Sentir hambre voraz en el embarazo justo al acabar de comer es habitual en muchas mujeres durante la gestación. No se trata solo del deseo de satisfacer antojos por determinados alimentos sino de las ganas de comer en todo momento.
El aumento del apetito es una respuesta normal del organismo ya que las demandas energéticas y de nutrientes están aumentadas y el cuerpo necesita satisfacerlas.
Pero el sentir hambre durante todo el día o de forma muy exagerada puede conducir a malas elecciones alimentarias o ganar peso por encima de lo recomendado, lo que al final podría acarrear complicaciones en la madre y el bebé.
En el siguiente artículo descifraremos algunas de las posibles causas del hambre voraz en el embarazo y conocemos ciertos trucos para ayudar a mitigarla y satisfacerla de forma sana.
Los cambios de apetito en el embarazo
Cada mujer puede vivir diferentes tipos de embarazos y las sensaciones que se experimentan pueden variar a lo largo de los 9 meses. Por esto puede ser que en ocasiones aparezca hambre voraz, que no se presente en ningún momento o que vaya aumentando el apetito de forma gradual.
En realidad experimentar más hambre en el embarazo es algo normal y no es nada negativo. El cuerpo se prepara para la gestación y la lactancia mientras tiene que nutrir de forma constante al futuro bebé.
En el primer trimestre el hambre puede variar dependiendo de si aparecen síntomas molestos como las náuseas y los vómitos (que podrían hacer disminuir las ganas de comer).
A partir del segundo trimestre, con el constante crecimiento y desarrollo del feto, el útero y demás tejidos implicados; el hambre es más habitual. Aunque no hay que olvidar que existen otras causas no fisiológicas que lo podrían estar provocando.
La fluctuación hormonal es una de ellas. Algunas hormonas sexuales y otras reguladoras del apetito y la ingesta se ven alteradas durante el embarazo: la leptina, la grelina, el péptido YY, los estrógenos o la progesterona.
Asimismo muchas mujeres pueden experimentar un relajamiento psicológico entorno al peso corporal y la figura, “permitiéndose” comer más de lo que harían de forma habitual y reflejarse esto en un mayor apetito.
Por último podría ser que el hambre voraz en el último tramo del embarazo se debiera a un aumento de los nervios por la llegada del parto y el nacimiento del bebé.
Conoce más acerca de : La ansiedad en el embarazo
Creencias erróneas sobre el hambre voraz en el embarazo
A lo largo del tiempo, se ha asociado este apetito exagerado con diferentes explicaciones. Existen creencias populares que nada tienen que ver con las pruebas científicas.
Algunas se basan en el tamaño del bebé (cuanto más grande más se debería comer), en la satisfacción permanente de antojos para evitar consecuencias en el feto o la creencia habitual que durante el embarazo la mujer tiene que comer por dos.
Pero desde hace algunos años se conoce que todas estas convicciones no tienen base real con lo que muchas mujeres se informan bien sobre la la dieta, la ganancia de peso adecuada y cómo controlar los excesos en caso de padecer hambre voraz en el embarazo.
¿Es problemático tener hambre voraz en el embarazo?
Como hemos visto tener más hambre de lo habitual es normal en el embarazo. Que este sea desmesurado no ocurre siempre y tampoco tiene que estar presente durante los 9 meses.
Es cierto que el aumento de apetito tiene que ir acompañado con un aumento de la ingesta. Esta se suele situar entre las 350 y 450 calorías diarias de más, dependiendo del momento de la gestación y sus características (por ejemplo si existe embarazo múltiple).
La ganancia de peso final de la mujer también es variable y está muy ligada al peso de la madre antes de quedarse encinta. Una ingesta elevada o un aumento de peso por encima de lo recomendado no son aconsejables ya que tienen consecuencias negativas:
- Mayor peso fetal al nacer.
- Aumento de la adiposidad del bebé que, a su vez, se podría relacionar con futuros problemas metabólicos (aumento del riesgo de obesidad o de síndrome metabólico).
- Más riesgo de padecer diabetes gestacional.
Por lo tanto podemos decir que el hambre voraz solo representa un problema si la mujer no puede controlarlo, acaba ganando más peso del adecuado o satisfaciéndolo con alimentos poco saludables.
Asimismo, no hay que despreciar el hecho de que tener un apetito incontrolado puede provocar malestar, desazón y preocupación en las madres. Este hecho incluso podría repercutir en una falta de energía o de vitalidad para ejercer su día a día de forma normal.
¿Cómo controlar el hambre voraz en el embarazo?
Vista la relevancia de seguir una dieta saludable y suficiente es importante conocer algunas estrategias para evitar que el hambre voraz en el embarazo acabe generando problemas.
- Elegir alimentos frescos y nutritivos y evitar los platos elaborados, la comida rápida, los dulces o la bollería.
- Priorizar el consumo de alimentos ligeros, que aporten fibra y sean saciantes: cereales integrales, legumbres, carnes y pescado magro, frutos secos o frutas.
- Repartir las ingestas a lo largo del día en 3 comidas principales y dos tentempiés. En estos momentos es bueno ingerir frutas, yogur, yogur griego, queso fresco, frutos secos o pan integral. Esta práctica también ayuda a mejorar la digestión y la calidad del sueño por la noche.
- Beber suficiente agua a lo largo del día.
- Planificar las comidas e incluso los pequeños snacks de media mañana o media tarde. De este modo se pueden evitar los atracones o los picoteos constantes por ansiedad.
- Hacer ejercicio con regularidad (adecuado al embarazo), tener una vida activa y encontrar la forma de relajarse.
Sin embargo no hay que olvidar que no se trata de hacer ningún tipo de dieta restrictiva y que disfrutar de comidas sabrosas y apetitosas también es una forma de satisfacer el apetito y calmar el hambre.
El aumento de apetito es habitual y se puede satisfacer de forma sana
Un apetito cambiante es una de las situaciones que aparecen en la gestación, pero no siempre en todas las mujeres, de la misma forma ni de manera contante.
Aunque no suele ser síntoma de dificultades ni tiene porqué ser problemático; hay que poner especial cuidado para satisfacer este hambre voraz con alimentos saludables y sin superar las cantidades recomendables.
No obstante, ante cualquier duda sobre los síntomas del embarazo o si existe una preocupación elevada por este motivo, lo más aconsejable es hablar con el equipo médico.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Bali A., Jaggi AS., An integrative review on role and mechanisms of ghrelin in stress, anxiety and depression. Curr Drug Targets, 2016. 17 (5): 495-507.
- Ben Joseph E. P. La alimentación durante el embarazo. Nemours Kids Health. Junio 2018.
- Dimas A, Politi A, et al. The gestational effects of maternal appetite axis molecules on fetal growth, metabolism and low-term metabolic health: a systematic review. International Journal of Molecular Sciences. Enero 2022. 23 (2): 695.
- Faas M. M, Mlegert B. N, et al. A tref review on hoe pregnancy and sex hormones interfere with taste and food intake. Chemosensory Perception. 2010. 3 (1): 51-56.
- Jojnson ML., Saffrey MJ., Taylor VJ., Gastrointestinal capacity, gut hormones and appetite change durign rat pregnancy and lactation. Reproduction, 2019. 157 (5): 431-443.
- Ladyman S. R, Augustine R. A, et al. Hormone interactions regulating energy balance during pregnancy. Journal of Neuroendocrinology. Julio 2010. 22 (7): 805-17.