¿Qué alimentos necesita el niño en sus primeros años de vida?
Lo primero que necesita tu bebé luego de salir de tu vientre es a ti. Tus pechos guardan el alimento que necesita para crecer y desarrollarse de manera óptima. No necesita más que la leche que sale de tus pechos hasta los seis meses de edad. No necesita nada más, ningún tipo de alimentos, en serio ni siquiera agua. Sin embargo, en sus primeros años de vida habrá que ir añadiendo otros alimentos.
“Si todos los niños de 0 a 23 meses edad estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se les podría salvar la vida a más de 800 000 niños de menos de 5 años”, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sabemos que muchas madres lo saben, pero no hay suficientes libros ni artículos para explicar todos los beneficios de la lactancia materna cuando esta se practica de manera exclusiva.
Las ventajas de la lactancia materna exclusiva, comparada con la lactancia materna parcial, se reconocen desde el año 1984 y vamos a tratar de enumerar algunos de los beneficios:
- Mejora el coeficiente intelectual del bebé
- Protección frente a las infecciones gastrointestinales
- Reduce la mortalidad neonatal
- Es una fuente importante de energía y nutrientes para los niños de 6 a 23 meses
- Los niños y adolescentes que fueron amamantados tienen menos probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad.
Te enumeramos solo cinco beneficios de la lactancia materna, pero podríamos llenar cientos de páginas.
“Lactancia materna exclusiva significa que el lactante recibe solamente leche del pecho de su madre o de una nodriza, o recibe leche materna extraída del pecho y no recibe ningún tipo de líquidos o sólidos, ni siquiera agua”.
-Organización Mundial de la Salud-
Alimentos complementarios en sus primeros años
A partir de los 6 meses de edad tu hijo necesita comer algo más que leche materna, porque su cuerpo está empezando a explorar el mundo y requiere de más energía para hacerlo.
Es entonces cuando comienza la etapa de la alimentación complementaria, la cual es definida por la OMS como el proceso que se inicia cuando la leche materna no es suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales del lactante, por lo tanto son necesarios otros alimentos y líquidos.
El rango de edad para la alimentación complementaria, generalmente es considerado desde los 6 a los 23 meses de edad, aun cuando la lactancia materna debería continuar más allá de los dos años.
En esta etapa es importante saber que los primeros alimentos que se brindan al bebé deben ser de fácil deglución, es decir, de consistencia blanda tipo compota, papillas o puré. Pueden ser macerados, machacados o troceados con un tenedor, y el mismo bebé termina de ablandarlos al presionarlos con la lengua contra el paladar.
Recuerda que este es el primer experimento sensorial diferente al sabor de la leche y seguramente solo consumirá pequeñas porciones que se irán incrementando progresivamente según el agrado del bebé por los alimentos sólidos. Este es un momento muy divertido porque tanto él como tú están descubriendo qué le gusta. Es una etapa creativa para ambos y te permite consentirlo de manera agradable.
Alimentos saludables en sus primeros años
Hay otro aspecto positivo y que puedes aprovechar para inculcar hábitos saludables: desde que el niño recibe alimentos sólidos puede ofrecerse agua -hervida en el caso de no contar con agua potable-, sin adición de azúcar, ni miel, ni otro saborizante o edulcorante.
El bebé puede beber 20 a 50 ml de agua unas dos o tres veces al día separándola de la leche. Es un buen momento para estar pendientes de que el niño tome mucha agua y ayudarlo a fomentar un hábito que le servirá para toda su vida. Mantenerse hidratado es muy importante.
Cuando el niño está empezando a probar alimentos, estos deben prepararse en casa, empleando alimentos naturales, frescos o cocidos. Lo ideal es que evites los ingredientes procesados, recuerda que todos estos tienen químicos y tu hijo apenas es un bebé, su organismo no debería procesar químicos.
Hay expertos que aconsejan introducir en la dieta de los niños, a partir de los seis meses de vida, los cereales. Esta práctica incluye a aquellos que contienen gluten también, excepto en aquellos niños(as) con antecedentes familiares de primer grado (padre, madre o hermanos) de enfermedad celíaca en los que se debe postergar su introducción hasta los 9 a 12 meses.
Se recomienda la introducción progresiva de las legumbres a partir de los 8 meses; una porción de ellas reemplaza al puré de verduras con carne y se recomienda ingerirla una o dos veces por semana, para luego ir incrementado su ingesta progresivamente.
La introducción del pescado y huevo se recomienda después de los 10 meses en lactantes sin factores de riesgo de reacción alérgica y después del año en los niños con factores de riesgo -antecedentes de padres o hermanos con alergia alimentaria-.