El juego simbólico en los niños con autismo

Los niños con autismo suelen tener problemas para desarrollar el juego simbólico. A continuación te explicamos más sobre este tema.

El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por carencias significativas en la comunicación e interacción social, y por la presencia de intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Estos síntomas provocan que, en muchos casos, el juego simbólico en los niños con autismo no se desarrolle con normalidad.

Esto implica un grave problema, ya que el juego es imprescindible en el proceso madurativo. De hecho, jugando se aprenden multitud de habilidades y capacidades útiles para el desarrollo humano.

“A menudo se habla del juego como si fuera un descanso del aprendizaje serio. Pero para los niños el juego es aprendizaje serio. El juego es, en realidad, el trabajo de la infancia”.

– Fred Rogers – 

¿Qué es el juego simbólico?

El juego simbólico consiste en crean ficciones que simulan situaciones cotidianas o extraídas de fuentes conocidas para el niño (cuentos, películas, etc.), utilizando objetos o asumiendo roles para recrear una historia inventada. Así, los pequeños reflejan el conocimiento que tienen del mundo y su interpretación del mismo.

Realmente, se puede decir que este tipo de juego es el más representativo y típico de la edad infantil.Además de ser una forma ideal para que los niños expresen todo lo que llevan dentro, esta capacidad también es fundamental para desarrollar la creatividad y la imaginación.El juego simbólico en los niños con autismo.

“En el juego, el niño siempre se comporta más allá de su edad, por encima de su comportamiento cotidiano. Es como si el niño tratara de saltar por encima de su nivel habitual, como si fuera más grande de lo que es”.

–  Lev Vygotsky –

La adquisición del juego simbólico

A partir del primer año de vida se desarrolla el juego presimbólico. Esta fase previa hace referencia al uso funcional de objetos comunes y de juguetes sencillos, de manera que se utilizan para realizar acciones conocidas con el propio cuerpo. Por ejemplo, beber de un vaso vacío, simular que se habla por teléfono, etc.

Poco a poco, tras cumplir los dos años, los niños van empleando dichos objetos o juguetes sobre agentes pasivos. Es decir, empiezan a recrear situaciones de la vida cotidiana con muñecos u otras personas, que sirven como receptores de tales acciones simbólicas.

Después, adquieren la habilidad para asumir un rol y actuar como si fuesen otra persona. Por tanto, a partir de este instante, es habitual que jueguen a ser profesores, bomberos, médicos, etc.

Además, al principio, juegan con objetos realistas, dándoles la función y las propiedades que se supone que tienen. Pero, a medida que pasa el tiempo, aprenden a jugar sustituyendo unos objetos por otros menos similares a los reales. Así, los niños pueden utilizar una caja como cama o un palo como cuchara.

Finalmente, a partir de los cuatro años, el juego simbólico se vuelve más complejo, por lo que se llevan a cabo más secuencias de acciones y se incluyen más personajes durante el momento lúdico. En definitiva,la adquisición del juego simbólico se va desarrollando desde los primeros años de la infancia y a lo largo de toda la niñez.  El juego simbólico en los niños con autismo.

El juego simbólico en los niños con autismo

Como hemos explicado antes, la capacidad de inventar historias ficticias por medio de la imaginación suele comenzar a presentarse a los dos años. De modo que aparece de forma innata y va evolucionando gradualmente hasta convertirse en una teoría de la mente completamente elaborada.

Pero en la mayoría de los pequeños que presentan trastornos del espectro autista esto no transcurre así. Por lo que suelen tener dificultades a la hora de establecer esta habilidad mentalista. Por ello, en necesario trabajar este aspecto en la intervención de los niños con autismo. Así, algunas estrategias que se pueden utilizar para desarrollar y estimular el juego simbólico son:

  • Enseñar a jugar con objetos a través de la imitación y guiando al niño en sus acciones.
  • Realizar juegos de rol.
  • Establecer guiones con historias para ser representadas.
  • Crear cuentos con ayuda.

De esta manera, los niños con autismo interaccionan con el entorno de una forma lúdica y entretenida. Lo cual, también está muy relacionado con la mejora en la comunicación y en las habilidades sociales del pequeño.

Bibliografía

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  • American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-DSM 5. Barcelona: Editorial Médica Panamericana.
  • Cornago, A., Navarro, M., & Collado, F. (2013). Manual del juego para niños con autismo: ejercicios, materiales y estrategias: del cucutrás al juego simbólico. Psylicom.
  • Pecci, M. C., Herrero, T., López, M., & Mozos, A. (2010). El juego infantil y su metodología. España: Editorial Mc Graw Hill.
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