Fontanelas: “hoyos” en la cabeza del bebé

Las fontanelas son muy temidas y, por ello, tan cuidadas en exceso por los padres. Sin embargo, estos hoyos son absolutamente normales y necesarios para la vida de tu hijo. Descubre ¿Qué son las fontanelas y cómo cuidarlas?

Seguramente sea el punto más temido de la maternidad y no es para menos si consideramos los mitos que circulan alrededor de la anatomía del recién nacido. Lo cierto es que las fontanelas o mollera son absolutamente normales y necesarias para la vida de tu hijo.

Las fontanelas son esa parte blanda de la cabeza de tu bebé y constituyen la unión o sutura natural de los huesos del cráneo, las cuales están separadas al nacer y permanecerán abiertas durante varios meses para permitir el crecimiento del cerebro.

Incluso, tu niño no solo tendrá una abertura, sino seis, en las que sentirás los latidos cardíacos. Pero no te asustes, pues a los 18 meses se soldarán esos curiosos y tan temidos ‘hoyos’ de la cabeza de tu niño. Conoce aquí los cuidados que debes tener y para qué sirven.

¿Qué son las fontanelas?

Al nacer la criatura, el cráneo no está conformado por una sola pieza, sino por un conjunto de huesos que se unen y fusionan con el tiempo. De esta manera, permiten a la cabeza del bebé crecer lo suficiente durante el primer año de vida.

Precisamente, tal como hemos adelantado, la mollera o fontanela es el área de la cabeza del bebé donde los huesos del cráneo aún no se juntaron para permitir el estiramiento y compresión rápida del cráneo y la expansión del cerebro.

Por otro lado, esta “incompletitud” a nivel craneal permite durante el parto que los huesos se muevan e incluso se monten uno encima del otro a fin de que la cabeza del bebé pueda descender por el estrecho canal vaginal.

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¿Qué pasa si toco la mollera de mi hijo?

Esta es una de las dudas más comunes, pues palpar estos espacios en la cabeza del bebé es uno de los grandes temores de todo padre. Sin embargo, no hay nada que temer ya que la membrana que cubre a las fontanelas es resistente debido a su extremada dureza que la torna difícil de penetrar.

No olvides que durante el parto la mollera ya viene abierta, lo cual no implicó mal alguno ni la fractura de algún hueso de la cabeza del niño. Simplemente se trata de ser delicado con cada movimiento que realices con tu hijo, pues, como bien sabes, es sensible.

De hecho, en cada visita pediátrica, el médico examinará, medirá  y palpará estos hoyos para vigilar su tamaño y cerciorarse de que el crecimiento sea normal. Solo de esta manera puede prevenir o diagnosticar posibles anomalías en el desarrollo cerebral del pequeño.

¿Cuándo se cierran las fontanelas?

La fontanela más notoria para los padres es la que se ubica en la parte superior y frontal del cráneo, a la cual se conoce popularmente como “la mollera”. Se estima que ésta se cierra entre los 7 y los 19 meses de vida del bebé.

Pero, como ya dijimos previamente, éste no es el único espacio que tiene el niño en su cabeza. Entonces, el hoyo de la parte posterior del cráneo se cierra generalmente entre el primer y el tercer mes del recién nacido.

A los lados también hay espacios: a la altura de la sien y detrás de la oreja hacia la base del cráneo. Mientras que las primeras se cierran alrededor de los 6 meses después del parto, las de detrás de la oreja lo hacen entre los 6 y los 18 meses del pequeño.

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¿Están en estado normal o debo consultar al pediatra?

Las fontanelas deben sentirse firmes y ligeramente cóncavas al tacto. Puede ocurrir que, cuando el bebé llora, está acostado o vomitando, la mollera luzca momentáneamente protegida. Pero cuando el niño se calma y mantiene la cabeza erguida, deben normalizarse.

Estos espacios pueden presentarse tensos o protruyentes al acumularse líquidos en la cavidad craneal o ante un aumento de la presión cerebral, como en casos de hidrocefalia. No obstante, si la fontanela se normaliza cuando el nene se tranquiliza y yergue la cabeza, no debes alarmarte.

Ahora bien, en caso de que notes que tu hijo presenta la fontanela realmente abombada, y más aún si tal condición es acompañada por un estado febril o de letargo, llévalo con urgencia al pediatra de la sala de urgencias ya que se trata de una emergencia médica.

Asimismo, si al pasar suavemente tu dedo por la mollera del pequeño percibes que está hundida, también debes ponerte en contacto con tu pediatra lo antes posible porque puede ser señal de que el bebé está deshidratado.

Problemas con las fontanelas

En ocasiones las fontanelas se cierran antes de tiempo y, si esta clausura es total, se sospecha de una condición conocida como craneosinostosis, en donde además la cabeza del bebé tiene una forma anormal.

Asímismo, en caso que se trate de una estrechez de la cavidad craneana capaz de generar un conflicto de espacio, puede tratarse de craneoestenosis, otra patología relacionada con una anomalía de las fontanelas de la criatura.

En ambos casos, dependiendo del grado de cierre de estos huecos y de cuántos estén implicados, el doctor puede optar por una cirugía para permitir que el cerebro continúe creciendo. Por ello, no es necesario temer, sino más bien, mantenerse atentas al estado de las fontanelas o molleras de nuestro pequeño tesoro.

Bibliografía

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