El consumo de fructosa en el embarazo no siempre se ha considerado peligroso. Sin embargo estudios recientes advierten del riesgo que puede representar el exceso de este producto. Durante el embarazo se genera una estricta advertencia sobre muchos alimentos, la mayoría de los cuales son regulados por sus potenciales efectos sobre feto y sobre la gestación como tal.
La alimentación de la futura madre es muy importante en el desarrollo de un embarazo saludable, también puede incidir en el bienestar del feto, el recién nacido e incluso durante el resto de la vida del hijo. En este sentido, los investigadores se han dedicado a descubrir de qué manera ciertos alimentos pueden afectar la gestación.
Es por ello que recientemente se ha descubierto que consumir fructosa en exceso podría poner en riesgo la salud de madre e hijo. La ingesta de esta sustancia podría provocar alteraciones en la señalización de la insulina en la etapa adulta de los hijos varones, según un artículo publicado en la revista “European Journal of Nutrition”.
Por otra parte, y a pesar de que el ensayo ha sido realizado en ratas, un estudio publicado en la revista “Frontiers in Genetics” ha encontrado una relación entre el consumo de fructosa y un cambio en la microbiota de la madre.
Cabe destacar que, una revisión publicada en la revista “The Journal of Nutritioal Biochemistry”, afirma que la ingesta de fructosa durante el embarazo aumenta el riesgo de dislipemia y de esteatosis hepática en la descendencia. No obstante se necesitan más ensayos en humanos que respalden estos resultados.
¿Qué es la fructosa?
Es un azúcar natural que se encuentra presente en muchos vegetales, en las frutas y en la miel. Además se le añade a la mayoría de los productos endulzados. Es fácil excedernos en el consumo de fructosa, pues durante el embarazo las dietas tienden a ser ricas en frutas y vegetales.
La fructosa es un monosacárido cuya fórmula empírica es idéntica a la de la glucosa. Su contenido energético es de 4 Kcal por gramo y puede ser extraído de todos los frutos.
Este producto muchas veces es utilizado como un azúcar alternativo, pues durante un tiempo se creyó que su origen natural lo haría menos peligroso para la salud.
No obstante recientemente se ha relacionado la ingesta de este producto con el desarrollo de la obesidad y de otros problemas de salud.
¿Cómo afecta el consumo de fructosa en el embarazo?
Al igual que la glucosa, la fructosa puede provocar que aumenten los niveles de azúcar, un aspecto que requiere mucho control durante el embarazo. Investigaciones han descubierto que el consumo excesivo de fructosa afecta el metabolismo de los carbohidratos, ocasionando problemas de salud relacionados con la diabetes y la obesidad.
De igual manera, el consumo excesivo de este producto podría incidir en alteraciones del aparato endocrino, aunque faltan ensayos en humanos que confirmen esta teoría.
De acuerdo con las investigaciones, los fetos femeninos serían más propensos a padecer enfermedades metabólicas siempre que sus madres excedan la cantidad de fructosa recomendada durante el embarazo.
Estudios de la Universidad de Auckland de Nueva Zelanda determinaron también que los problemas de sexo son un riesgo asociado al consumo de este producto durante la maternidad, los cuales incluso pueden aparecer después del destete.
En la actualidad se desarrollan ensayos que pretender descubrir potenciales efectos del consumo de fructosa en la maternidad a largo plazo. Hasta el momento se ha podido especular con que se puede alterar significativamente el crecimiento y la calidad de la placenta.
Además es necesario valorar su incidencia en la microbiota y las consecuencias a medio plazo para la salud del bebé. Actualmente existen ciertos hábitos alimenticios de la madre que se pueden relacionar con cambios en la flora intestinal de la descendencia. Son necesarios ensayos que valoren las implicaciones de esta situación sobre la salud a medio y largo plazo.
¡Para tener en cuenta!
Otro posible efecto es, que la madre que consume fructosa de manera excesiva durante la gestación, puede ver alterada su respuesta hacia hormonas como la leptina, hasta ahora relacionada con la regulación de la ingesta y del gasto calórico.
Por otra parte se ha determinado que la correcta función de la leptina está relacionada con el control de peso en el embarazo, es decir, puede incidir en casos de obesidad y diabetes gestacional.
De este modo se recomienda especial prudencia a la hora de consumir productos procesados, ricos en fructosa, durante el periodo de gestación. Además se aconseja una dieta variada en la que predominen los frescos y el pescado.
Bibliografía
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- Rodríguez L., Panadero MI., Roglans N., Otero P., et al., Fructose only in pregnancy provokes hyperinsulinemia, hypoadiponectinemia and impaired insulina signaling in adult male, but not female, progeny. Eur J Nutr, 2016. 55 (2): 665-674.
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- Rodríguez L., Panadero MI., Rodrigo S., Roglans N., et al., Liquid fructose in pregnancy exacerbates fructose-induced dyslipidemia in adult female offspring. J Nutr Biochem, 2016. 32: 115-22.