¿Te has preguntado por qué es importante que los niños pequeños hagan algunas cosas solos? Si aún no lo has hecho, es un buen momento para sembrarte la inquietud, ya que esto se relaciona directamente con la enseñanza de la autonomía.
Muchos padres argumentan que no es conveniente dejar a los hijos hacer por temor a que se lastimen o se frustren. Sin embargo, esto es algo normal y necesario durante la infancia, pues les enseña que la vida está llena sentimientos y emociones contrapuestas.
Además, los niños pequeños son personas independientes y autónomas, que tienen derecho a crecer, a experimentar y a desarrollarse en libertad. Esto no implica que los padres deban sustraerse de su rol, sino todo lo contrario. Deben propiciar las condiciones para que los pequeños exploren el mundo en condiciones seguras y contenidas. Así mismo, acompañarlos siempre desde el respeto y el amor.
Los beneficios de fomentar la autonomía en los niños
Darles a los niños la posibilidad de hacer las cosas solos no es más que acompañarlos en el desarrollo de la independencia.
En términos prácticos, la autonomía conlleva numerosos beneficios en el desarrollo psicológico de los infantes. A continuación, te contamos todo los aprendizajes que adquieren a partir de esta:
- Aprenden a valerse por sí mismos, lo cual repercute en su sentimiento de autoconfianza y en su autoestima.
- Conocen los sinsabores del “no poder” y esto los alienta a volver a intentarlo. Al mismo tiempo, aprenden a desarrollar la tolerancia a la frustración.
- Toman conciencia del sentido del esfuerzo y de la responsabilidad: comprenden que hay logros que se consiguen con el trabajo duro y que todas las acciones tienen sus consecuencias.
- Reconocen sus habilidades y despliegan su potencial. Impedirles que hagan cosas por sí mismos o sobreprotegerlos los deja indefensos para la vida real. Además, los vuelve dependientes y miedosos.
- Comienzan a tomar decisiones por sí mismos.
- Adquieren herramientas para afrontar cualquier adversidad.
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Cómo acompañar a tu hijo a hacer las cosas solo
La autonomía no se consigue de la noche a la mañana, sino que se ejercita todos los días en las condiciones adecuadas.
Por este motivo, los adultos debemos ajustar el contexto para que el pequeño pueda tener sus propias experiencias libremente.
Es importante remarcar que lo que funciona con algunos niños puede no funcionar con otros. De allí que conocer a nuestro hijo es clave y debemos tener en cuenta sus temores, sus sentimientos y cómo expresa sus emociones.
Por eso, hoy vamos a compartirte algunos consejos prácticos para fomentar la autonomía de tu hijo. ¡Toma nota!
Pensar en situaciones de transición
Antes de que el niño se quede a dormir en la casa de su abuela, es necesario pensar en un plan para que se quede más horas solo en este lugar.
De este modo, le permitimos descubrir sus emociones ante este escenario y también, desarrollar estrategias para canalizar la angustia de forma saludable.
Preguntarle cómo se siente
Por más que el niño haya tenido la iniciativa para organizar algún plan, es importante monitorear cómo se siente durante la experiencia y acompañar la gestión de sus emociones.
Al igual que nos pasa a los adultos, los niños pueden cambiar de opinión o las cosas pueden resultar muy distintas a como las imaginaban.
También es importante transmitirle a nuestro hijo que es válido arrepentirse y que no nos vamos a enojar por ello. Siempre puede recurrir a nosotros cuando no se sienta a gusto con algo.
No presionar
Muchas veces nos dejamos llevar por los propios deseos o ansiedades y aceleramos el tiempo de los demás. Pero es necesario entender que cada niño tiene su ritmo propio y que hay ciertos logros que se alcanzan con la edad.
Orientar y explicar
Para que los niños hagan las cosas por sí solos necesitan contar con cierta información y orientación. Esto no quiere decir que debamos imponernos sobre su manera de hacer determinadas actividades, sino guiarlo para que experimente de una forma segura.
No dejamos que un chico cruce la calle sin antes haberle dicho que tiene que observar el semáforo o mirar a ambos lados. En este sentido, las instrucciones deben ser claras y sencillas, adaptadas a su nivel de comprensión.
Alentarlo y reforzarlo
Tanto en los aciertos como en los desaciertos es importante motivar, apoyar e incentivar a los niños. Reconocer sus logros y felicitarlos es bueno, pero también es necesario enseñarles a disfrutar del proceso a pesar de los resultados.
El rol del adulto es el de acompañar y regular
Frente a la pregunta de si los niños deben realizar cosas solos, la respuesta es que sí. Es importante que les demos un espacio en donde puedan ponerse a prueba, pues la seguridad y la autonomía se desarrollan con el tiempo y con la práctica.
Vale la pena recordar que cuando los procesos se aceleran más de la cuenta, pueden aparecer algunas carencias o dificultades a futuro. Un adulto muy rígido puede criar a un niño dependiente, mientras que un progenitor demasiado desapegado puede dar lugar a un niño inseguro.
En todo caso, lo más conveniente es de ofrecer experiencias en un grado creciente de autonomía: permitirles primero elegir solos la ropa o guardar los juguetes que usan y luego, ir solos hasta la panadería.
Para terminar, debemos tener presente que el rol de los adultos es acompañar y regular. Se trata de respetar los tiempos de cada niño, sin dejarse llevarse por la propia expectativa ni por lo propios temores. Para ello es necesario reflexionar sobre las propias acciones, pues este aspecto es clave para la crianza y la educación de nuestros pequeños.
Bibliografía
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