Muchos piensan que el aprendizaje real ocurre siempre en las aulas, pero nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que el aprendizaje formal proporcionado por los centros educativos es fundamental, el aprendizaje informal y real ocurre a diario, en momentos cotidianos y, casi siempre, sin que nos demos cuenta.
Educación y aprendizaje real
Cuando escuchas la palabra educación, ¿en qué piensas? ¿En los maestros favoritos? ¿En los peores temas? ¿Pruebas de ensayo y exámenes de ortografía? Sin lugar a dudas, esa forma de educación es muy importante, pues permite una mejor comprensión de una amplia gama de temas.
Sin embargo, la educación no solo ocurre en el aula; no solo sucede cuando intentas recordar los conceptos más importantes aprendidos de varios libros de texto. Sucede en los momentos intangibles, no grabados, no escritos y no memorizados en los pasillos, en el patio y, si tienes suerte, en la calle con los amigos. Sucede haciendo cosas; muchas de ellas fuera del aula.
Nadie aprende a atarse los cordones en clase
Nadie aprende cómo atarse los cordones de los zapatos en un libro de texto o cómo hacer amigos en la lección después del almuerzo.Estos vienen a través de otros tipos de aprendizaje; aprendizajes en el mundo real a través de acciones.
Nosotros, como personas de varias edades, obtenemos una gran cantidad de conocimiento tácito mediante la realización de rutinas diarias, observando a otros y practicando habilidades cotidianas. La escuela, para la mayoría de nosotros, nos da ejemplos muy obvios de esto.
Aprender el arte de la negociación al intercambiar cartas, dominar la diplomacia cuando dos amigos se convierten en rivales y aprender a liderar cuando se les da el rol de capitán de equipo para algún tipo de juego son ejemplos de ese tipo de aprendizaje.
Sin embargo, no es solo la escuela la que nos proporciona esto. Al dar a las personas la autonomía y la oportunidad de aprender habilidades prácticas con orientación y una demanda inmediata, surge un poderoso aprendizaje y recursos.
Empoderar a las personas con el aprendizaje real
Al empoderar a las personas en lugar de a las máquinas, se garantiza que las personas desarrollen las habilidades para tener una salida significativa y con éxito en la vida. Como dice el viejo dicho: “dale un pescado a un hombre y comerá un día, enséñale a pescar y no volverá a pasar hambre”.
A medida que crecemos, los niños también crecen. Con elloo, sus habilidades se desarrollan, su aprendizaje continúa y su independencia se vuelve cada vez más arraigada. Creemos que es genial. No todo el aprendizaje comienza y termina en el aula, sino que, al hacer, empoderar y tomar decisiones, todos podemos cambiar algo y, con suerte, de manera pequeña, pero significativa, mejorarlo.
Los niños siempre quieren aprender
Los niños tienen un deseo insaciable de aprender. Si su deseo es nutrido y alentado, las posibilidades son infinitas. Como observador, en lugar de como maestro, puedes descubrir que el único momento en el que el aprendizaje es lento y engorroso es cuando la “enseñanza” se interpone.
Si en casa se abandona el modelo de enseñanza utilizado en la escuela y ya no te centras en solo lo que hay en clase si no en la vida, los niños aprenderán mucho más y con mayor motivación. Mientras persiguen sus intereses, los niños aprenden.
De hecho, cuando hacen algo que aman, su aprendizaje ocurre a un ritmo acelerado. Cada día presenta oportunidades de aprendizaje únicas. Tu trabajo es sintonizar con los intereses y talentos de tu hijo y luego proporcionar los recursos o herramientas que le permitirán perseguirlos.
En el proceso de explorar, investigar y disfrutar de una pasión o interés actual, el niño promedio aprenderá lo que necesita saber y avanzará casi sin que os deis cuenta.
Busca la inspiración en el aprendizaje diario y cotidiano
Si necesitas algo de inspiración, apaga la televisión, sal de casa y haz cosas con tus hijos. Si tienes la oportunidad, visita museos, librerías, zonas rurales, la playa, la estación de bomberos… Los parques, a menudo, ofrecen programas educativos gratuitos, y muchas empresas ofrecen recorridos sin coste alguno a grupos. Son muchas las oportunidades que no puedes desperdiciar.
El aprendizaje es, a veces, como una semilla que espera brotar. Parece que nada está sucediendo, pero con un poco de amor y el tipo correcto de atención, las ideas e intereses emergen de repente y comienza el verdadero aprendizaje.
También hay una cierta alegría en compartir nuevos descubrimientos con los hijos y volver a aprender cosas que se habían olvidado por mucho tiempo. Pero lo mejor es pasar tiempo de calidad con los hijos.