atrae en absoluto? ¿Es posible estimular este interés modificando la forma en que se enseñan las matemáticas? ¿Quizás los educadores aún no han descubierto completamente cómo hacer que las matemáticas sean más accesibles para los niños?

Estas interrogantes encuentran respuestas en el enfoque educativo de las matemáticas al estilo Montessori. A continuación, proporcionaremos más información sobre este tema.

¿Qué son las matemáticas Montessori?

Para empezar, es importante aclarar que la pedagogía Montessori se fundamenta en la noción de que los niños poseen una «mente absorbente» durante los primeros seis años de vida. Durante este período sensible, los niños tienen una curiosidad innata que les permite asimilar grandes cantidades de información de manera eficiente.

Esta filosofía se aplica a la enseñanza de las matemáticas en el método Montessori. En este contexto, el aprendizaje se basa en la manipulación de objetos concretos, con el objetivo de establecer una base sólida que permita a los niños desarrollar un razonamiento más abstracto, una habilidad esencial en el estudio de las matemáticas y otras disciplinas.

Algunas particularidades de la enseñanza de matemáticas bajo la pedagogía Montessori son las siguientes:

  • Los elementos utilizados deben fomentar la experiencia sensorial y la manipulación, lo que permite una aproximación práctica al conocimiento. En este enfoque, el proceso de aprendizaje implica la experimentación y el ensayo-error, lo que es beneficioso para el niño, ya que le permite buscar soluciones y realizar múltiples intentos.
  • La enseñanza se aborda de manera gradual, comenzando con conceptos más simples y luego incorporando niveles de dificultad progresivos. Esta metodología asegura que el aprendizaje sea tanto lúdico como desafiante, evitando la frustración del niño y manteniendo su motivación activa.
  • Los materiales utilizados son adaptables y evolucionan junto con la edad del niño. Además, están diseñados de manera amigable y atractiva, lo que facilita su participación en el proceso de aprendizaje.


Elementos típicos para enseñar las matemáticas Montessori

Uno de los aspectos clave de esta metodología es la utilización de materiales concretos y manipulativos que permiten a los niños experimentar y comprender conceptos matemáticos de manera práctica y significativa.

Otras características de los materiales Montessori es que están enfocados en un solo estímulo. De este modo, al aislar la dificultad, el niño puede concentrarse en resolver un solo problema y consolidar así el aprendizaje. A continuación, exploraremos algunos elementos típicos utilizados en la enseñanza de las matemáticas Montessori.

1. Fichas y tarjetas de números

Estas herramientas permiten a los niños asociar números escritos en tarjetas (o piezas de madera) con cantidades específicas de fichas, reforzando su comprensión de los símbolos numéricos. Esta herramienta es útil para introducir los números del 1 al 10. Por ejemplo, debajo de la tarjeta con el número 5, el niño debe colocar 5 fichas.

Para utilizar esta herramienta, comienza mostrándole al niño las tarjetas de números, iniciando con la tarjeta del número 1 y luego la del número 2. Luego, coloca una ficha debajo de la tarjeta del número 1 y dos fichas debajo de la tarjeta del número 2. A continuación, agrupa todas las fichas en un solo conjunto y cuenta junto con el niño.

Después, presenta una nueva tarjeta con el número 3 y explícale que al agrupar una ficha más dos fichas, obtienes un total de tres fichas.

2. Barras de madera de números

Estas piezas de madera con números a menudo varían en tamaño; por ejemplo, el número 1 corresponde a una barra de madera más pequeña que la barra que representa el número 9. De esta manera, el niño también comienza a comprender la noción de que el 9 es mayor que el 1 a través de una diferencia simple en el tamaño.

¿Cómo se utilizan? Coloca todas las piezas en desorden y, mientras guías al niño, muévelas y ordénalas en su secuencia numérica correspondiente.

3. Caja con números largos

Los números en piezas de madera con diferentes colores ayudan a los niños a formar y aproximarse a números más grandes, facilitando su comprensión del sistema decimal.

Estos elementos permiten a los niños comprender cómo la presencia o ausencia de ceros afecta el valor de un número: lo hacen «más chico o de menor valor» o «más grande o de mayor valor».

  • Las unidades —del 1 al 9— se presentan en color verde.
  • Las decenas —del 10 al 90— mediante el color azul.
  • Las centenas —del 100 al 900— con el color rojo.
  • Los millares —del 1.000 al 9.000— con el color verde.

Al utilizar este recurso, es importante proceder de manera gradual. Comienza enfocándote en las unidades; una vez que el niño comprenda este concepto, puedes avanzar a las decenas. También es fundamental que, al mostrar los números, le indiques cuál es cada uno. Por ejemplo, si le muestras la tabla de madera con el número 2, le dices «este es el dos».

Cuando el niño lo haga por su cuenta, puedes preguntarle si recuerda qué número es. Este procedimiento se repite para las decenas, centenas y millares. Lo ideal es dividir la actividad en distintas jornadas para no agobiar el niño.

4. Caja con perlas

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Esta herramienta también es útil para abordar conceptos del sistema decimal. Aunque es común encontrar la caja de perlas doradas en tiendas, existen variantes que incluso puedes crear tú mismo en casa.

La clave radica en la capacidad de mostrar al niño los conceptos de unidad, decena, centena y millar. ¿Cómo hacerlo? Por ejemplo, en una bandeja de perlas, puedes separar uno de los elementos y señalarlo al niño, explicándole que se trata de una unidad.

Al mismo tiempo, es importante permitirle al niño manipular los elementos. En el caso de la decena, separa diez perlas y muestra al niño que se trata de una unidad “que se repite” diez veces.

En lugar de una bandeja, también puedes utilizar un brazalete que tenga la cantidad exacta de perlas para que el niño pueda contar y visualizar los elementos.

5. Set de fracciones

Este conjunto prepara a los niños para comprender fracciones. Además, les enseña cómo se relacionan con los conceptos de «todo» y «partes», lo que pone las bases para que puedan resolver operaciones matemáticas más avanzadas en el futuro.

Al usar este elemento, cuyas piezas se encuentran «fraccionadas» como si se tratara de una pizza, puedes ir separando cada uno de los elementos mientras le indicas de qué se trata: «aquí hay un cuarto», «aquí una mitad», «si reúnes las dos mitades, obtienes el total».

6. Torre rosada

La torre rosada, con cubos que varían en tamaño y peso, permite introducir los números del 1 al 10 y nociones como el tamaño y el piso. Al apilar los cubos, el niño va notando —de manera sensorial— que el número 1 (que corresponde con un cubo de 1x1x1 cm) pesa y mide de forma distinta que el cubo que refiere al número 10 (que mide 10x10x10 cm).

Su uso es similar al de la barra de madera: debes disponer todas las piezas «en desorden» y luego, mientras le indicas al niño, las mueves y ordenas en el orden correspondiente, mientras el pequeño construye la torre.

En este caso, también le indicas que los cubos más pequeños se toman con la mano en posición de «pinza», mientras que los de mayor tamaño, deben cogerse con las dos manos, por los costados del cubo. Esta es una forma de ayudar al niño a notar la diferencia en peso y tamaño.

7. Tablas de suma Montessori

Este es otro de los elementos Montessori que sirve para introducir a los niños en operaciones más complejas como la suma, resta, multiplicación y división.

Uno de los formatos más conocidos son las fichas de madera que contienen números del 0 al 9, junto con los signos utilizados para realizar las operaciones mencionadas, como el signo «+» para la suma. Estas fichas también incluyen barritas alargadas de madera de diferentes colores.

En este caso, se propone al niño que realice una operación como 2+3 y que indique el resultado, es decir, 2+3=5. Debajo del número 2, debe colocar dos piezas de las barras alargadas y debajo del número 3, debe disponer tres elementos. De esta manera, llegará al resultado y deberá colocar la cantidad correspondiente de barras.

8. Ábaco

Este elemento también es un clásico en el aprendizaje de las matemáticas, ya que permite al niño desplazar las bolitas de un lado a otro para formar números, agrupando diferentes cantidades de bolitas.

En general, esta herramienta facilita el paso hacia conceptos más abstractos. Su uso es similar al de la caja de perlas: a medida que separas las bolitas, le indicas al niño de cuántas unidades se trata.

Así, una bolita representa una unidad o el número 1, mientras que dos bolitas representan dos unidades o el número 2. Como es característico del método Montessori, una vez que muestras esto al niño, le permites que lo experimente por sí mismo.

Es importante destacar que estos elementos pueden comprarse, pero también es posible crearlos en casa. Por ejemplo, puedes reemplazar la bandeja de perlas por un brazalete hecho con fideos. El objetivo principal es que los niños puedan utilizar estos materiales para una mejor comprensión de los conceptos matemáticos.



La pedagogía Montessori: el niño es el centro

La matemática suele ser una disciplina temida y, en ocasiones, rechazada. Sin embargo, la propuesta de las Matemáticas Montessori es novedosa porque permite que los niños empiecen a tomar contacto con conceptos abstractos y difíciles de explicar de manera práctica y con experiencias sensoriales.

En este sentido, como su modo de razonamiento entre los 0 a los 6 años es esencialmente concreto, los materiales Montessori le permiten experimentar y manipular. De este modo, no solo el niño puede extraer y «absorber» conocimiento a partir de lo que hace, sino que además es protagonista de su propio aprendizaje.

¡Realmente vale la pena intentar con estos elementos! Sin dudas, un ambiente diseñado para el niño le permitirá sentirse seguro y motivado para aprender.


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