17 cosas que nunca debes hacerle a un bebé

Es normal no saber bien qué hacer ante determinadas situaciones, como calmar al bebé que llora sin perder los nervios. Pero lo importante es tener claro lo que no se debe hacer.
17 cosas que nunca debes hacerle a un bebé
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 23 mayo, 2023

Nadie nace con el manual de madre o padre bajo el brazo. Debido a ello, en más de una ocasión se resuelven las dificultades sobre la marcha, de la mejor manera posible. Pero eso no quita que se puedan cometer errores y que se deba intentar actuar mejor en la siguiente oportunidad. Como guía, hoy te enseñamos una lista de cosas nunca debes hacerle a un bebé.

La crianza de los pequeños, en muchos sentidos, se trata de prueba y error. Los padres mejoran sus habilidades a medida que estas se ponen a prueba, y lo hacen con base en los consejos y el apoyo de la familia, los amigos y los profesionales. Existen ciertos hábitos o acciones que pueden generar secuelas psicológicas y físicas, de modo que conviene estar al tanto de qué no hacer para evitar complicaciones futuras.

Qué cosas nunca debes hacerle a tu bebé

Crear una lista de cosas que nunca debes hacerle a un bebé equivale a reseñar cientos y cientos de hábitos y acciones que, como madre y padre, desarrollas a lo largo de todo el proceso de crianza. No podemos extendernos tanto, pero sí podemos hacer un repaso por las principales prácticas o costumbres que a menudo se consideran como inofensivas para el pequeño.

Por supuesto, nuestra lista tiene sentido si se le da un contexto. Parte de ese contexto es la edad del bebé. En efecto, ciertas acciones pueden tener un mayor impacto en los pequeños cuando estos son recién nacidos o no han cumplido el año de edad. Así, debes comprender que debes ser más atento si tu hijo no ha cumplido aún los 12 meses; sin que esto implique descuidarlo u omitir los consejos después de este rango de edad.

De igual modo, recuerda compaginar estas recomendaciones con las indicaciones del pediatra. También, con las que te puede dar el psicólogo infantil. Con todo esto en mente, te dejamos con 17 cosas que, aunque no parezcan perjudiciales, nunca debes hacerle a tu bebé.

«Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto»

-Aristóteles-

1. Zarandearlo de un lado a otro

Algunos padres, cuando quieren dormir a su pequeño o bien lograr que deje de llorar, optan por zarandearlo. Esto no es realmente una técnica para relajarlo, sino la exteriorización de la frustración que le genera a los cuidadores no conseguir que el bebé se tranquilice. Pero hay que tener cuidado, porque puede causar daños irreversibles en el bebé.

El cerebro del bebé es bastante frágil y, por este motivo, se desaconseja presionar o tocar su cabeza con fuerza; tampoco mecerlo de forma brusca cuando se lo tiene en brazos. Esta acción puede generar lo que se conoce como síndrome del niño sacudido.

En función de la intensidad y la fuerza, el bebé puede sufrir contusiones, hinchazón o hemorragias, las cuales pueden derivar en daños cerebrales graves, inclusive la muerte.

Tal y como advierte un trabajo divulgado en Journal of Midwifery & Women’s Health, los más afectados son bebés menores de un año. Hasta en 2/3 de los casos son menores de 6 meses de edad. En promedio, más del 10 % de ellos mueren, y más de tres cuartas partes de quienes sobreviven tienen secuelas a largo plazo.

2. Lanzarlo en el aire con fuerza

Una acción ligada a la anterior, pero que puede derivar en complicaciones paralelas al síndrome del bebé sacudido. Casi todos los padres lanzan a su pequeño al aire para jugar o entretenerlo. Los bebés, a su vez, disfrutan mucho de esta práctica.

Las complicaciones aparecen cuando se hace de manera muy brusca, con fuerza y a una gran altura. En estos casos, puede ocurrir lo siguiente:

  • Tensión en el cuello: . lanzar al niño al aire puede provocar tensiones o tirones del cuello que su cabecita no podría aguantar por completo, lo que aumenta el riesgo de lesiones. En principio, se recomienda no hacerlo; más aún cuando el pequeño tiene pocos meses de haber nacido.
  • Caídas: es posible que el responsable no sea capaz de atraparlo y caiga al suelo dándose un fuerte golpe. Una pequeña caída puede causar problemas como fracturas, hematomas y sangrado interno. No obstante, una caída larga en una superficie dura puede provocar que estos problemas sean más severos. Es algo que se subestima o se infravalora, pero puede ocurrir.

3. Tirarlo de los brazos

Es frecuente observar entre padres la costumbre de tirar de los brazos a los bebés. Puede ser para levantarlos, ya sea del suelo o de la cuna, quizá para jugar al avioncito o columpiarlos. Los bebés menores de 4 años tienen las articulaciones delicadas, de modo que pueden correr el riesgo de dislocarse.

Aunque no lo hacen con mala intención, los movimientos bruscos y los tirones pueden causar graves lesiones. La luxación de codo y de hombro son las lesiones más comunes que se pueden observar en estos casos.

  • Luxación de codo: también llamado codo extraído o codo de niñera, es la dislocación de la cabeza del radio. Este hueso junto al cúbito forma el antebrazo, esta lesión es muy dolorosa que impide el doble y giro del brazo. De acuerdo con Boston Children’s Hospital, puede ocurrir al tirar del brazo de un niño para detener una caída, hacer que camine más rápido o levantarlo por los brazos.
  • Luxación de hombro: es la que en mayor medida se observa en los niños menores de 4 años. Al levantar al niño, el peso de este puede provocar la dislocación de la cabeza del húmero de la cavidad de la escápula. Sin embargo, también puede ser causada por alguna caída.

Reiteramos que estas complicaciones ocurren al aplicar una fuerza desmesurada, casi siempre sobre uno de los dos brazos y en un ángulo determinado. Bajo esta premisa, debes considerar la acción como una de las cosas que nunca debes hacerle a un bebé.

4. No cargarlo en brazos

A pesar de que los padres que cargan en brazos a sus hijos gastan más energía que los que no lo hacen, lo cierto es que el contacto cuerpo a cuerpo es fundamental para el desarrollo de la seguridad y la confianza.

Por eso, no hay nada de malo en coger a tu pequeño en brazos, sino todo lo contrario. Puede que se encuentre cansado y no sepa manejar su malestar, pero cerca de ti se sentirá querido, respetado y acompañado.

Un trabajo publicado en Infant Behavior and Development informó que transportar a los pequeños en los brazos es una herramienta eficaz para promover apegos seguros, en especial en madres y bebés con mayor riesgo de inseguridad de apego.

En el caso de los recién nacidos, se sabe que al sostener y cargar al bebé permite a este relacionar percepciones de tacto, voz, vista y olfato en relación con la persona que los sostiene.

5. Pegarle, una de las cosas que nunca debes hacerle a un bebé

La violencia nunca es la solución para ningún conflicto. Por eso, para enseñarle al bebé no es necesario recurrir a un azote. Con el diálogo asertivo, y con un mensaje seguro y a voz firme, conseguirás establecer límites claros y saludables. De la otra forma, tu pequeño crecerá en el contexto de la agresividad, el cual puede tener diferentes consecuencias en su desarrollo posterior.

Se ha informado que los pequeños que padecen de castigo físico tienen un mayor riesgo de manifestar comportamiento antisocial en etapas posteriores. En este orden de ideas, un trabajo publicado en Lancet informó que los pequeños que reciben algún tipo de castigo físico corren un mayor riesgo de desarrollar comportamientos agresivos a lo largo del tiempo.

Dada la receptividad que tienen los pequeños, un estudio divulgado en Child Development Perspectives señaló que acciones como las nalgadas y los azotes recurrentes pueden hacer creer a los niños que es válido y razonable usar la violencia para obtener lo que quieren. Así, se logra una transmisión de la violencia a través de generaciones. Sobra decir que muchas veces este tipo de actos se considera abuso infantil y violencia.

6. No sacarle los gases

Hay muchas razones por las cuales tu bebé puede acumular gases. El llanto, los problemas durante la alimentación, la naturaleza de la fórmula, la intolerancia a los alimentos y el estreñimiento son algunas entidades que pueden explicarlo. Además, se debe recordar que su tracto digestivo aún está en desarrollo.

En general, se trata de una entidad que no genera complicaciones. Eso sí, tu pequeño puede manifestar signos como llanto y mal humor. Para mediar en su bienestar, y que al mismo tiempo obtengas tranquilidad como padre, puedes incluir una rutina diaria para sacarle los gases.

No hay manera estándar o única de proceder en estos casos. Aun así, te dejamos con las indicaciones de Unicef para hacer eructar al bebé:

  • Sobre el hombro: sostén al bebé erguido con la cabeza apoyada en tu hombro. Con suavidad, dale palmaditas en la espalda con la otra mano. En lo posible, se recomienda ahuecar la mano para que el impacto en el pequeño sea menor.
  • Sentado en el regazo: apoya al bebé sentado en tu regazo con la barbilla y el pecho en una de tus manos. Luego, procede con suaves palmaditas en la espalda con la mano libre.
  • Acostado sobre el regazo: descansa al bebé boca abajo en el regazo con un paño cerca en caso de que el bebé regurgite un poco debido a la posición. Tan solo deberás frotar o dar palmaditas suaves en su espalda.

7. Abrigarle mucho

Al igual que el enfriamiento, el sobrecalentamiento es perjudicial para la salud de los pequeños. Cuando son recién nacidos, no pueden regular la temperatura corporal, y su capacidad para transpirar es limitada. Debido a ello, expresan su malestar cuando están acalorados. De mayores, el sudor excesivo puede hacerles mojar la ropa y aumentar así su incomodidad.

La American Academy of Pediatrics recomienda ajustar la cantidad de capas de ropa de acuerdo con el clima. Veamos sus sugerencias:

  • Climas inferiores a 23.88 °C: el pequeño demandará más de una capa de ropa para mantenerse caliente. Por lo general, se deberá vestir con una camiseta interior y pañales, cubierto con un pijama o una bata. Luego, se puede envolver en una manta de recepción. La capa adicional puede ser una manta portátil o saco de dormir.
  • Climas superiores a 23.88 °C: se puede reducir la ropa del bebé a una sola capa. En función del contexto, se puede vestir al bebé con una capa adicional para que se pueda sentir más cómodo.

En síntesis, el nivel de cobertura se debe elegir con base en la temperatura del momento. Algunos expertos advierten sobre cómo el cambio climático puede aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor y sus complicaciones en la población pediátrica. Si crees que estás abrigando mucho a tu bebé, consulta con el pediatra.

8. Dejarle llorar, una de las cosas que nunca debes hacerle a un bebé

A lo largo de la historia, las mamás han reaccionado con métodos muy parecidos al llanto de su bebé. En esta línea, puede que hayas escuchado a las abuelas aconsejarle que «hay que dejar al niño llorar para que se le pase la rabieta».

Sin embargo, dejar llorar a un niño angustiado de 0 a 3 años puede perjudicar su desarrollo emocional. Y así, con este sencillo acto de omisión, el infante podría desarrollar problemas de confianza, de autoestima y de control sobre las emociones en un futuro.



Como bien apuntan los expertos, el llanto de los pequeños puede generar dos efectos: ternura y deseo de calmar, o impotencia y rabia. De esta manera, puede ser un mecanismo que fomenta el apego o uno que pone en peligro la relación al generar negligencia, abuso e incluso depresión entre ambas partes.

9. Dormir al bebé en brazos

Si se hace de forma regular, dormir al bebé en brazos puede crearle el hábito de conciliar el sueño de esta manera. Con el tiempo, fijará una dependencia al contacto físico para poder dormir. Por supuesto, las primeras semanas y meses de vida es probable que el pequeño solo duerma de esta manera; pero de forma progresiva es algo que se debe atender para evitar la costumbre.

¿Qué hacer, entonces? Lo ideal, en principio, es calmar el bebé en los brazos y acostarlo en la cuna semidormido y no profundamente dormido. Esto aplica en especial para su descanso nocturno, el cual se empieza a consolidar en torno a los 12 meses de edad. Como sucede con otras recomendaciones de esta lista, consulta con el pediatra en caso de dudas.

10. Dejarle solo en el cambiador, en la cama o en la litera

No te arriesgues a que ocurra ningún imprevisto que ponga en peligro la seguridad de tu hijo, pues las caídas accidentales están a la orden del día. En tan solo algunos segundos, el pequeño puede moverse para intentar coger una cosa, girar sobre sí mismo y caer desde una altura considerable. Por eso, lo mejor es no dejarlo solo bajo ninguna circunstancia.

11. Dejarle sin compañía en el coche

En línea con el consejo anterior, menos te fíes de dejar a tu hijo solo en el coche con la puerta cerrada. Ni siquiera para hacer un breve recado.

Uno de los mayores peligros de la cabina del auto es que alcanza elevadas temperaturas en su interior y en los meses de verano puede convertirse en una trampa mortal. La acción se ha relacionado con el golpe de calor vehicular, una de las causas prevenibles de muertes no relacionadas con accidentes en la población pediátrica.

Aunque resulte sorprendente, y como destaca un trabajo publicado Paediatrics & Child Health, más de la mitad de los casos de muerte por hipertermia pediátrica dentro de los vehículos suceden cuando el cuidador, el tutor o el padre del pequeño olvida su presencia al salir del vehículo.

Por esta razón, algunos investigadores han advertido que dejar a los niños desatendidos dentro de los vehículos es una forma de negligencia grave. Además, señalan que muchos de los niños que sobreviven a ello lo hacen con secuelas permanentes que pueden comprometer su desarrollo.

12. Dormir al bebé boca abajo

Esta postura es una de las preferidas por los niños y los adultos, pues remontan a la posición fetal. Pero en el caso de los bebés, dormir boca abajo puede aumentar el riesgo de asfixia y de sufrir una muerte súbita. Por tal motivo, las sociedades científicas internacionales indican que la mejor posición para dormir a un bebé es boca arriba.

Tal y como nos recuerda la Sleep Foundation, acostar al bebé boca arriba se debe hacer al menos hasta que el pequeño cumpla el año de edad. Para evitar el síndrome de muerte súbita del lactante también se debe considerar lo siguiente al momento de acostarlo:

  • En el caso de que el pequeño esté en un cabestrillo o portabebés, asegúrate que su cabeza no esté cubierta por la estructura de estos. De igual modo, evita taparla con una manta o con una muselina.
  • Retira todos los objetos donde reposa y duerme el bebé: juguetes, ropa, almohadas, edredones y demás.
  • La sábana que recubre el colchón, así como este mismo, debe proporcionar una superficie firme (sin pliegues, ondas y demás).
  • No compartas la cama con tu bebé, al menos hasta su primer cumpleaños.

Es pertinente mencionar que muchos pequeños antes del año de edad giran de forma voluntaria mientras duermen. Cuando así lo hacen, no debes volverlo a la posición inicial. Después de todo, cuando han aprendido a girar sobre su propio eje también pueden defender su vía aérea de posibles obstrucciones.

13. No cantarle canciones de cuna

Lejos de pensar que cantarle al bebé es una mera distracción, no lo es. Cantar nanas o canciones de cuna al niño antes de irse a dormir es un método perfecto para ayudarle a conciliar el sueño después de un día colmado de experiencias.

A lo largo de los tiempos, ha quedado registrado que el canto femenino en el seno del hogar proporciona calma, seguridad y una estabilidad del ritmo respiratorio y cardiaco del bebé.

En particular, se ha encontrado que el llanto materno puede reducir los episodios de llanto neonatal durante el primer mes, el cólico infantil, los despertares nocturnos neonatales y el estrés materno autopercibido. De igual modo, también se ha sugerido que las canciones de cuna cantadas por la madre pueden atenuar la sensación de dolor en los bebés.

14. Darle leche de soja a tu bebé

Desde hace alrededor de una década se ha promovido desde algunos sectores la alimentación de fórmulas a base de plantas. En parte, su popularización se debe a que, según se pregona, su ingesta puede ayudar a reducir la irritabilidad, los cólicos y los gases en los bebés. Pese a ello, no existe evidencia actual que avale estos argumentos.

Por el contrario, la American Academy of Pediatrics sugiere la leche materna como única fuente de nutrición para el bebé durante los primeros 6 meses de vida. De igual modo, no recomienda hacer cambios bruscos en la fórmula, ya que estos deben contar siempre con el aval médico. En determinados contextos, se puede considerar el uso de leche de soja fortificada; pero la lactancia exclusiva debe ser la prioridad.

15. Dejar que use en exceso el chupete

Tal y como señala un trabajo publicado en American Family Physician, el uso prolongado del chupete puede devenir en problemas durante la lactancia materna, así como en condiciones como la maloclusión dental y la otitis media. Las secuelas más graves del uso excesivo no son evidentes hasta los cuatro años de edad, de manera que pueden pasar desapercibidas.

Por supuesto, cuando no se utilizan en exceso, los chupetes se relacionan con muchos beneficios. Por ejemplo, pueden ayudar a conciliar el sueño, servir de distractores, calmar al bebé y reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. En promedio, se recomienda retirarlo entre los 12 y los 18 meses de vida para evitar problemas futuros.

16. Gritarle al bebé

Gritar, en especial cuando se hace de forma regular, es otra de las cosas que nunca debes hacerle a un bebé. Con bastante frecuencia se ignoran las secuelas se esta acción, las cuales operan a nivel emocional y psicológico.

Un trabajo publicado en PLOS ONE sugirió que la disciplina severa de los padres, la cual emplea entre otras cosas la disciplina verbal con base en gritos, se relaciona con problemas de comportamiento en los niños pequeños. En el caso de los adolescentes, este tipo de disciplina también se ha relacionado con síntomas depresivos.

En 2011 se publicó un artículo que dio mucho de qué hablar en la revista NeuroImage. En él los investigadores encontraron que el abuso verbal por parte de los padres se asocia con alteraciones en la estructura cerebral. Entre otras cosas, puede afectar el desarrollo de la corteza de asociación auditiva, la cual está involucrada en el procesamiento del lenguaje.

17. Omitir chequeos médicos

Cerramos nuestra lista de cosas que nunca debes hacer a tu bebé con tu bebé con una llamada de advertencia. Los chequeos pediátricos permiten hacer un seguimiento del desarrollo del pequeño, de modo que sirven para valorar su salud general, atender posibles deficiencias y responder a los padres cualquier tipo de inquietud que tengan con respecto a la crianza.

Normalmente, el pediatra establece con los padres la frecuencia con la cual el pequeño debe visitar su consultorio. A pesar de ello, y en especial cuando se trata de niños sanos, hasta la mitad de las consultas planificadas se omiten por parte de los cuidadores. Saltarse las consultas pediátricas no es recomendable, incluso cuando el pequeño haya manifestado un buen estado de salud los últimos meses.

Aprende a entender a tu pequeño al evitar estas cosas que nunca debes hacerle a un bebé

Hemos advertido en el inicio que esta lista de consejos no sustituye el criterio del pediatra, tampoco el del psicólogo infantil. Úsala como un complemento de sus recomendaciones, y consulta siempre con ellos en caso de alguna duda. Cuando se trata de la salud de tu hijo, ninguna pregunta es inoportuna. De hecho, la labor de ser padre se cimenta en buena medida en hacer muchas a los profesional y a otros padres con experiencia.


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