¿Cómo quitar las flemas al bebé?

Las flemas son un fluido que suele aparecer en los primeros meses de vida del bebé. ¿Qué deben hacer los padres para eliminarlas?

Las flemas pueden quitarse fácilmente en los bebés

Es normal que los niños presenten cuadros de mucosidad y flemas durante sus primeros meses de vida. A pesar de ello, muchos padres se preocupan, especialmente cuando ocurre en exceso. Tos, insomnio, problemas para respirar y hasta vómitos destacan entre las consecuencias.


El fluido gelatinoso se produce en sus vías respiratorias. Le llaman “moco” cuando se excreta por las fosas nasales y “flema” cuando sale por la boca. A menudo es síntoma de gripe, aunque también aparece sin relación con un resfriado.

Esta sustancia actúa como defensa; por tanto, combate o previene la expansión de bacterias o virus. Lubrica el sistema para que no se irrite y además atrapa los gérmenes; no es especialmente dañino.

¿Por qué aumenta la cantidad de flema en los bebés?

La presencia de moco y flema en las vías respiratorias es totalmente normal. Además de actuar como mecanismo de defensa, esta sustancia filtra, humidifica y calienta el aire que se respira.

Por desgracia, existen una gran cantidad de situaciones que pueden aumentar la producción de moco. Este hecho puede resultar muy incómodo, sobre todo para los niños más pequeños, ya que sus vías respiratorias tienen un diámetro mucho menor.

Dentro de las principales situaciones capaces de aumentar la cantidad de flema en los bebés destacan las siguientes:

Complicaciones que pueden generar las flemas

Un bebé desconoce la manera de escupir o sonarse la nariz para expulsar la mucosidad, y así surgen la tos y las molestias. La viscosidad se acumula, congestionando su nariz, garganta y hasta los oídos. Esto acarrea infecciones, inflamación y malestar general.

Además, las flemas dificultan mucho la respiración, sobre todo en los niños más pequeños. Esto se debe a que los bebés no desarrollan el reflejo de abrir la boca para respirar sino hasta los 6 meses de edad, cuando se desarrollan los músculos de la región.

Los pulmones también pueden verse afectados. Una cantidad considerable podría acabar en una infección o inflamación pulmonar. Pero no hay que alarmarse; la mucosidad difícilmente desencadenará una patología mayor.

Otra dificultad que podría presentarse es el ablandamiento de las heces. Como no escupe, se traga la flema y esta llega a su barriga. Si queda allí, puede generar náuseas o vómitos; por eso no es del todo malo que expulse las flemas por las heces.

Los vómitos en el bebé pueden deberse a múltiples causas.

Visita al especialista

Nunca está de más pedir una cita con el pediatra para que evalúe la condición del pequeño. Incluso debe ser una regla llevarlo en caso de no notar mejoría o si manifiesta otros síntomas como fiebre o tos crónica. Igualmente, si la afección se extiende por varias semanas, es preciso una consulta con el pediatra.

Generalmente el médico indicará exámenes de laboratorio para descartar enfermedades relacionadas. Si el chico está sano, es raro que le prescriba fármacos para eliminar las flemas.

Lo que sí es seguro es que el profesional dará consejos sobre la manera correcta de tratar el asunto en casa. Por ejemplo, una solución salina o suero bastará para ayudarlo en el proceso.

¿Cómo combatir los mocos y flemas en el hogar?

Mantener la calma es primordial y limpiar las cavidades de nariz y boca es una tarea que suele ser sencilla. El implemento puede ser una solución fisiológica, que se puede conseguir en cualquier farmacia. Las hay en spray, líquido y gotas.

Lo ideal es buscar un sitio cómodo donde recostar al bebé de lado. Hay que sujetarle los brazos para evitar que se resista a la aplicación. A continuación, se debe llevar a la nariz el aplicador, sin introducirlo completamente, y atomizar. Conviene esperar unos segundos y repetir en la otra fosa.

El efecto inmediato de la aplicación es el descarte por los orificios nasales de la mezcla salina y el moco. De allí que se debe tener a mano un lienzo esterilizado o una gasa para limpiar. Los bebés suelen molestarse por lo ocurrido, así que acunarlo servirá para consolarlo.

Si se nota que aún hay fluido en tránsito, los padres pueden valerse de una pera de succión para aspirar el exceso. La punta del instrumento se coloca dentro y posteriormente se aprieta suavemente la bola de goma para que absorba.

La efectividad del dispositivo es buena, pero no hay que utilizarlo con frecuencia. Durante el procedimiento se puede irritar la cavidad, por lo que si no se maneja con precaución, es posible causar lesiones.

Es necesario ayudar a los bebés a limpiarse los mocos.

Aspirado en boca

Aunque la pera aspiradora se usa para la nariz, también sirve para la garganta. Se coloca al final de la lengua con cuidado y se presiona para aspirar las flemas que quedan en la boca. Hay que tratar de hacerlo rápido, para que no se produzcan arcadas o vómitos.

Además, es importante no utilizar estos dispositivos de forma demasiado frecuente, ya que pueden causar irritación en las mucosas del bebé. De hecho, no suelen usarse en menores de 6 meses por su anatomía en desarrollo.

Otro método para despejar flemas requiere la utilización de los dedos. La manera de efectuarlo es enrollar una gasa en el índice para introducirlo ligeramente en su boca durante unos segundos. Sin ejercer presión y con un suave movimiento la viscosidad se pegará a la tela.

Cuidados generales

Por último, te damos algunos consejos generales que vale aplicar en todos los casos:

  • La importancia de la hidratación. Esta es fundamental para evitar que el bebé tenga flemas. Ingerir agua regularmente diluirá la mucosidad; además, favorecerá su digestión y evitará que se resequen e irriten su garganta y nariz. Del mismo modo, los baños con agua tibia surten alivio.
  • No utilizar medicamentos mucolíticos y expectorantes a menos que tengan prescripción médica. En los bebés y niños pequeños es difícil que ellos mismos manejen sus secreciones, por lo que los fármacos pueden ser contraproducentes. Además, algunos de estos medicamentos pueden favorecer aun más la producción de moco.
  • En el caso de los recién nacidos que tengan mocos a nivel de la orofaringe, puede ser recomendable colocarlos boca abajo y darles suaves palmaditas en la espalda para permitir que las secreciones puedan salir poco a poco. Esto facilitará su extracción posterior.
  • Es bueno cambiar algunos hábitos: no fuerces al bebé a comer mientras está bastante congestionado (no podrá respirar adecuadamente) y ayúdalo a descansar con un ambiente tranquilo y alejado del estrés de los adultos.
  • Los aparatos para humidificar el ambiente son recomendables; además, si se agregan hierbas mentoladas a los vahos serán mucho más efectivos.

Siguiendo todos los consejos y actuando rápidamente aprenderás a controlar los mocos y las flemas en los bebés, una situación bastante común para todos los padres. Recuerda, en caso de duda es importante consultar con el pediatra de confianza.

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Última actualización el 2024-09-28 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados

Bibliografía

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