Los padres desempeñan un papel clave para que su hijo sea físicamente más activo. Muchas personas creen que el ejercicio físico es algo de lo que solo deben preocuparse las personas con sobrepeso y, sin querer, esta falsa creencia también se extiende a los niños.
Si a eso le sumamos lo cómodo que es mantener a los niños entretenidos con los videojuegos o la televisión y lo poco accesibles que suelen ser las actividades físicas nos encontramos ante una situación nada alentadora.
La buena noticia es que los niños son físicamente activos por naturaleza. Por esta razón a los padres no debería costarles trabajo incentivar la actividad física en sus hijos. Sin embargo, a medida que crecen, las demandas escolares y otras circunstancias hacen que los niños tengan menos oportunidades (incluso menos ganas) de moverse.
Por qué los niños deben hacer ejercicio
La escuela no proporciona suficiente tiempo de actividad física como para que los padres no se preocupen de favorecer que sus hijos tenga la oportunidad de hacer más ejercicio, que es vital para la salud y el crecimiento de los niños.
El ejercicio física en la infancia favorece el crecimiento y el desarrollo, ayuda a tener los huesos fuertes, ayuda a prevenir la obesidad, favorece el sueño, favorece el sistema inmunitario disminuye el riesgo de enfermedades, entre ellas, la diabetes tipo 2. Además, el ejercicio ayuda a los niños a mejorar su autoestima, a regular el estrés y a mejorar sus relaciones sociales.
Estrategias para ayudar a un niño a ser físicamente más activo
Para que un niño sea físicamente más activo es necesario que sus padres se involucren. Hace unas décadas bastaba con abrir la puerta y dejar a los niños jugar en la calle. Pero ahora las cosas han cambiado y ya no es ni tan fácil encontrar lugar dónde puedan jugar los niños ni tan seguro dejarlos solos.
Entonces, ¿cómo conseguir que el niño se mueva más y haga más ejercicio? Lo vemos a continuación:
1 – Ser un modelo a seguir: Los niños que no ven a sus padres hacer ejercicio o que los ven todo el día sentados en casa tienden a imitarlos. Convencer a los niños que la actividad física es importante pasa por predicar con el ejemplo y de manera entusiasta.
2 – Participar con los hijos en actividades físicas: Hay muchas cosas que los padres pueden hacer con sus hijos, desde pasear juntos, ir andando a hacer los recados, jugar con ellos al aire libre o participar en actividades organizadas. A los niños pequeños les encanta jugar con sus padres.
3 – Planificar actividades de fin de semana: Ir a la piscina, hacer una excursión, alquilar un pista para jugar en familia, aprender juntos algo nuevo, ir a clase de baile… son algunas de las cosas que se pueden planificar para un fin de semana o en una vacaciones.
4 – Animar a los niños a participar en un deporte o escuela deportiva: Aunque suponga un sacrificio para los padres, tanto económico como de tiempo, es importante animar a los niños a participar en actividades deportivas con otros niños de su edad y a explorar diversos deportes.
5 – Supervisar el uso de la televisión y de los videojuegos: Muchas veces los niños no hacen más ejercicio porque quedan atrapados por la televisión o los videojuegos, incluso por el uso del móvil. Supervisar y limitar el uso de aparatos electrónicos puede ayudar a que los niños busquen otras formas de entretenimiento, aunque para que sean físicamente activos hay que favorecer dicha actividad, evidentemente.
6 – Proporcionar al niño material para hacer ejercicio: Un niño que tiene un balón juega al balón, un niño que tiene patines sale a patinar, un niño que tiene bicicleta sale a pedalear. Los niños tienen que tener elementos que los estimulen a hacer ejercicio.
7 – Salir a la calle con ropa y calzado que favorezca la actividad física: Cuando los niños salen a la calle con ropa y calzado cómodo es más fácil que se muevan con soltura y naturalidad. En cualquier caso, hay que evitar limitar a los niños en su actividad física porque se manchan o porque estropean la ropa.
8 – Dejar espacio en casa para que los niños se muevan: En casa pueden hacerse algunas actividades que implican cierto grado de actividad física sin necesidad de correr ni saltar, pero para ello hay que dejarles espacio, aunque sea a costa de replantear la decoración y la organización de la casa.
9 – No limitarlo en sus movimientos: Llevar a un niño al parque, salir a montar en bicicleta o ir de excursión y estar todo el rato diciéndole al niño “ten cuidado”, “no te subas ahí” o cosas por el estilo no ayuda. Deja a tu hijo que explore sus posibilidades y que aprenda a desenvolverse en el medio. Una cosa es tomar algunas medidas de seguridad básicas y otra no dejar que el niño experimente. El niño tiene que caerse y levantarse, experimentar el riesgo y aprender a vencer el miedo.
Bibliografía
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