¿Cuánto necesita dormir un niño según su edad?
“No duerme nada”, “duerme de corrido toda la noche”, “siempre durmió poco”, “tengo que despertarlo para comer”. Estas frases describen a la perfección los primeros años de vida de un pequeño, cuando el sueño es una preocupación constante para sus progenitores.
Pero más allá de las inquietudes parentales, conocer cuánto necesita dormir un niño y cumplirlo es fundamental para preservar su salud. Veamos un poco más.
La importancia del sueño
El sueño es una necesidad básica, especialmente a edades tempranas de la vida.
Mientras dormimos, además de recuperar energías, en nuestro cuerpo ocurren eventos de enorme importancia. Entre ellos, el crecimiento y algunos procesos metabólicos y bioquímicos.
También se dan cambios a nivel cerebral o cognitivo, como la clasificación de la información, la consolidación del aprendizaje y la memoria, entre otros. Por eso, la falta de sueño de calidad incide en la capacidad de concentrarse y de prestar atención, lo cual es clave en el período escolar.
Finalmente, es preciso destacar que no se duerme de la misma manera a lo largo y a lo ancho del mundo, pues los rituales varían de cultura a cultura y de familia en familia.
Señales de que un niño necesita dormir
Los niños son capaces de enviar señales de que necesitan dormir desde muy pequeños. No obstante, no siempre pueden verbalizarlo (“quiero dormir”) y muy a menudo manifiestan todo lo contrario: le “pelean” al sueño y hacen todo lo posible por permanecer despiertos para continuar con su juego.
Algunas de las señales directas e indirectas de cansancio son las siguientes:
- Bostezos.
- Frote de los ojos.
- Irritabilidad.
Te puede interesar: La relación entre el sueño y la salud física y mental de tu hijo
¿Cuánto necesita dormir un niño según la edad?
A medida que pasa el tiempo, los niños necesitan dormir menos horas. Esto es debido a que el sueño cambia y madura conforme el cerebro se desarrolla. Sin embargo, en los primeros años de la vida el sueño se caracteriza por ser inestable y esta tendencia se mantiene hasta el tercer cumpleaños.
A continuación, te compartiremos un listado aproximado de horas de descanso recomendadas, para que sepas cuánto debe dormir tu niño en cada etapa de su vida. ¡Toma nota!
- Recién nacidos: duermen alrededor de 16 horas al día, sin un patrón diferenciado entre el día y la noche.
- 3 meses: en general, el promedio de descanso diario es de 15 horas, de las cuales 8 a 9 horas son de sueño nocturno y 7 horas de sueño diurno.
- 6 meses: a partir del segundo semestre el promedio de horas diarias es de 14. Dentro de estas, 10 horas son de sueño nocturno y solo 4 horas de sueño diurno.
- 1 año: a partir del primer cumpleaños la cantidad de horas totales no se modifica, pero sí el patrón. Por lo tanto, tienden a dormir 10 a 11 horas durante la noche y 3 horas durante el día. Todavía hacen 2 siestas.
- 1 año y 6 meses: duermen 13.5 horas diarias en total, 11 horas de noche y 2.5 horas de día (en una sola siesta).
- 2 años: para esta etapa la cantidad de horas diarias se reduce a 13, de las cuales 11 son de sueño nocturno y solo 2 horas de sueño diurno.
Hasta los 5 años, las siestas suelen ser necesarias y recomendadas. No obstante, a partir de los 3 años un elevado porcentaje de niños las abandonan.
Más allá de los números, es importante tener en cuenta las necesidades reales de cada niño. Es decir, pueden existir recomendaciones generales, pero cada pequeño debe descansar en función a sus actividades del día.
Por último, cuando se constata alguna dificultad o alteración en el sueño del niño es necesario estarse atento al contexto, pues estos cambios pueden corresponder a algún evento estresante. Por ejemplo, cuando su cuidador principal retoma su horario de trabajo y comienza a pasar menos horas con el niño.
Te puede interesar: ¿Qué son las ventanas de sueño?
¿Qué factores pueden dificultar el sueño de un niño?
A pesar de los despertares nocturnos, el niño puede mantener un sueño de calidad. Esto dependerá de la etapa en la que se encuentre y del entorno que lo rodee.
No obstante, los despertares frecuentes o en aumento pueden indicar la presencia de alguna alteración del sueño que deba evaluarse. En este sentido, es necesario prestar atención a ciertos cambios del comportamiento diurno que puedan sugerir la falta de descanso.
Algunos de los factores que afectan la calidad de sueño del niño son los siguientes:
- Ansiedad de separación.
- Hiperestimulación.
- Incertidumbre y angustia.
- Terrores nocturnos: en ocasiones motivados por el silencio y la oscuridad, a partir de los 2 años.
- El proceso de dentición.
Cómo se puede acompañar el sueño del niño
Para facilitar el descanso del pequeño es importante instaurar una rutina estable pero flexible. Esto quiere decir, tan predecible como para permitirle anticipar la hora del sueño (como la secuencia baño-cena-cuento), pero adaptable a las circunstancias extraordinarias (como un cumpleaños).
Cuando los niños son mayores es fundamental respetar ciertos horarios, como el de la cena. Así mismo, es necesario incorporar hábitos calmos: compartir un cuento, ponerse la ropa de dormir, suspender la televisión o acostarse a su lado y acariciarlo hasta que se duerma.
También es recomendable acostar al niño cuando está somnoliento, pero antes de que esté dormido. De tal manera, si se despierta de noche, no se sorprenderá ni se asustará por no saber en donde está. Además, esto le facilitará la asociación entre el sueño y la cuna o la cama.
La importancia de cuidar la tranquilidad de niño
Muchas veces nos encontramos con recomendaciones de expertos que aconsejan dejar llorar a los niños y no levantarse a atenderlos para no “mal acostumbrarlos”.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que mientras los bebés lloran, sufren. Y además de ser poco respetuosos con sus necesidades, podríamos generarles un efecto contraproducente: que le tengan aún más miedo a la noche y a estar solos. O lo que es peor, que terminen por interiorizar que nadie responderá a sus llantos.
Por eso, para que padres e hijos descansemos con tranquilidad es importante mantenernos disponibles ante sus llamados. Esta es la base del apego seguro y lo que permitirá que, poco a poco, ganen autonomía y confianza para dormir mucho mejor.
Te podría interesar...Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Rana, Mandeep, Riffo Allende, Claudia, Mesa Latorre, Tomás, Rosso Astorga, Karina, & Torres, Alcy R. (2019). Sueño en los niňos: fisiología y actualizacion de los últimos conocimientos. Medicina (Buenos Aires), 79(Supl. 3), 25-28. Recuperado en 26 de octubre de 2021. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0025-76802019000700007&lng=es&tlng=es.
- Pin-Arboledas, Gonzalo & Roselló, A. (2011). El sueño en el primer año de vida: ¿Cómo lo enfocamos?. Pediatría Atención Primaria. 13. 101-111. Disponible en: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322011000400011
- Paruthi S, Brooks LJ, D’Ambrosio C, Hall WA, Kotagal S, Lloyd RM, Malow BA, Maski K, Nichols C, Quan SF, Rosen CL, Troester MM, Wise MS. Recommended amount of sleep for pediatric populations: a consensus statement of the American Academy of Sleep Medicine. J Clin Sleep Med 2016;12(6):785–786 Disponible en: https://aasm.org/resources/pdf/pediatricsleepdurationconsensus.pdf