¿Son seguras las verduras de hoja verde para los bebés?

A pesar de que las verduras de hojas verdes contienen nutrientes esenciales, es posible que para los bebés no sean las más recomendables. Te contamos cuáles son los peligros potenciales.
¿Son seguras las verduras de hoja verde para los bebés?
María Patricia Piñero

Escrito y verificado por la nutricionista María Patricia Piñero.

Última actualización: 08 agosto, 2023

Es difícil pensar que las hojas verdes no siempre sean seguras para los bebés. Aunque se tratan de los vegetales que más se promocionan, por sus beneficios y buen aporte nutricional, no todo lo que brilla es oro, ya que las hojas verdes pueden contener algunas sustancias que los bebés no tienen la capacidad de digerir. Y entonces, pueden causar daño.

En concreto, las hojas verdes contienen nitratos y nitritos que pueden ocasionar el «síndrome del bebe azul», también llamado cianosis, que se manifiesta porque la piel se torna azul y el bebé se queda sin suficiente oxígeno en su sangre y sin poder respirar.

Por lo tanto, si piensas incluir de una vez las hojas verdes en la dieta de tu hijo, tienes que tener clara esta condición. Además del papel que tienen las hojas verdes en la producción de cianosis, ¿cuáles son las que más lo producen? Te lo respondemos a continuación. Además, te daremos algunos cuidados y alternativas para introducirlas en la dieta.

¿Por qué las hojas verdes pueden causar problemas a los bebés?

Las hojas verdes tienen un alto valor nutricional, de allí que nos esmeramos por incluirlas en la dieta del bebé. Una revisión publicada en la revista Food Research International describe a este grupo de verduras como fuentes de vitaminas, minerales, fibra y compuestos activos, como los antioxidantes, flavonoides, los polifenoles y los glucosinolatos.

Sin embargo, las hojas verdes tienden a acumular unas sustancias nitrogenadas llamadas nitratos y nitritos, que pueden afectar a la salud de los bebés más pequeños. Aunque en los niños más grandes o los adultos pueden ser beneficiosas. Pero para los bebés, no se consideran seguras. ¡Vamos a ahondar más sobre este punto!

¿Qué son los nitratos y los nitritos y cómo actúan?

De acuerdo a un artículo expuesto en la revista Foods, los nitratos no se consideran tóxicos para el cuerpo. Sin embargo, al ingerirlos, las bacterias en la saliva los transforman en nitritos, de ahí pasan a ser óxido nítrico y el ambiente ácido del estómago los transforman en nitrosaminas.

Estas sustancias al absorberse en el estómago y el intestino delgado (a excepción del nitrato) oxidan la hemoglobina a metahemoglobina, haciendo que esta no pueda transportar oxígeno y llevarlo al resto del cuerpo. Cuando la concentración de metahemoglobina en sangre es mayor al 5% en los menores de un año, se hace visible la cianosis o el síndrome del bebé azul.



¿Qué es el síndrome del bebé azul?

En un artículo publicado en la Revista Sanitaria de Investigación explican que, como la metahemoglobina no puede transportar el oxígeno a las células, en el caso de los lactantes pequeños, se observan la piel y los labios grises o azulados, además de dificultad para respirar.

A esto se le conoce como metahemoglobinemia, síndrome del bebé azul o cianosis. Los vegetales contribuyen con un 30 % de estos casos. No solo cambia de color la piel, también se puede acompañar de:

  • taquicardia,
  • cefalea,
  • cansancio,
  • letargo,
  • disnea y otros síntomas.

Si la metahemoglobina en sangre alcanza niveles entre 30 a 40 %, entonces pueden ocurrir consecuencias graves. ¡En cualquier caso, hay que acudir de inmediato al médico!



¿Por qué se presenta en el bebé pequeño?

Cuando se forma la metahemoglobina, el cuerpo activa mecanismos enzimáticos que la reducen de manera espontánea a su forma activa hemoglobina. Se logra así un equilibrio entre su formación y su reducción.

Pero, en los lactantes existe una menor actividad de la enzima encargada de reducir la metahemoglobina. Por eso, al ingerir alimentos como los vegetales de hojas verdes, que tienen alto contenido de nitratos y nitritos, es posible que la metahemoglobina se acumule en la sangre.

A esto hay que sumar que, como el estómago del bebé no produce mucho ácido antes del año de edad, entonces las bacterias intestinales aumentan y convierten el nitrato en nitrito para luego pasar a la sangre.

Después del año de edad, hay una mayor madurez del aparato digestivo y enzimático. Entonces, el bebé puede consumir los vegetales de hoja después de su primer cumpleaños.

¿Cuáles son las hojas verdes que más contienen nitratos?

Una revisión difundida por la revista British Journal of Clinical Pharmacology expone que el 85 % del nitrato de la dieta proviene de los vegetales, en especial de las hojas verdes. Se clasifican como:

  • Alto contenido de nitrato: tienen más de 1000 miligramos por cada kilo de verdura. Entre este grupo está la rúcula que es la que más acumula, la espinaca, la hoja de remolacha, la lechuga y el apio.
  • Contenido medio de nitrato: entre 100 a 1000 miligramos por cada kilo. Entre estos el repollo, el nabo y las judías verdes. Los pimientos, las papas y las zanahorias, tienen en menor proporción.
  • Bajo contenido en nitratos: tienen menos de 100 miligramos por cada kilo del vegetal. Entre ellas están las cebollas y los tomates.

¿Qué dicen las entidades oficiales sobre su consumo?

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda restringir las espinacas y las acelgas durante el primer año de vida. Sin embargo, si se decide incluirlas entre los 6 y 12 meses de edad, hay que cuidar que el consumo no sea mayor al 20 % del contenido total de la papilla, el puré o la preparación que se le dé al bebé.

Por ejemplo, si le vas a preparar 2 onzas (60 gramos o 3/4 de taza) de papilla de batata con espinacas, tendrás que pesar 48 gramos de batata y 12 gramos de espinacas. 

Si el bebé tiene entre 1 a 3 años de edad, se aconseja no dar más de una ración de espinacas o acelgas al día. La porción no debe superar los 45 gramos. En caso de que el niño sufra de alguna infección bacteriana intestinal, entonces retira las hojas verdes de la dieta mientras supera el problema.

Es importante que cocines las hojas verdes durante 2 a 4 minutos a partir de agua hirviendo. Eso ayudará a reducir la concentración de nitrato, así lo da a conocer un estudio publicado por la revista Plos One en 2020.

Al cocinar las hojas, no las guardes a temperatura ambiente, ya que en estas condiciones los nitratos se convierten en nitritos. Mientras que en refrigeración o congelación, no hay cambios.

Es importante que combines las verduras con vitamina C, como la guayaba, el pimentón, el kiwi, la piña o los cítricos. Esto ayudará a disminuir los nitritos presentes en la comida o los que se forman en el proceso de digestión.

¿Qué alternativas puedes ofrecer para sustituir a las hojas verdes?

Puedes incluir en la dieta del bebé cualquier verdura que tenga bajos valores de nitratos, tales como:

  • brócoli,
  • coliflor,
  • pepino,
  • berenjena,
  • batata,
  • patata,
  • zanahorias.

Incluso, se pueden alternar con algunas verduras de hojas como el repollo, la col china y las hojas de mostaza, que tienen bajos valores de nitratos, según un artículo publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition.

Inclúyelas tan pronto el bebé esté preparado para digerirlas

Recuerda siempre consultar con el pediatra antes de introducir nuevos alimentos en la dieta del bebé y asegurarte de que sean adecuados para su edad y desarrollo. Además, él te dará la orientación sobre la mejor manera de preparar y ofrecer estos alimentos.

Lo que sí tienes que considerar es incluirlas lo más pronto que puedas a su dieta, una vez que el profesional lo indique y su aparato digestivo y enzimático maduren para evitar el exceso de metahemoglobina en su sangre.

Las hojas verdes aportan suficiente vitamina K, vitamina A, hierro, antioxidantes y fibra para el bebé. Además, es un vegetal con el que puedes variar las preparaciones, sabores y texturas de la dieta. ¡Es una buena manera de sumar alimentos saludables a una dieta variada y equilibrada!


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.