Ciertamente, los padres son los primeros estimuladores del habla del bebé. Sin embargo, en algunos casos esta tarea puede llegar a complicarse. Por eso, en este artículo compartimos las mejores técnicas para estimular el desarrollo del lenguaje de los niños.
¿Cómo estimular el desarrollo del lenguaje infantil?
El primer lenguaje que dominan los niños es la expresión de necesidades y sentimientos. Esto lo logran mediante balbuceos, llantos y sonrisas. Con el correr del tiempo, los pequeños comienzan a nutrirse de palabras y frases para tales fines.
Así, adquiriendo un lenguaje más completo y fluido, llegan a un dominio total de la comunicación verbal. Algunos chicos pueden demorar más tiempo que otros en obtener tales competencias. De ahí que estimular el desarrollo del lenguaje infantil resulte de suma importancia.
Cabe preguntarse cómo se consigue trabajar en casa ese aspecto tan complejo del crecimiento de todo nene. Pues no te desesperes ni desanimes, ya que es más sencillo de lo que parece. Simplemente bastará con llevar a cabo las siguientes técnicas tan útiles como eficaces.
17 técnicas infalibles para el desarrollo del lenguaje infantil
El desarrollo del lenguaje es la base fundamental de los estímulos cognitivos, pues permite “acrecentar conocimientos, habilidades y destrezas”. De allí la pertinencia de, por medio de actividades lúdicas, buscar “articular el lenguaje con las áreas del desarrollo de los niños y niñas para conseguir la estructuración integral de su personalidad y su relación con sus semejantes”.
1. Ejercitar los órganos que intervienen en la fonación
Practicar estos movimientos que incluyen la succión, deglución, masticación, absorción y el soplo es vital. Mandar besos, practicar relajación y respiración, soplar con sorbetes o silbatos, hacer gárgaras y muecas faciales son algunos ejercicios útiles.
Conoce cómo: Estimular el lenguaje a través de juegos
2. Usa palabras cortas y frases sencillas
Recurre a palabras de 1 o 2 sílabas exagerando su entonación, así como a frases simples con demostraciones prácticas. La idea es luego aumentar el número de vocablos y que el menor identifique su contenido.
3. Apela a ‘autoinstrucciones’ y al ‘habla paralela’
Comenta en voz alta todo lo que haces o debes hacer para brindar al chico modelos correctos de lenguaje. Asimismo, habla sobre las acciones del niño de manera clara y simple.
4. Anímalo a pedir aquello que desee
Evita dar por sentado que entiendes sus gestos para que el pequeño se esfuerce en expresar sus necesidades. Que no te dé pena demostrar que no lo has comprendido y pide la aclaración mediante pregunta o comentario.
5. Nada más didáctico que la imitación
Ofrece al niño un modelo a imitar, insiste sobre los fonemas incorrectos mostrando tu boca y exagerando la articulación del sonido necesario.
6. Utiliza la expansión
Cuando el niño se comunica, el adulto puede asentir o realizar la aclaración pertinente repitiendo el enunciado inicial, pero ampliándolo.
7. Respeta sus tiempos y dale la oportunidad de hablar
Aprovecha cada ocasión para que hable y se explaye. Pero siempre respetando su propio ritmo y esfuerzo sin presionarlo ni forzarlo. Puedes animarlo con premios y elogios pero, en caso de errores o equivocaciones, evita la crítica despiadada.
8. Corrige, directa e indirectamente
Puedes marcar verbalmente los errores que el niño comete con determinados fonemas o bien repetir su emisión corrigiéndola y dando el modelo correcto. Siempre estimula el desarrollo del lenguaje con mucha paciencia y delicadeza para evitar frustraciones innecesarias en el pequeño.
9. Formula preguntas abiertas y cerradas
Realiza preguntas de todo tipo. Pueden ser cerradas cuando requieren de respuestas cortas (afirmativo, negativo, nombre, etc). Las preguntas abiertas suponen expansión y una mayor capacidad en la comunicación. Desde luego, evita un símil de interrogatorio policial, al contrario intercálalas con moderación.
10. Técnica del error constructivo
Papá o mamá se equivocan a propósito o se equivocan de modo absurdo (ofrecen al niño un tenedor para comer sopa o colocan una media en su manita). Necesariamente este tipo de acciones despertarán tanto risas como las esperadas verbalizaciones espontáneas.
11. El poder de las canciones, cuentos y adivinanzas
Cumplidos los 3 años, el menor estará en condiciones de aprender versos, canciones, cuentos y adivinanzas de extensión corta. Asimismo, los trabalenguas y las canciones de cuna son fundamentales para potenciar tanto el lenguaje como la memoria.
12. Inventa nuevos finales a sus cuentos preferidos
Los niños suelen aprenderse desde muy pequeños las historias que más le gustan. Aun sin estar alfabetizados, en muchas ocasiones saben dónde hay que pasar la página según la narración. Esto es posible porque lo han memorizado y las ilustraciones les sirven también de soporte o guía.
Aprovecha entonces y a la hora de la lectura, cambia intencionalmente el final de su cuento preferido. Lo más probable es que lo note de inmediato y venga un momento jocoso. Después invítalo a que lo cambie él, y así cada día con un final distinto, estarás promoviendo un ejercicio divertido de lenguaje.
13. Construye acertijos
Los acertijos son uno de los juegos de palabras que se disfruta a cualquier edad. Y los puedes practicar con tus hijos desde que están muy pequeños porque no es necesario que sepan leer o escribir. Busca salir de las adivinanzas tradicionales y pon a volar la imaginación inventando juntos sus propios acertijos.
Un buen inicio podría ser, intentar describir un objeto cotidiano sin llamarlo por su nombre. Estarás estimulando la reflexión al tener que seleccionar las palabras adecuadas para mencionar sus características.
14. Juega a la palabra desconocida
Lee textos cortos y al terminar indaga sobre qué cree que significan cada una de las palabras que consideres de mayor complejidad. Puede que te sorprenda y las conozca todas, o, por el contrario, que sea necesario reforzar con una explicación que le facilite asociarla a sus referentes.
15. Identifica a los animales por sus sonidos
Los sonidos onomatopéyicos forman parte de las primeras expresiones que aprenden los niños y en un primer momento es casi lo único que necesitan para comunicarse. Con ellos se estimula el lenguaje a través de la memoria auditiva. Puedes realizar tú primero los sonidos para que él o ella identifique de qué animal se trata, y después intercambien los roles.
16. Relaciona el sonido de las palabras escritas
Procesar y discriminar elementos lingüísticos exige un alto esfuerzo cognitivo. No obstante, esto se puede automatizar con el contacto familiar con textos escritos.
Es muy probable que el niño sea en corto tiempo un hábil lector, pues entenderá el funcionamiento de los principios básicos del alfabetismo, como que las palabras se componen de letras y se reproducen oralmente de manera secuencial, de izquierda a derecha.
17. Supervisa las pantallas
En la actualidad las pantallas irrumpen irremediablemente en la vida de nuestros hijos. Queramos o no la tecnología los atrae y si no se atiende la situación pueden pasar más horas de las debidas procesando una información que podría no ser la más pertinente para su edad y sus necesidades.
Sin embargo, el uso racional de las pantallas supervisadas por los padres puede ser una herramienta positiva en el desarrollo del lenguaje. Y servir como apoyo didáctico ante temas específicos. En internet se consigue de todo y ofrecerles a los niños contenidos de valor pasa por una investigación previa de los padres para hacer las recomendaciones.
En conclusión
Como afirma la Dra. Marigina Guzmán, es la niñez “el momento en que se les puede infundir el gusto por la palabra”. De ahí que se necesita la promoción de “estrategias vinculadas con su manera de ver la vida”, y “actuar frente a su entorno sin la necesidad de elaborados instumentales o de una preparación académica intensa“.
Y tú, ¿conocías estas técnicas para estimular el desarrollo del lenguaje de tu hijo? ¿Las empleaste en alguna ocasión o tienes otro tipo de estrategias? Comparte tu valiosa experiencia ya que puede ser de gran utilidad para otras abnegadas madres.
Bibliografía
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