Diferencia entre evaluación formativa y sumativa

Para evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje se puede utilizar tanto la evaluación formativa como la sumativa. A continuación, te explicamos en qué se diferencian.
Diferencia entre evaluación formativa y sumativa
Ana Couñago

Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago.

Última actualización: 06 marzo, 2023

La evaluación es muy importante en la educación, pues permite analizar, valorar y reflexionar sobre los resultados conseguidos a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy en día, existen múltiples formas de evaluar. En este artículo te vamos a explicar la diferencia entre evaluación formativa y sumativa.

Ambos tipos de evaluación son válidos y útiles. En el sistema educativo actual, existe una preferencia por la evaluación formativa, ya que esta se adapta a las necesidades educativas de todos los estudiantes. Aun así, ambos tipos de evaluaciones educativas pueden combinarse entre sí, una estrategia que no hace más que potenciar de forma mutua sus beneficios.

La evaluación educativa o evaluación del aprendizaje

Niño pensando las diferencias entre evaluación formativa y sumativa.
A menudo se cataloga a la evaluación formativa como «buena» y a la evaluación sumativa como «mala». No son incompatibles entre sí, y de hecho se pueden complementar.

Antes de ver en qué consiste la evaluación formativa y la sumativa, es necesario tener claro el concepto de evaluación educativa o evaluación del aprendizaje. De acuerdo con la Unesco, esta consiste en lo siguiente:

«medio para comprender, medir y mejorar la calidad y la equidad de la educación, basándose en la recopilación, la investigación, el análisis, la difusión y la utilización de información procedente de múltiples fuentes, sobre lo que los educandos saben y lo que pueden hacer con lo que han aprendido, cuáles y cómo los diferentes factores afectan a su aprendizaje, y cómo se distribuyen estas competencias entre los diferentes grupos de educandos».

Como podemos ver, se trata de un proceso en sí mismo, uno que es muy complejo y que tiene muchas aristas. Dada su escala, resulta complicado que las técnicas o métodos para recopilar los datos del aprendizaje abarquen todos estos aspectos. Aun así, las predilectas en estos contextos son la evaluación formativa y la evaluación sumativa.



Diferencias entre evaluación formativa y sumativa

Evaluación formativa y sumativa
Junto con la evaluación diagnóstica, la evaluación sumativa y la formativa son las protagónicas al momento de valorar el nivel de aprendizaje.

Durante décadas existió un debate sobré cuál tipo de evaluación educativa era mejor. La evaluación formativa se perfiló como una de las que mejor se adecuaba al proceso de aprendizaje, mientras que la evaluación formativa la que se alejaba más de este.

Sin embargo, en la actualidad, los expertos coinciden que las diferencias entre ellos con frecuencia radican en la forma en que se utilizan; no tanto así en incompatibilidades de origen. Se ha postulado así que la evaluación formativa y sumativa pueden combinarse para desarrollar un enfoque óptimo para la evaluación de los estudiantes. Veamos qué son exactamente y sus características.

Evaluación formativa

La evaluación formativa se utiliza para obtener información sobre el nivel de comprensión que ha conseguido cada uno de los estudiantes a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Dicha información sirve para analizar, enriquecer, planificar y mejorar las acciones educativas, de modo que se ajusta la intervención a las necesidades de los estudiantes, con el fin de que todos puedan alcanzar el máximo nivel de desempeño en las diferentes áreas del conocimiento.

Desde este enfoque evaluativo, tal como señala el libro El enfoque formativo de la evaluación, el docente busca crear experiencias interpersonales que conviertan a sus estudiantes en aprendices exitosos, pensadores críticos y autónomos en sus aprendizajes.

Así pues, la enseñanza ya no es una transmisión de saberes, sino un proceso de naturaleza social en la que el profesor fomenta y guía la construcción de significados en un entorno complejo de actividades y discursos. 

Tomando como base el abordaje realizado en los libros Estrategias Docentes para un Aprendizaje Significativo: una interpretación constructivista y El enfoque formativo de la evaluación, podemos afirmar que las consecuencias de emplear la evaluación formativa en educación son las siguientes:

  • Se logra regular el proceso de enseñanza-aprendizaje, adaptándose a las características del alumnado.
  • Tanto el profesorado como los estudiantes, reciben feedback sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • El profesorado mejora sus prácticas docentes y pedagógicas.
  • Promueve un seguimiento personalizado de cada estudiante.
  • Reconoce y atiende a los diferentes ritmos y maneras de aprender.
  • Cada estudiante se implica de forma activa para alcanzar unos determinados objetivos. Es decir, son los responsables del propio aprendizaje.
  • Aumenta el rendimiento académico del alumnado.

Sin dejar de advertir sobre sus limitaciones y desafíos al momento de implementar, la Unesco destaca la importancia de la evaluación formativa para la inclusión y la equidad. Recopilamos algunos ejemplos:

  • Las rúbricas de evaluación.
  • Las escalas de observación.
  • Los test o pruebas que miden el nivel inicial.
  • Las listas de control.
  • Las preguntas clave.

No existe solo una forma de aplicar la evaluación formativa. De hecho, se ha sugerido que, dada la magnitud de contextos o maneras en las se puede aplicar, los resultados finales son muy variables. Una característica común de la mayoría de ellas es la ausencia de calificación, al menos aquella de índole tradicional o convencional.

Evaluación sumativa

La evaluación sumativa es la que se utiliza en la enseñanza tradicional. Consiste en valorar el nivel de logro del alumnado en relación con los aprendizajes adquiridos y transformar dicha valoración en calificaciones o notas, que se atribuyen con base en una comparación con la media del grupo.

Se trata de realizar una evaluación final, sin tener en cuenta todo el proceso, para verificar los resultados obtenidos al finalizar un bloque, una etapa, una lección, una unidad didáctica y demás. Como señala un artículo publicado en Estudios Superiores en Educación, la evaluación sumativa busca valorar la conducta final, certificar el alcance de los objetivos y hacer una recapitulación sobre lo que se ha trabajado a lo largo de todo el curso.

Las consecuencias de emplear la evaluación sumativa en educación son los siguientes:

  • Se logra conocer y certificar el nivel de dominio y conocimiento del alumnado sobre un contenido concreto.
  • Los estudiantes conocen sus logros al finalizar todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Los estudiantes estudian para obtener una calificación final, por lo que tienden a esforzarse en el último momento.
  • No se pueden identificar las necesidades educativas puntuales en cada alumno.
  • Los docentes no pueden mejorar sus acciones educativas a lo largo del proceso, sino que deben esperar a perfeccionar su intervención en el periodo académico siguiente.

Aunque no siempre es así, con frecuencia la evaluación sumativa se hace sobre la base de una calificación de carácter numérico tradicional. Algunos ejemplos de evaluación sumativa son los siguientes:

  • La combinación de preguntas de desarrollo y tipo test en una prueba.
  • Las pruebas orales, tipo exposiciones o presentaciones.
  • Los exámenes parciales.
  • Los exámenes finales.

Formar o sumar en el debate cualitativo y cuantitativo

Se ha hecho común considerar que la evaluación formativa es cualitativa y que la sumativa es cuantitativa, pero no es tan cierto. Sumar, además de cuantificar, forma. Mientras que lo cualitativo en muchas ocasiones se expresa en números o cantidades, que hablan o expresan realidades bien concretas.

Si bien la evaluación sumativa es mejor asimilada por los sistemas administrativos, no cabe duda de que expresa tendencias que podrían, posteriormente, analizarse cualitativamente, es decir, más en detalle.

Por otro lado, lo cualitativo precisa más tiempo y se ajusta mejor a objetivos a largo plazo, que pudieran ir y de hecho van más allá de los períodos académicos tradicionales.

Es así que cualitativo y cuantitativo se complementan, al igual que la evaluación formativa y sumativa se convierten en caras de una misma moneda y no han de considerarse excluyentes, como bien nos recuerdan los expertos.



La evaluación desde el punto de vista de los niños

Algo que se debe tener en cuenta: la evaluación es un asunto que interesa a los maestros y adultos, no a los niños. Esto que parece obvio supone serias consecuencias.

Es posible que la palabra evaluación se convierta en un fantasma indeseable y acumule más problemas que virtudes. Al menos es lo que informan algunas investigaciones, sobre todo en niños.

Y es que los pequeños de 4 a 5 años expuestos a evaluaciones no encuentran un propósito para las mismas ni entienden para qué se hacen. Lo que los convierte en sujetos pasivos y no en actores de su formación.

En adelante, la evaluación quedará asociada a memorización, notas, exámenes, calificaciones, jerarquías, medición y control que no propician la creatividad y el pensamiento crítico.

En conclusión

Se puede decir que la evaluación formativa busca valorar todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, mientras que la evaluación sumativa pretende valorar un resultado final. Por tanto, esta última encaja en un modelo de escuela tradicional.

Pero, actualmente, existe una nueva concepción relacionada con la educación, por lo que es más recomendable utilizar herramientas o instrumentos de evaluación formativa. De hecho, este tipo de evaluación es ideal para:

  • Valorar las competencias en educación.
  • Atender a la diversidad del alumnado, teniendo en cuenta sus capacidades y características personales.

Esto no implica, por supuesto, el rechazo final a la evaluación sumativa. Ambos modelos no son incompatibles ni muchos menos, se complementan durante todo el proceso de educación. Las carencias de una se solventan con las bondades de la otra, de modo que deben ocupar un papel protagónico al momento de evaluar el aprendizaje de los educandos.


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