El nacimiento de un bebé es uno de los eventos más importantes en la vida de una mujer. La edad y la manera de traer al mundo a una criatura varían según las costumbres y los principios de cada pueblo o ciudad. Los partos en las diferentes culturas tienen características que han sido respetadas a cabalidad por generaciones, sin prestar atención a los avances de la medicina y la tecnología.
Existen muchas técnicas que ayudan a la madre en el alumbramiento. Entre ellas está el parto natural humanizado, el normal con anestesia, el acuático, el inducido, la cesárea, el parto en cuclillas e incluso se ven casos de mujeres que lo hacen paradas; todo ello dependerá de su estado de salud y cultura.
Actualmente, en la mayoría de los países existen centros asistenciales de salud que poseen salas exclusivas de parto con altos avances tecnológicos. Gracias a esto, se puede hacer esta experiencia lo menos traumática posible tanto para la madre como para el bebé; se les ofrece un mayor bienestar y mejores cuidados en la salud a ambos.
Partos en las diferentes culturas de África
A pesar de los avances que la raza humana ha logrado en los últimos siglos y décadas, aún existen prácticas que desestiman los cuidados novedosos que se han puesto a disposición de la mujer. Los partos en diferentes culturas pueden resultar crueles y ofensivos para la madre, ya que algunas costumbres radicales los diferencian ampliamente de los alumbramientos a los que gran parte del globo está acostumbrado.
Las mutilaciones que reciben las madres africanas en sus genitales continúan generando debates por todo el mundo, ya que se las considera prácticas inhumanas e incomprensibles. Además de lo antes dicho, al momento de dar a luz, estas mujeres son expuestas al público y no pueden manifestar ni un solo gesto de dolor, puesto que sería calificado como una ofensa para su familia.
Comunidades indígenas
Son muchos los rituales en las poblaciones indígenas, pero lo que predomina en todas ellas es el parto que tiene lugar con la mujer sentada o en cuclillas, siempre de manera vertical. En el alumbramiento, las madres demuestran su valentía ante el pueblo, guiadas por su deidad.
Las parturientas siempre están acompañadas por la matrona y el esposo; este último ayuda empujándole el abdomen a su mujer para forzar la salida del niño. La matrona, en tanto, crea un nexo con Dios y le encarga a la madre e hijo para protegerlos y darles salud.
Dar a luz en Oceanía
En esta cultura, el parto es un acto público, al igual que en África. Sin embargo, en este caso, las intenciones de la población que las acompaña son diferentes. Están familiares y amigos para dar ánimo a la nueva madre a través de cánticos y gritos de amor.
Las mujeres, luego de dar a luz, son consideradas impuras, por lo que son aisladas en un recinto fuera de sus casas junto a sus hijos. Solo podrán volver al lado de su marido cuando hayan transcurrido 15 días después del nacimiento.
“Los partos en las diferentes culturas tienen características que han sido respetadas a cabalidad por generaciones, sin prestar atención a los avances de la medicina y la tecnología”
Parto vertical en Filipinas
Por su parte, en muchas poblaciones de Filipinas se practica el parto de pie. En él, la partera se coloca sobre un rollo de bambú mientras la mujer en trabajo de alumbramiento se encuentra suspendida en unas cuerdas hasta que expulse al niño.
Es una técnica sumamente peligrosa, que de hecho ha disminuido tras el alto índice de mortalidad por las hemorragias severas que sufren las madres. Por eso, la asistencia a centros médicos cercanos a esas poblaciones ha ido aumentando gradualmente.
Parir en cuclillas
En el antiguo Egipto, las mujeres daban a luz a sus hijos en cuclillas, así como las aztecas en México y algunas poblaciones africanas. Esta posición les facilita la expulsión del niño por la presión aplicada por su propio cuerpo al abdomen y la inclinación de la ingle para su salida.
Por más que la ciencia haya evolucionado en cuanto a las técnicas para traer a los niños al mundo, muchas poblaciones continúan con prácticas peligrosas que provocan muertes innecesarias por aferrarse a este tipo de partos en las diferentes culturas.
Lo ideal sería encontrar el equilibrio entre la ciencia y la tradición para que prevalezca el bienestar de la madre y del bebé. No hay necesidad de perder por completo las tradiciones, solo flexibilizarlas un poco y aceptar algunos aportes de la medicina; así, la llegada al mundo del bebé será mucho más fácil y menos riesgosa.
Bibliografía
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