Intervención educativa en niños con discapacidad intelectual

El sistema educativo tiene el deber de dar respuesta a las necesidades especiales de los niños con discapacidad intelectual. A continuación, te explicamos qué medidas hay que llevar a cabo. 

Niños con discapacidad intelectual en clase.

La intervención educativa en niños con discapacidad intelectual es fundamental para lograr una escuela inclusiva. Actualmente, existen diversas medidas para la atención a la diversidad, fomentando:

  • El desarrollo integral de todos los estudiantes.
  • El derecho a una educación digna en colegios ordinarios o, en casos excepcionales, en centros especializados.

“Todo el mundo es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.

-Albert Einstein-

Intervención educativa en niños con discapacidad intelectual

Los alumnos con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad intelectual tienen la posibilidad de contar con una serie de recursos específicos, como:

De modo que estos estudiantes puedan superar las barreras de aprendizaje y recibir un trato justo y equitativo. Así, los principales responsables de la enseñanza de estos niños en un centro ordinario son:

  • El profesorado tutor.
  • El profesorado de apoyo.

Niña con discapacidad intelectual síndrome de Down.

Intervención educativa del profesorado tutor

El tutor del aula tiene la responsabilidad de crear un clima de diversidad promoviendo el conocimiento, el respeto mutuo y la aceptación de las diferencias. Para ello, debe poner en marcha una serie de medidas ajustadas a todos los niveles de aprendizaje de los niños de la clase, siguiendo una metodología inclusiva. En este sentido, se puede optar por:

  • Adaptar las metodologías y los materiales a las necesidades de todo el alumnado.
  • Llevar a cabo agrupamientos flexibles.
  • Proponer a los niños con discapacidad intelectual actividades similares a las de sus compañeros, pero con algunas modificaciones, como:
    • Otorgar más tiempo para llevar a cabo las tareas.
    • Hacer simplificaciones en el contenido o en su presentación.
    • Dar explicaciones paso a paso.
    • Prestar ayuda y guía.
    • Disminuir el número de tareas exigidas.
  • Crear una rutina de trabajo en la que este tipo de estudiantes tenga independencia y entrene la autodeterminación.
  • Dedicar más tiempo a determinados objetivos o contenidos importante para todos los estudiantes, pero especialmente para aquellos con discapacidad intelectual. De forma que es conveniente trabajar el desarrollo de la:
    • Comunicación.
    • Lectoescritura.
    • Psicomotricidad.
    • Habilidad para utilizar los números y las operaciones básicas.
    • Capacidad para establecer relaciones interpersonales.
  • Establecer, en casos excepcionales, adaptaciones curriculares significativas. Estas consisten en:
    • Eliminar los contenidos y los objetivos que se consideran esenciales.
    • Modificar los criterios de evaluación.

Además, para que todo esto sea eficaz, es indispensable que el docente evite el uso de etiquetas negativas y de comparaciones, y, que sepa manejar las posibles frustraciones del alumnado con discapacidad intelectual para prevenir posibles conductas agresivas o de autolesión.

Intervención educativa del profesorado de apoyo

El profesorado de apoyo es de gran relevancia para el aprendizaje de las personas con discapacidad intelectual, ya que muchas veces son el principal pilar de su enseñanza en la escuela. Estos están en continua comunicación con el tutor del aula para desempeñar sus funciones de refuerzo educativo.Niño con discapacidad intelectual mirando un ordenador.

Así, el profesorado de Pedagogía Terapéutica (PT) y el de Audición y Lenguaje (AL) se encargan de:

  • Seleccionar, elaborar y adaptar el material didáctico.
  • Facilitar la asimilación de conocimientos.
  • Realizar programas individualizados de intervención educativa.

Asimismo, un estudiante con discapacidad intelectual que no presenta habilidades de autonomía personal necesita la asistencia de un Cuidador o Auxiliar Educativo durante la jornada escolar para que le ayude a desempeñar dichas habilidades.

Es decir, su principal función es la de dar apoyo con carácter educativo, pero no docente, desarrollando tareas relacionadas con:

  • La autonomía.
  • La accesibilidad.
  • El desplazamiento.
  • La salud.
  • La seguridad.
  • La atención, vigilancia y cuidado.

En definitiva, el hecho de tener en el colegio a un alumno con discapacidad intelectual conlleva la puesta en práctica de una intervención educativa concreta y personalizada.

Bibliografía

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