¿Deben los padres revisar el móvil de sus hijos?

Si tienes un hijo adolescente y te preguntas si debes revisar su móvil, te damos algunas recomendaciones. Lo principal en estos casos es construir una relación de confianza y diálogo para evitar malos entendidos.

Los padres deben considerar si es necesario revisar el móvil de sus hijos.

El mundo actual, de avances tecnológicos sorprendentes, ofrece muchas ventajas y mucha información al alcance del teléfono móvil. Siendo adultos responsables, debemos considerar si deben los padres revisar el móvil de sus hijos. Después de todo, la información escrita, en música y vídeos que se encuentra a la disposición de nuestros hijos es prácticamente infinita.

Parece obvio que es el único modo de estar seguros de lo que nuestros hijos están viendo o escuchando en sus móviles. O también de los amigos con los que tienen contacto y la clase de conversaciones que mantienen. No solo es importante supervisar algunas cosas de la vida de nuestros hijos, sino que es nuestra responsabilidad.

De acuerdo a un estudio realizado por EmPantallados y GAD3 la mayoría de los padres opina que las redes sociales son cruciales para los jóvenes. A través de estos medios, los mismos tienen una gran interacción social y se mantienen enterados de múltiples acontecimientos. El estudio también establece que las restricciones con el uso del móvil desaparecen a los 16 años en la mayoría de los casos.

Revisar el móvil, ¿tiene el efecto deseado?

Independientemente de toda esa información a la que no queremos que nuestros hijos se vean expuestos, revisar el móvil de nuestros hijos puede ser contraproducente. Desde el punto de vista del joven, puede comenzar a sentir que no lo respetan y no confían en él; esto podría generar una mala conducta.

El chico podría pensar que no importa si se porta mal o accede a información inapropiada, ya que igualmente sus padres no confían en él. O incluso podría desarrollar esas actitudes con la única finalidad de molestar a sus padres.

Ninguno de nosotros desea tener un hijo rebelde que fume, consuma drogas o que haga cosas peores. Y tal vez sea ese miedo, lo que nos aleje de ejercer demasiado control sobre nuestro hijo. Hay algo de razón en ello: el control excesivo puede causar el efecto contrario al deseado.

De hecho, el estudio citado anteriormente establece que los controles parentales son recomendados hasta los 10 años de edad. A partir de este momento, los límites tan estrictos solo motivarán al adolescente a saltárselos tan solo para satisfacer su curiosidad. Por lo que en síntesis no es recomendable que revises el móvil de tu hijo.

No obstante, los padres no pueden quedarse de brazos cruzados esperando lo mejor. En esa espera, las cosas pueden salirse rápidamente de control; luego ya será muy tarde. Nos encontraremos lamentándonos por cosas que ya no podemos cambiar o que serán más difíciles de hacerlo.

Revisar el móvil de los jóvenes puede causar sorpresas inesperadas en los padres.

Entonces ¿qué podemos hacer?

Lo mejor que podemos hacer es ganarnos la confianza de nuestros hijos. Si lo hacemos, no tendremos necesidad de revisar el móvil a cada momento. Aunque puede no ser fácil conseguirla, es algo que podemos lograr si comenzamos a hacerlo desde que son pequeños.

Una de las formas de generar confianza es no reaccionar de mala manera cuando nos cuentan algo. Por ejemplo, si llega nuestra hija de diez años a contarnos que tiene novio en el colegio y empezamos a gritar, estaríamos cometiendo un error.

Si tenemos ese tipo de reacciones, nuestra hija dejará de confiarnos sus asuntos. En cambio, si escuchamos con atención y no reaccionamos mal —aunque estemos vociferando por dentro—, nuestra hija se sentirá en confianza para contarnos las cosas en el futuro. Tampoco decimos que la dejes tener novio a esa edad, pero para manejarlo puedes razonar con ella y hacerle ver por qué es inapropiado.

“No solo es importante supervisar algunas cosas de la vida de nuestros hijos, sino que es nuestra responsabilidad”

Otra gran medida que podemos adoptar es ofrecerle una orientación sobre el uso adecuado del internet desde muy pequeños. Lo ideal es no trasmitirles que el internet es malo y trabajar en su autoestima para que no busquen la aprobación social en las redes. Por otro lado, debemos mantener conversaciones de temas difíciles como pornografía o violencia en lugar de evitarlos.

Debemos recordar que nuestros hijos acudirán a nosotros ante cualquier duda, si tan solo evitamos el tema, acudirán a otras fuentes de información que pueden resultar poco confiables. Por último, si descubrimos algún comportamiento inapropiado, es necesario evitar la violencia hacia el menor, ya que puede promover al desarrollo de una actitud rebelde.

Jóvenes que son un libro abierto

Hay cosas que se aprenden en casa. Es normal que los jóvenes quieran empoderarse de su nueva condición de casi adultos. Por ello, una de las primeras cosas que reclaman es algo de privacidad. Si como padres entendemos este proceso y no abusamos de entrometidos, tarde o temprano, lo más probable es que el joven ceda y no trate de imponerse más.

En las familias en las que ninguno de los padres tiene contraseña secreta en el móvil o guarda con recelo sus aparatos electrónicos hacia su cónyuge, es más probable que los hijos se muestren abiertos con sus asuntos.

Si tu hijo observa que no hay celo alguno con los teléfonos personales de sus padres y que la privacidad no se convierte en secretismo, es posible que sea un joven sano al respecto y no dé demasiados problemas.

Revisar el móvil de los hijos no es lo más conveniente, pero a veces se torna necesario.

Madurez emocional y hobbies contra el sexting

Si tu razón de revisar el móvil es que tu hijo pueda caer en estas prácticas degradantes en las que intercambian imágenes de expreso contenido sexual, lo mejor es que refuerces su autoestima y le ayudes a construir su madurez emocional.

Esto es lo que debemos atender en vez de estar pegados a su móvil, irrespetando la privacidad de los chicos. Si los ayudamos a ser conscientes de su valía y los estimulamos a encontrar alguna pasión, será menos probable que desarrollen adicción a la tecnología y al teléfono móvil y que hagan cosas inadecuadas que puedan atentar contra su integridad física y moral.

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