Conoce las razones del por qué nunca debes humillar a un niño
La humillación es una forma de acabar con la dignidad, el honor y la confianza de una persona. Y algunos padres la utilizan (por desgracia) como una manera de disciplina. Nunca subestimes su poder destructivo, ya que podrías causarle daño a la seguridad emocional de tus hijos. Hoy te explicaremos las razones del por qué nunca debes humillar a un niño.
Cuando este tipo de conductas nocivas empiezan a presentarse en la vida de una persona desde la niñez, es muy probable que se generen heridas emocionales y traumas pasados que modifiquen su comportamiento y personalidad. Y más aún cuando las humillaciones provienen de los papás, que deberían ser el refugio protector de sus hijos.
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Humillar a un niño no forja su carácter
Algunos papás y mamás han normalizado ciertas actitudes nocivas a la hora de educar a sus hijos. Y es que hay maneras de humillación que hay veces se confunden con la disciplina. Es importante saber reconocer ese tipo de comportamientos para mejorar y brindarles a nuestros hijos las herramientas emocionales que necesitan.
Todos los niños necesitan sentirse queridos y respetados por sus padres, sin importar si son traviesos o inquietos. Así que, en vez de utilizar la humillación como una forma de crianza, piensa bien en las consecuencias que eso le traerá en el futuro.
Estos son algunos actos que son una humillación directa para los niños:
- Revelar situaciones vergonzosas con familiares o en el Internet, solo para hacer chiste de ellas y sin importar los sentimientos de los pequeños.
- Ponerle etiquetas negativas y gritarles cosas como “inútil”, “bruto” o “torpe”, únicamente porque no saben hacer algo que les pedimos.
- Darles nalgadas en frente de otras personas con el fin de que mejoren su comportamiento.
- Compararlos con otros niños subestimando todas sus otras cualidades.
- Acusarlos o insultarlos por cosas que no hicieron y de las que no tienen la culpa.
- Hacerlos sentir mal por sus gustos o comportamientos, perpetuando estereotipos y cohibiendo su personalidad.
- Burlarse o denigrar sus opiniones, haciendo entender que ellos están mal.
3 razones por las que nunca deberías humillar a un niño
Criar a un pequeño que apenas está aprendiendo a comportarse y manejar sus emociones puede llegar a ser muy estresante en algunas ocasiones. Sin embargo, debemos pensar bien en las palabras que decimos en esos momentos de tensión. Ya que, en muchos casos, se termina humillando a los niños sin reflexionar en el impacto directo que eso tiene en su personalidad.
Estas son 3 razones por las que nunca deberías humillar a un niño:
1. Pierden su autoestima y confianza
Cuando las mamás y papás humillan a sus hijos, ya sea en público o en privado, están creando una situación de desigualdad igual a la que ocurre en el acoso escolar. Aunque en este caso puede incluso a llegar a ser más dañina, ya que los niños se sienten desprotegidos, indefensos y tristes ante los comentarios de quienes deberían brindarles amor incondicional.
Los estudios han demostrado que la humillación es una experiencia emocional muy intensa, llegando a influir directamente en el comportamiento de las personas y afectando su autoestima y confianza. Las palabras tienen el poder de construir, pero también de herir y destruir, así que sé consciente de su poder y utilízalas con prudencia.
2. Puede causar depresión y ansiedad
La confianza es la base de la seguridad psicológica, pero cuando los niños la pierden poco a poco debido a los comentarios abusivos de sus padres, es más probable que tiendan a desarrollar trastornos psicológicos como depresión y ansiedad en el futuro.
Es importante educar siempre desde el amor y la disciplina. Respetando a nuestros hijos, poniendo límites y normas, pero nunca recurriendo a la violencia física o verbal.
La crianza basada en el poder y el autoritarismo no funciona y, por el contrario, puede dañar profundamente la concepción que un niño tiene sobre sí mismo.
3. Replicarán esos malos comportamientos
Los hijos que son criados por papás que emplean la vergüenza y la humillación como una forma recurrente para solucionar sus problemas de carácter, son más propensos a imitar el ejemplo que se les está dando en casa con otros niños.
Esto genera situaciones de acoso escolar e intolerancia, ya que a los pequeños no les importan los sentimientos de sus compañeros y tienden a herirlos mediante las palabras, tal como sus padres lo hacen con ellos. Recuerda que la educación, el respeto y la empatía comienzan desde casa.
Humillar a un niño solo trae heridas emocionales
Las situaciones de estrés que ponen a prueba nuestra paciencia y la manera en la que educamos a los hijos estarán presentes a lo largo de toda la vida, en especial cuando apenas son unos niños. No obstante, es importante aprender a reconocer y erradicar esas situaciones de humillación que muchas veces están normalizadas y terminan afectando la salud emocional de los pequeños.
Criar desde el amor y la disciplina siempre será la mejor idea para que entre familia se resuelvan todos los conflictos que puedan llegar a presentarse.
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