La adolescencia es aquel periodo que comienza justo después de la niñez y que, además de conllevar el desarrollo biológico, psicológico y social, también despierta el comportamiento sexual. La adolescencia y sexualidad de las personas se encuentran muy enlazadas; a continuación, veremos las razones.
¿De qué manera se relacionan adolescencia y sexualidad?
Según la OMS, una vez finalizada la etapa de la niñez, aproximadamente a los once años, el ser humano debe enfrentarse a la adolescencia hasta los diecinueve, siempre contando con la maduración de cada persona. En esta etapa, notará cambios físicos y mentales e irá adquiriendo caracteres sexuales secundarios.
Del mismo modo, se desarrollarán pensamientos maduros que acabarán por despertar la identidad y el comportamiento sexual. Se definirá así la identidad del adolescente, lo que le permitirá, asimismo, autoreconocerse y actuar como tal.
¿Qué etapas tiene este proceso?
Cuando se habla de adolescencia y sexualidad, no solo se hace referencia al acto de la reproducción, sino también a los cambios que se producen en el cuerpo entre la pubertad y la adolescencia para enmarcar la sexualidad de cada ser humano. Este proceso genera:
- Deseos.
- Sentimientos.
- Fantasías.
- Emociones.
Entre las etapas de cambios físicos y mentales que condicionan el desarrollo de la sexualidad y de la identidad sexual se encuentran:
La adolescencia temprana
Esta etapa suele presentarse entre los once y trece años de edad. Está caracterizada por los cambios físicos que se muestran rápidamente en el joven adolescente.
Además, en esta etapa el joven todavía se encuentra lejos de presentar un deseo sexual. Sin embargo, comenzará una fase de autoexploración que lo puede llevar a descubrir la masturbación.
De igual manera, presentará cambios físicos y psíquicos, tales como:
- Crecimiento y aumento de talla, peso y musculatura.
- Crecimiento de los genitales.
- Aparición de los primeros impulsos sexuales.
- Espermarquía o primera eyaculación.
- Primer periodo o menarquía.
- Cambios en el tono de voz.
- Deseo de exploración y contacto con el otro sexo.
- Crecimiento del vello púbico.
Adolescencia media
Esta etapa se presenta entre los catorce y diecisiete años de edad. Es en ella cuando la adolescencia y sexualidad se encuentran más unidas, debido al completo desarrollo del cuerpo y de los órganos sexuales.
En esta fase, además de estar listos para comenzar a reproducirse y tener un deseo sexual activo, también se desarrollan sensaciones de invulnerabilidad y fortaleza.
Todo ello suele inducir a comportamientos narcisistas en el adolescente, que buscan la aceptación y atracción del otro sexo.
“En la adolescencia, el joven notará cambios físicos y mentales e irá adquiriendo caracteres sexuales secundarios”
De esta manera, comienza la búsqueda de mayor contacto y hasta de relaciones sexuales con su entorno social fuera del seno familiar.
Se desafían, muchas veces, los valores y la educación recibida. Esta situación puede llegar a implicar riesgos, pues el adolescente todavía no ha desarrollado el pensamiento abstracto o adulto.
Por eso, le resulta difícil:
- Pensar en el futuro y en las consecuencias de sus actos.
- Aceptar responsabilidad de culpa.
- Expresar sus emociones con palabras y actos.
Adolescencia tardía
Esta etapa se presenta a partir de los diecisiete años, y es cuando el adolescente finaliza el proceso de cambios físicos y psíquicos, incluidos los pensamientos abstractos y adultos. Por lo tanto, es a partir de aquí cuando adquiere la capacidad de:
- Pensar en el futuro y en las consecuencias de sus actos.
- Aceptar responsabilidades.
- Seguir sus valores y la educación impartida.
- Mantener relaciones sexuales.
- Separar sus relaciones sociales de sus instintos sexuales.
- Buscar mayores valores en sus relaciones sociales.
La educación sexual en la adolescencia
Debido a la extensa cantidad de cambios presentados en la adolescencia en cuanto a la sexualidad de las personas, es importante recibir una buena educación sexual. Es algo fundamental en estas etapas, en las que todavía no se ha desarrollado totalmente la parte racional.
Esta educación debe ser sostenida a lo largo de la adolescencia, de modo que permita a la persona alcanzar la maduración física y psíquica. Así se podrá controlar su comportamiento sexual y evitar riesgos que puedan perjudicarle.
La educación sexual no solo se encargará de enseñar que la sexualidad es un comportamiento íntimo, por lo que no se requiere compartir o divulgar los detalles con el entorno social o familiar, sino que también impulsará el desarrollo de las habilidades sociales y el autocontrol de los impulsos que dominan la adolescencia.
Por otra parte, esta formación proveerá los conocimientos necesarios para desarrollar las conductas y comportamientos correctos en su vida. De igual manera, también dotará al adolescente de información sobre el embarazo precoz, las enfermedades de transmisión sexual y los métodos anticonceptivos.
Bibliografía
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