Aún te gusta dormir con tus hijos aunque ya no sean bebés

A pesar de que los niños necesitan aprender a dormir solos para ganar independencia, compartir la cama con los papás de vez en cuando no tiene nada de malo.
Aún te gusta dormir con tus hijos aunque ya no sean bebés

Última actualización: 17 abril, 2023

La cama de mamá es uno de esos lugares seguros en donde los niños encuentran la protección que necesitan cuando son pequeños. Pero si aún te gusta dormir con tus hijos, aunque ya no sean bebés, no te preocupes. En algunas ocasiones los niños, e incluso adolescentes, solo necesitan sentirse refugiados al lado de su madre.

A medida que los pequeños van creciendo y aprenden a dormir solos, el colecho materno se va dejando poco a poco de lado. Sin embargo, en algunos momentos de la vida, los hijos nada más necesitan un abrazo sincero de su mamá y por eso su cama está abierta para recibirlos.



Cuando tienen miedo, dormir con tus hijos es un acto de amor

El miedo es un sentimiento que puede aparecer en cualquier momento de la vida y más aún durante la infancia, cuando el temor crea pesadillas que alimenta la imaginación. Por lo que es normal que, aunque los niños tengan cuatro, ocho o diez años, aún les guste dormir con su mamá y papá.

Sentir la respiración rítmica de otra persona ayuda a calmarnos y relajarnos con más facilidad. Si tu hijo te pide pasar la noche a su lado, no se lo niegues.

Muchas veces los pequeños solamente necesitan de la compañía de su ser querido más preciado para tener la energía de sobrellevar los problemas que trae la vida. Cada niño carga con sus propios obstáculos que los afectan a nivel emocional. Debido a esto, estar presentes cuando los hijos más nos necesitan, es un acto de preocupación y amor.

Las problemáticas actuales respecto a temas de salud global puede que afecten más a algunos pequeños que a otros, así que brindarles nuestro cariño y protección paternal siempre es una buena opción.



Dormir con tus hijos ayuda a que se relajen con más facilidad

Los niños experimentan cambios en el desarrollo del sueño y la respiración a lo largo de la infancia y la niñez. Debido a esto, para algunos es más difícil dejar completamente el colecho maternal. No obstante, a medida que se va dejando a un lado la infancia para entrar a la adolescencia, la mayoría de los niños empieza a buscar su espacio naturalmente.

Por su parte, dormir con tus hijos eventualmente también puede ser parte de una tradición familiar que se mantenga con cariño y respeto a través de los años. Algunas familias disfrutan de ver películas durante los fines de semana y despertar juntos a la mañana siguiente para compartir tiempo antes de un nuevo día de obligaciones.

Los momentos memorables de la infancia quedan plasmados en aquellos recuerdos en los cuales los hijos fueron felices junto a sus padres.

Además, no siempre los niños son los que necesitan de la compañía de sus papás durante las noches. Puede que debido a cualquier situación, una mamá sea quien le pregunte a su pequeño si le gustaría dormir con ella. Si la respuesta está llena de emoción y cariño, será una buena noche para ambos.

Sin importar su edad, los hijos siguen necesitando de sus padres

Puede que los niños y adolescentes al pasar los años no sean tan expresivos con sus papás como lo eran un par de años atrás. Sin embargo, eso no significa que necesiten menos de su compañía y protección. En el proceso de exploración individual que cada persona recorre, es necesario del apoyo de figuras como lo son mamá y papá.

Ya sea porque se encuentren enfermos, debido a que estén atravesando un mal momento o que simplemente requieran del apoyo y cariño de sus padres. En muchas ocasiones, cuando los hijos les piden a sus madres dormir con ellos, es porque tal vez necesitan ser escuchados y comprendidos por una de sus mejores amigas.

Por último, recuerda que a pesar de sus beneficios, el colecho debe acabar en la infancia, con el fin de darles más independencia y espacio a los hijos. No obstante, pasar una o dos noches junto a tus pequeños cuando lo requieran no tiene nada de malo. Todo lo contrario, los ayuda a calmarse y a conectar más con su mamá.


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