¿Cuál es el límite en el consumo de azúcar en niños?

El consumo excesivo de azúcar es uno de las principales causas de sobrepeso y caries en niños, sin embargo, esta no es la única forma en la que puede afectar su salud. Descubre más aquí.

El consumo de azúcar en niños no debe ser excesivo.

El consumo de azúcar en niños es una de las preocupaciones más comunes de los padres, tutores y representantes. A pesar de ello, hay mucha oscuridad en torno al tema. Sobre todo en aspectos fundamentales, tales como: qué cantidad se recomienda al día según la edad, cómo obtenerla de fuentes sanas, etcétera.

Desafortunadamente, a menudo, no se consultan fuentes médicas ni tampoco se comentan las inquietudes con el especialista, con lo cual, de una forma u otra se cae fácilmente en las leyendas urbanas y en prejuicios que no aportan nada bueno ni a corto ni a largo plazo.

Es bien sabido que el azúcar es una sustancia adictiva que tiene consecuencias para la salud, en todos los ámbitos. Muchos creen que deben consumirla para tener energía y, por consiguiente, un buen rendimiento en sus actividades. Sin embargo, no es indispensable para el organismo.

El consumo de azúcar en niños

Aunque no lo parezca, durante los primeros meses de vida el azúcar se obtiene a través de la leche materna, la cual contiene oligosacáridos, tal y como afirma una investigación publicada en Swiss Medical Weekly. Hay que recordar que está compuesta por agua, proteínas, grasas, carbohidratos, minerales, vitaminas y hormonas.

A medida que el niño crece, su dieta varía y se introducen nuevos alimentos con distinto aporte nutricional y, por supuesto, diferente cantidad de azúcar. Ahora bien, hasta que el niño no cumple 2 años de edad, no debe consumir azúcar añadido. 

No es necesario añadir azúcar al biberón ni agregarle azúcar a los alimentos de los niños. Al contrario, esto solo perjudica su salud.

Entre los 2 y los 3 años de edad, los niños no deben ingerir más de 15 gramos al día de este ingrediente. Desde los 4 hasta los 14 años, el límite es de 25 gramos diarios.

Cuando se acostumbra a los niños a añadir esta sustancia a sus alimentos, en cada una de sus comidas, y se les proporciona una dieta desequilibrada y rica en alimentos procesados con aditivos químicos, azúcares agregados y afines, sí hay un problema.

¿Qué deben saber los padres?

La glucosa es un monosacárido elemental o hidrato de carbono simple, contenido en la sacarosa o azúcar. Cuando se consume, se queda en el torrente sanguíneo; llega al hígado para producir energía y el exceso se almacena en forma de grasa. De ahí la importancia de evitar su consumo por encima de lo recomendado por la OMS y los médicos.

La sacarosa o azúcar brinda energía al organismo, favorece la salud cerebral y ayuda a metabolizar las grasas. Ahora bien, para obtenerla es preciso recurrir a las fuentes naturales y no a golosinas.

El azúcar bueno

El azúcar se puede conseguir en diversas fuentes alimenticias. La de caña o la que se encuentra en las frutas (fructosa) aportan calorías en forma de carbohidratos, pero la forma de metabolizarlas es distinta.

Los buenos nutrientes se encuentran en los lácteos, en forma de lactosa. También en las frutas, verduras frescas o la miel, en forma de fructosa.

  • La miel orgánica (sin aditivos químicos ni azúcares añadidos) y el jarabe de arce son buenas fuentes naturales, así como la estevia y la taumatina.
  • Los azúcares artificiales o modificados están contenidos en la sacarina, el ciclamato, el aspartamo, entre otros.

El azúcar malo 

Las fuentes de azúcar refinadas o procesadas deben ser evitadas o bien, controladas y esta es una tarea que corresponde a los padres desde temprana edad. Las golosinas contienen azúcar compleja, que sale de la unión de varias moléculas que forman el almidón.

Las golosinas son grandes protagonistas del consumo de azúcar en niños.

El azúcar añadido

Es difícil precisar la cantidad de azúcar que puede llegar a ingerir una persona casi sin darse cuenta. Desconocer la composición de las comidas aumenta el riesgo de ingerir altos niveles de glucosa.

Para obtener la información adecuada, es importante leer las etiquetas de los alimentos procesados antes de consumirlos. No siempre esta información está totalmente visible.

El 80% del azúcar que se ingiere, muchas veces sin darse cuenta, proviene de los productos industrializados. Algunos son etiquetados como alimentos saludables e inofensivos.

Es necesario recordar que la ingesta de dicha sustancia es capaz de empeorar el estado de salud. Una de las implicaciones del consumo regular de azúcar añadido es el incremento del riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, según un estudio publicado en la revista Critical Reviews in Clinical Laboratory Sciences.

“El 80% del azúcar que se ingiere, muchas veces sin darse cuenta, proviene de los productos industrializados”

Tablas nutricionales, una ayuda

Las tablas nutricionales ofrecen en el etiquetado la oportunidad de revisar el aporte de grasas y azúcares y controlar las calorías. Estar atentos a sus explicaciones será de gran ayuda, en especial, cuando se trata de cuidar la salud de los niños.

Es necesario controlar el consumo de azúcar

En conclusión, lo ideal es mantener al mínimo el consumo de azúcar en niños. A la hora de procurar aportar carbohidratos es mejor opción optar por aquellos que presentan un índice glucémico menor.

Bibliografía

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  • Hennet T., Weiss A., Borsing L., Decoding breast milk oligosaccharides. Swiss Med Wkly, 2014.
  • Stanhope KL., Sugar consumption, metabolic disease and obesity: the state of the controversy. Crit Rev Clin Lab Sci, 2016. 53 81): 52-67.
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