Las citas del bebé con el pediatra durante el primer año

A ser padres se aprende sobre la marcha y no existen manuales para ello. Por este motivo, es importante mantener la rutina de citas con el pediatra de cabecera.
Las citas del bebé con el pediatra durante el primer año
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 08 agosto, 2021

Las citas del bebé con el pediatra son una importante herramienta de prevención y promoción de la salud. Principalmente, aquellas que se llevan a cabo durante el primer año de su vida.

Los cambios físicos, neurológicos y emocionales que ocurren de 0 a 12 meses son inmensos y de suma importancia. Incluso, para muchos aspectos del desarrollo, este período representa una ventana única en la vida:

Lo que ocurra o deje de ocurrir en estos meses determinará, en gran parte, el futuro del pequeño.

¿Por qué son importantes las citas del bebé con el pediatra?

Durante las citas de rutina con el pediatra (o controles de niño sano) se evalúan el crecimiento, la maduración y el desarrollo del bebé. Asimismo, las características del entorno y el vínculo que se va estableciendo entre el pequeño y sus cuidadores principales.

“La nutrición, la actividad física, el sueño, la seguridad y el crecimiento emocional, social y físico, así como el bienestar parental, son críticos para la salud de todos los niños”

-Joseph Hagan, Paula Duncan-

Durante estos controles se intenta promover el bienestar físico y emocional de los niños. Esto se lleva a cabo a través de cuatro tareas fundamentales:

  1. Detección temprana de las enfermedades de la edad pediátrica.
  2. Prevención de enfermedades. 
  3. Promoción de la salud.
  4. Orientación anticipatoria.

Las dos primeras estrategias ponen el foco en asegurar que el niño no enferme y si lo hace, evitar las secuelas.

Pero las dos últimas tareas, hacen hincapié en la salud y el bienestar de la persona. Por medio de ellas es posible identificar aquellas cosas se están haciendo adecuadamente y ayudar a los padres a optimizar sus recursos de cuidado y crianza. Esto fortalece al grupo familiar y promueve el cuidado del niño centrado en la familia. (Hagan, 2016)

¿Qué trabajo realiza el pediatra en el control de niño sano?

Los mitos incluyen que los bebés no pueden enfermarse.

Durante las citas de rutina del bebé, el pediatra realiza una observación directa del niño y complementa esta información con aquella que brindan los padres. 

Recaba antecedentes de relevancia

Tanto en la primera cita como en las siguientes, el pediatra interroga a los padres acerca de aquellos antecedentes de salud y enfermedad del niño (por ejemplo, la historia prenatal), así como los de sus familiares más cercanos.

De esta manera, el profesional busca determinar los factores protectores de la salud y los factores de riesgo de enfermedad.

Practica un examen físico completo

Se intenta evaluar cada sistema del cuerpo del bebé a fin de determinar el correcto crecimiento y maduración de todos los órganos. También se incluye la medición del peso, la talla y la circunferencia craneana.

Valora el desarrollo madurativo (o neurodesarrollo) del niño

Esto se lleva a cabo por medio de la observación de las actitudes espontáneas del bebé, como la manera de interactuar con sus padres. También se agregan algunas maniobras dirigidas, como el control de los reflejos.

Las pruebas de screening o cribado del desarrollo, no se realizan en todos los controles de salud. Estas se practican en momentos puntales, en los cuales se ha comprobado su eficacia. Y si bien algunas pueden realizarse en el mismo consultorio, requieren de un entrenamiento y unos materiales específicos.

Realiza intervenciones y orienta a los padres sobre los cuidados del niño

Algunas veces los padres necesitan consejos sobre crianza o cuidados de los pequeños. Es parte de la labor del pediatra identificar las dificultades parentales y ofrecer herramientas para resolverlas.

Solicita estudios diagnósticos e indica tratamientos

Durante el primer año de vida es necesario realizar algunas pruebas complementarias a fin de descartar enfermedades complejas y muchas veces, incapacitantes. Por ejemplo, la sordera congénita o enfermedades del metabolismo.

Según las recomendaciones actuales de la American Academy of Pediatrics, se indican distintos exámenes complementarios a lo largo del primer año de vida del bebé.

¿Con qué frecuencia debo agendar citas con el pediatra?

Como mencionamos anteriormente, durante el primer año de vida del bebé ocurren muchos cambios significativos. Además, tanto el niño como sus padres están en constante adaptación a una nueva vida y esto a veces requiere una orientación profesional.

Es conveniente mantener una rutina de controles frecuentes, para no pasar por alto aquellas cuestiones que puedan resolverse en un momento oportuno.

Según las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría, los controles de rutina deben organizarse de la siguiente manera.

Primera semana de vida

Esta consulta es de gran importancia para establecer el vínculo entre el pediatra y la familia. Los temas a tratar son varios, entre los más destacados:

Además, se realizará un primer y minucioso examen físico, incluyendo algunas pruebas de cribado como la evaluación auditiva.

Finalmente se corroborará la aplicación de las vacunas correspondientes al nacimiento y se ofrecerán los consejos y recomendaciones para la prevención y promoción de salud.

Primer mes

En este control es fundamental evaluar el vínculo entre el bebé y sus cuidadores, así como también los signos de tristeza o de depresión postparto. Ante la aparición de alguno de ellos, será importante brindar a la familia la asistencia necesaria.

Otra tarea importante de esta cita es el control de los resultados de la prueba del talón.

Segundo, cuarto y sexto mes

Bebé en el pediatra para comprobar su peso y talla.

Durante estos controles, la norma suele ser la calma y el aplomo de las familias. Tras haber superado las primeras semanas de adaptación, los padres suelen mostrarse más tranquilos, más seguros, felices e incluso, más descansados.

Además de el examen físico y los temas tratados en los controles anteriores, a partir del segundo mes de vida el pediatra puede evaluar mejor el aspecto social y emocional del niño.

La interacción que se establece con el pequeño facilita la evaluación de las distintas áreas del desarrollo madurativo, que están en plena expansión.

Por otro lado, es fundamental asegurar las inmunizaciones y el aporte de vitaminas o minerales para prevenir la anemia del lactante. Además, a partir del sexto mes se da inicio a la alimentación complementaria en la mayoría de los casos.

Noveno mes

Este control se caracteriza por la preocupación parental acerca de los riesgos en el hogar y las reacciones del bebé ante el alejamiento de los padres.

Debido a que el niño a esta edad comienza a desplazarse de forma autónoma, resulta oportuno reforzar la prevención de lesiones de causa externa. Por otro lado, conversar acerca de las implicancias de la angustia del octavo mes en el desarrollo psicosocial del bebé.

Primer cumpleaños

Para este momento de la vida, la mayoría de los niños tienen un desplazamiento autónomo, aunque no necesariamente caminan solos. Esto implica no solo un desarrollo motor, sino también el dominio de ciertas habilidades emocionales y sociales.

Es necesario tener claro que aunque nos alejemos de nuestros padres tan solo unos pasos, estos no nos abandonarán.

Durante este control se seguirá reforzando la importancia de la prevención de lesiones, las inmunizaciones y otros cuidados de la salud. Así mismo, se brindarán distintas pautas de promoción del desarrollo y herramientas de crianza para la organización de la conducta.

Acerca de las citas del bebé con el pediatra

Pocas cosas son tan gratificantes para un pediatra como ver a sus pacientes crecer sanos y en un entorno de amor y respeto.

Nadie piensa que criar a un niño no es una tarea sencilla, pero es posible recurrir a los profesionales que trabajan con niños cada vez que sea necesario.

La constancia de los controles favorece la relación entre el médico y la familia y por lo tanto, es fundamental no perderse ninguno. A través de una relación de respeto y empatía, el pediatra se convertirá en el mejor aliado del clan.


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