Comer carne durante el embarazo: lo que debes saber

Comer carne durante el embarazo ayudará a cubrir los requerimientos de proteínas y de hierro, al tiempo que evitará cuadros de anemia y alteraciones en el desarrollo del bebé.
Comer carne durante el embarazo: lo que debes saber
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 02 julio, 2023

Comer carne en el embarazo puede ser necesario para conseguir un aporte óptimo de proteínas, ya que son nutrientes que intervendrán positivamente en el desarrollo. Además, conseguirán mejorar el control de la saciedad e incluso pueden prevenir el desarrollo de la diabetes gestacional, si es que el resto de la pauta se confecciona de forma adecuada y eficiente.

Por este motivo, hay que cubrir los requerimientos diarios proteicos. Sin embargo, esto no todo el mundo lo consigue, por lo que muchas dietas terminan por perder adherencia con el paso de las semanas. Del mismo modo, durante la gestación habrá que promover otros buenos hábitos, como realizar una cierta actividad física.

¿Se puede comer carne en el embarazo?

Esta es la primera pregunta a resolver. La respuesta es sí, pero hay que tener precaución con las carnes crudas, que se deben evitar. En líneas generales, conviene cocinar correctamente los alimentos de origen animal para evitar posibles intoxicaciones que puedan afectar negativamente a la salud y al desarrollo del feto. No se debe dejar que la carne quede roja por dentro en este momento, sino que es clave alcanzar al menos una temperatura de 65 grados en el interior.

La carne aporta proteína de alto valor biológico y minerales esenciales. Pero es clave evitar que quede roja por dentro, por lo que debe estar bien cocida.

Beneficios de comer carne en el embarazo

No obstante, cuando hablamos de carne nos referimos a un alimento de alta densidad nutricional, por lo que debe aparecer en casi cualquier dieta. Por una parte, contiene proteínas de elevado valor biológico. Por otra, cuenta con minerales esenciales que ayudarán a mantener la fisiología en buen estado de funcionamiento.

En cuanto a las necesidades de proteínas, debemos destacar que se ven incrementadas durante ciertas etapas de la vida. El embarazo sería una de ellas, tal y como lo evidencia una investigación publicada en la revista Annals of Nutrition & Metabolism . Estos elementos participan en multitud de reacciones metabólicas distintas. En consecuencia, si existe un déficit, puede que el feto sufra alteraciones en los procesos de desarrollo.

Asimismo, la carne concentra en su interior una cantidad significativa de hierro. Durante el embarazo aumenta el volumen de sangre, por lo que si no se cubren los requerimientos del mineral podría experimentarse una situación de anemia. Un estudio publicado en Clinics in Laboratory Medicine lo confirma. Por este motivo, habrá que garantizar la disponibilidad dietética del nutriente.

¿Es mejor consumir carne roja o blanca?

Respecto de la carne roja, existen muchos mitos. Lo cierto es que no hay ensayos clínicos suficientes que evidencien que la presencia en la pauta de este alimento, en su versión fresca, perjudique a la salud. De hecho, las investigaciones sugieren todo lo contrario. Esta aporta nutrientes esenciales que son necesarios para que el organismo funcione de forma correcta durante las distintas etapas de la vida.

Eso sí, lo mejor es garantizar la variedad en la pauta. Por este motivo será buena idea alternar entre carne roja y blanca a lo largo de la semana. Tampoco hay que olvidarse del pescado, que es otra fuente de proteínas de alto valor biológico. En este caso, hablamos de un alimento que cuenta con una densidad energética inferior, por lo que servirá para evitar descontroles en el aumento de peso que puedan provocar inflamación.

Sea como fuere, uno de los puntos claves en la dieta de la mujer embarazada es cubrir los requerimientos nutricionales que se encuentran incrementados durante este período. En caso de haber dudas, siempre se puede consultar con un especialista en nutrición para obtener un planteamiento adecuado a cada caso individual.

Se recomienda comer carne durante el embarazo, pero en el marco de una dieta variada y saludable. También es bueno incluir pescados, huevos y lácteos para consolidar una buena ingesta de proteínas.

Es bueno comer carne en el embarazo

Como has podido comprobar, comer carne en el embarazo se considera positivo para la salud, tanto de la madre como del futuro bebé. Solo hay que tener en cuenta que se debe cocinar correctamente para evitar el riesgo desde el punto de vista microbiológico. Por otra parte, hay que evitar las versiones de carne procesada, como los embutidos. Estos cuentan con aditivos en su interior que se consideran nocivos para el organismo a medio plazo y pueden incrementar el riesgo de contraer enfermedades.

Para terminar, no olvides que existen varias alternativas para consolidar una buena ingesta proteica durante el período de gestación. No solo sirve la inclusión de carne en la dieta. Tanto el pescado como los lácteos y los huevos aportan proteínas de alto valor biológico, que son ideales para cubrir los requerimientos y para evitar problemas en el desarrollo o en la función de la masa magra.


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