5 alimentos fermentados para mejorar la digestión de niños

La salud digestiva juega un papel importante en la salud general de todas las personas, ¿lo sabías? Por fortuna, existen alimentos fermentados que puedes incluir en la dieta de tu niño para mejorarla.

Alimentos fermentados para mejorar la digestión de niños

Nada mejor que comer de forma natural, ¿cierto? En esto, los alimentos fermentados son muestra de ello. Se producen a través de una técnica milenaria que es fuente de bacterias «buenas» para enriquecer la flora intestinal y mejorar la digestión.

Es por esto que hay un gran interés en ofrecer alimentos fermentados a los más pequeños de la casa. De hecho, la lista de estos es bastante amplia. Es por eso que entre muchos, te mostramos los 5 alimentos fermentados que mejoran la digestión de los niños.

¿Por qué los alimentos fermentados ayudan a la digestión de los niños?

Los alimentos fermentados han formado parte de la dieta desde hace más de 7000 años a.C. Hoy día siguen revolucionando la alimentación saludable en todas las etapas de la vida. Sus beneficios son de tal importancia para los niños y los adultos que expertos aconsejan incluirlos dentro de las guías alimentarias de todo el mundo.

Uno de los mayores beneficios de los alimentos fermentados es su efecto positivo sobre la digestión. Pero, ¿por qué ayudan a digerir los alimentos? Durante el proceso de fermentación, los microorganismos producen ácidos y enzimas que desdoblan la estructura compleja de los nutrientes.

Por ejemplo, las proteínas y algunos carbohidratos se transforman en estructuras más pequeñas para su absorción. De esta manera, el proceso digestivo se hace más fácil. Otra razón la explica un estudio publicado en la revista Nutrients, en cuanto a cómo los microorganismos vivos del alimento fermentado ayudan a la microbiota intestinal.

Por un lado, modifican la actividad de las bacterias propias del colon equilibrando el perfil probiótico del intestino. Asimismo, fortalecen la barrera intestinal contra ciertas enfermedades, incluyendo las gastrointestinales.

Algunas alteraciones digestivas comunes en los niños son la intolerancia a la lactosa, el estreñimiento y las diarreas. La ciencia ha constatado que el consumo de alimentos fermentados puede ayudar a su tratamiento.

Un artículo publicado por la Universidad de Cambridge en la revista Journal of Dairy Research sugiere que las bacterias de los fermentados producen lactasa, una enzima que digiere el carbohidrato de la leche y alivia los síntomas de la intolerancia a la lactosa.

Por otra parte, un artículo en el Journal Gastroenterology Motility explica que los alimentos fermentados mantienen los movimientos regulares del intestino, mejorando así el estreñimiento. La recuperación de los síntomas de la diarrea también son tratados con el consumo de este grupo de alimentos, tal como lo devela una revisión publicada en la revista Nutrition and Health.

A pesar de sus beneficios y la larga lista de alimentos fermentados, no todos se aconsejan en los niños. Algunos contienen altos valores de sal o alcohol. Veamos ahora cuáles son los más recomendados.

5 alimentos fermentados que mejoran la digestión

Es amplia la lista de los alimentos fermentados, ya que pueden elaborarse con leche, cereales, vegetales, raíces, carnes, pescados y otros. Pero, en algunos se adicionan o se forman compuestos que no son recomendados para los niños. Así que aquí te dejamos las opciones de los que sí puedes incluir en el menú de tu hijo.

1. Tempeh

El tempeh es un producto fermentado a partir de la soja con altos valores de proteína de buena calidad. Se parece al tofú o queso vegetal, solo que es fermentado, más firme y con un sabor más a nuez.

Otra característica beneficiosa del tempeh está dada por la misma fermentación. Pues, un artículo publicado en la revista Nigerian Food Journal destaca que este proceso permite una mejor digestión de los minerales de la soja al reducir los niveles del ácido fítico. Se trata de un «antinutriente» que atrapa el zinc, el calcio, el magnesio y otros, impidiendo su absorción.

Una revisión en la revista Comprehensive Reviews in Food Science and Food Safety lo incluye dentro de los alimentos fermentados con mayores potenciales para beneficiar la salud en general, incluyendo la intestinal.

¿Cómo prepararlo para los niños? Se puede usar como un sustituto de la carne, como hamburguesa o salteado con vegetales. Para una opción crujiente y sabrosa, se puede marinar y hornear.

2. Yogur

Es un clásico de los desayunos o meriendas y uno de los lácteos preferidos en el niño por su sabor y cremosidad. Sin embargo, para fermentarlos no siempre se usan probióticos. Lee la etiqueta para asegurarte que los contienen y están «vivos». Si no los contiene, igual el niño recibirá los beneficios de los cambios nutricionales de la fermentación en el producto.

Una revisión en la revista Nutrition Reviews sugiere que el consumo de yogur puede mejorar la salud intestinal y ser útil para mejorar la intolerancia a la lactosa, tratar la diarrea infecciosa, mejorar las respuestas inmunes y antiinflamatorias y hasta las infecciones respiratorias.

Algunas ideas para ofrecerle al niño son como: batido con frutas, como helado con frutos secos, yogur con avena, como mousse de limón o chocolate. En fin, puedes usarlo de acuerdo a tus gustos y preferencias.

3. Quesos fermentados

Algunos quesos son sometidos a fermentación para lograr características de sabor y textura que son apreciadas por los consumidores. Como las bacterias que se usan para fermentarlos son probióticas, este tipo de queso también beneficia la salud y tiene buenos efectos en la función intestinal.

Una publicación de Harvard Health Publishing comenta que para beneficiarnos de estos quesos, los microorganismos deben estar vivos. Se recomienda revisar las etiquetas para asegurar su característica probiótica.

Por su parte, en la revista LWT se lee que la fermentación ayuda a «predigerir» los nutrientes de los quesos. Esto facilita el proceso digestivo en los niños. Además, la lactosa se transforma hasta ácido láctico, ayudando a aliviar su intolerancia.

Algunos quesos fermentados son: el Gouda, el Cheddar, el Edam, el Provolone, el Gruyere y el Requesón. Cuando se usen por primera vez, hay que tomar algunas precauciones. Durante la fermentación se forman aminas asociadas con reacciones alérgicas.

Se aconseja comenzar con pequeñas cantidades para ir observando la tolerancia en el niño. Por su sabor fuerte, puedes adicionar pequeñas porciones en sopas, cremas, pasta, ensaladas, con pan tostado o en tortillas.

4. Kéfir

El kéfir es un producto lácteo similar al yogur en cuanto a su apariencia, cremosidad y sabor. Para su fermentación se usan los «granos de kéfir» que están formados por Lactobacillus, hongos y levaduras probióticas.

Se forma ácido láctico, acético, CO₂ (espuma) y pequeñas proporciones de alcohol. Sin embargo, de acuerdo a algunas normas internacionales que se refieren en la revista Nutrients, es considerado como bebida «no alcohólica».

Sus beneficios están documentados. Un trabajo en Frontiers in Microbiology lo refiere como una bebida probiótica que regula la microbiota intestinal, ayuda a la digestión del niño y mejora la intolerancia a la lactosa.

Al igual que el yogur, lo puedes combinar con frutas, cereales como avena, arroz integral, combinado con frutos secos o con helados. Sin embargo, se aconseja introducirlo en pequeñas porciones, sobre todo antes del año de edad, para probar tolerancia.

5. Chucrut

El chucrut aporta los beneficios de los probióticos y para los niños representa una nueva forma de comer vegetales. Los datos nutricionales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) dicen que el repollo fermentado es bajo en calorías, tiene fibra, potasio y antioxidantes como luteína, zeaxantina, vitamina C y folatos.

Este producto se distingue por ser bueno para la digestión, no solo por la presencia de probióticos, sino también por sus aportes de fibra. Un estudio en la revista Food & Function también indica que el chucrut contiene ciertas sustancias (prebióticos) que sirve para el crecimiento de las bacterias «buenas» en el intestino.

Ante un problema digestivo, ¿se pueden usar como alternativa al tratamiento?

No, los alimentos fermentados no son el tratamiento inmediato de elección para mejorar problemas digestivos en los niños. El pediatra es quien dará las indicaciones farmacológicas y el plan de atención a seguir.

De acuerdo al diagnóstico, se permitirá o no, el consumo de alimentos fermentados en el plan de alimentación. En caso de usarlo como coadyuvante de un trastorno gastrointestinal, este se sumará a otros alimentos recomendados por el profesional médico y de nutrición como parte de una dieta saludable y equilibrada.

Bibliografía

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